miércoles, 21 de agosto de 2019

Ruta Turolense : "Tu tira para arriba y veremos hasta donde llegamos"


Hace unos meses se presentó el recorrido de la Vuelta a España 2019, y ya en su primer momento me fije en que había final de etapa en Teruel, concretamente en Javalambre.

En un primer momento, mi sensación fue que el periodista de turno, había oído campanas y hablaba de una subida desde un pueblo llamado Arcos de las Salinas que culminaba en Javalambre y las daba de enterado. Pero hay que reconocer que el equivocado era yo. Y es que esta subida, se había asfaltado desde hace poco y era una subida inédita para mí. El caso es que el tema lo olvide por completo.

Hace poco más de mes y medio, llego a mis manos el último número de la revista Ziklo, de la cual soy suscriptor, ya que para una persona a la que le gusta investigar puertos y rutas, me parece la revista ideal. El caso es que en este último número, hay un especial sobre el Pico del Buitre, donde se habla de la subida y hacen una entrevista a la persona que consiguió que esta antigua pista forestal fuera asfaltada hasta el Observatorio Astronómico de Javalambre, dicha subida se llamaba el Pico del Buitre.

Así que, con las vacaciones ya vislumbrándose en el horizonte y sabiendo que tengo alojamiento veraniego fijo en Teruel, pues como que la subida al Pico del Buitre, me pillaba muy cerca,  apenas una hora a Arcos de las Salinas, que es donde comienza la subida.

Por tanto, mi cabeza comenzó a maquinar que posible ruta podría hacer por allí, ya que no era plan de ir solo para subir y bajar, sino que de paso, habría que conocer la zona.

La idea inicial era ir en coche hasta Arcos de las Salinas, y ya por allí, hacer un rodeo por las localidades de la zona de unas 4 horas, para culminar con la subida final. Pero esta idea, la deseche apenas 2 o 3 días antes de ir. No me seducía.

Así que la noche del jueves 15 de agosto, decidí ir al pueblo de Riodeva para desde ahí, tirar para Mas del Olmo, luego a Puebla de San Miguel, para desembocar en Losilla y girar a la izquierda para ir luego todo recto para Arcos de las Salinas, y para arriba. Una ruta de ida y vuelta.

Dicho y hecho, el viernes 16 de Agosto, me presento en Riodeva a las 7 de la mañana. Aparco a la entrada del pueblo, me visto, saco la bici, cojo mis pertrechos y me pongo a pedalear. Cojo el desvío en Riodeva que marca a Mas del Olmo a 8 Kilómetros, y cuál es mi sorpresa que nada más girar en la primera curva, la carretera de repente se convierte en una pista de tierra. Empezamos bien, intento ir un poco para ver si es Sterrato y se puede ir con la de carretera, pero rápidamente me doy cuenta de que no, y me doy la vuelta.

Antes de girar hacia Mas del Olmo, vi otra carretera, que según el Google Maps, iba directo a Arcos de las Salinas, asi que viendo que era asfalto y que el Maps daba el OK, me dije que tiraba por ahí. Así que empiezo a subir, apenas llevo 2 kms de una subida maja, cuando de repente de nuevo, la carretera se transforma en camino y desde el primer metro totalmente impracticable.

Mi indignación era palpable y esto rompía totalmente mis planes de hacer un rutón, asi que media vuelta y con la sensación de que no sabía que hacer ahora.

Ya en el coche de nuevo, con apenas 6 o 7 kms, me quede unos minutos viendo el Google Maps y tratando de analizar y buscar algún lugar cercano donde ir rápidamente, para salir y tratar de llegar si o si a Arcos de las Salinas, y de repente vi la población de Ademuz.

Desde ahí hasta la subida al Pico del Buitre eran 56-57 kms, con lo que ya tenía asumido que sería ir y volver por el mismo sitio (siempre que puedo me gusta hacer rutas circulares), y que iría por donde la carretera me llevara, no tenía ni idea de qué clase de terreno había por allí, incluso si esas carreteras que en teoría aparecían, existían o no. Ya tenía la duda.

El caso es que arranque y en apenas 25’ estaba ya en Ademuz, y me puse en marcha aproximadamente a las 08:30, una de retraso sobre el horario previsto. No era mucho, pero ya iba el día teniendo sus cosillas, y no habíamos hecho nada más que empezar.

Resulta que salgo de Ademuz, y veo que la carretera que va hasta Mas del Olmo (la idea era retomar la ruta original desde Riodeva), está clasificada como Camino Rural, pero como estaba asfaltado, me dije que “tu tira para arriba y veremos hasta donde llegamos”.

Y ese “tira para arriba” hizo que ese día hice una de las rutas más bonitas y duras, que recuerdo últimamente. Cierto, que hace poco más de un mes y medio estuve en Pirineos (tranquilidad, estoy ya preparando la crónica de esos 3 días), pero allí sabia a lo iba, sabía lo que había y había visto muchas fotos, por lo que la sorpresa tenía poco margen, pero por esta ruta improvisada………….no sabía nada y quizá eso fue lo mejor de todo.

Ese “camino rural” se convirtió en el primer tramo de unos 8 kms, en un puerto en toda regla. El asfalto muy bacheado la verdad, pero se podía ir perfectamente, y en muchos tramos con trozos muy exigentes de porcentajes de dos dígitos. Yo iba un poco cabreado, asi que ese puerto lo subí rapidillo, además, tenía buenas piernas (a pesar de las 6 horas de dos días antes) y el corazón, por todo el tema del asma que estoy sufriendo este año, me respetaba. En mi fuero interno, tenía la sensación, que esta alegría de pedaleo y fuerzas, podría pagarlo después, pero que demonios, tu “tira para arriba y veremos hasta donde llegamos”.

Finalmente termino este primer tramo de subida de 8 kms, y empezamos bien. Llevo 8,5 kms de ruta y ya llevo 8 kms de puerto, con casi 400 metros de desnivel. El día pinta bien. Después toco una bajada-llano de unos 4 kms, hasta casi llegar a Mas del Olmo, donde no se llegaba a entrar, pero se llegaba a un cruce con una carretera con una asfalto impecable, era una carreta de la Comunidad Valenciana y eso se nota, si fuera de Teruel…………mala pinta.


El caso es que en este cruce, había un cartel informativo donde decía que la carretera entre Puebla de San Miguel y Losilla estaba cortada por obras, mala cosa. Podía darme la vuelta y volver a cagarme en todo, o seguir para adelante, y ver hasta dónde podía llegar. Estaba en el mojón del kilómetro 26, asi que hasta el kilómetro 0, aun tenia margen. Así que lo dicho: “tira para arriba y veremos hasta donde llegamos”.

Y eso hice, subir otros 4 kilómetros más, ciertos que algo más suave que la subida inicial pero otros 4 kilómetros más rondando todo el rato el 5-6%. Una vez culminada la subida, se iniciaba un descenso de unos dos kilómetros hasta la Puebla de San Miguel (la panorámica de este pueblo por este tramo de bajada merece mucho la pena).


Ya en este pueblo, se llega a una rotonda, donde hacia la izquierda se iba a Losilla y donde el cartel informativo de antes, se transformaba directamente en otro cartel que ponía “CARRETERA CORTADA”. Pero al igual que antes ““tira para arriba y veremos hasta donde llegamos”, asi que por ahí que me fui. Todo lo que pudiera avanzar es terreno que ganaba al entreno, por poco que fuera. En ese momento además, tenía pocas esperanzas que pudiera llegar a Arcos de las Salinas para subir el Pico del Buitre.

La carretera que había tomado en la rotonda era la prolongación de la anterior, con lo que el asfalto estaba en perfecto estado, pero lo mejor fue que durante 7 kilómetros me iba adentrando en las montañas, llenas de pinos, por cañones, por un trazado sinuoso y a la vez un poco exigente, para culminar en la chapa del Kilómetro 13. Se podría decir que ya llevaba 3 puertos, aunque posteriormente (ya en casa y por Internet), que toda esta subida de 24 kilómetros desde Ademuz, es el Puerto de Collado Calderón, que no tenía cartel.


Pero la cosa iba a mejorar y mucho, no había hecho más que empezar.

Comencé una bajada de unos 4 kilómetros hasta el pueblo de Hoya de la Carrasca. Una bajada donde a la izquierda tienes el monte y a la derecha un quitamiedos, que te libra de una caída bastante vertical, además, la bajada tenía su miga. Solo de pensar que a la vuelta había que subir por ahí………..

El caso es que llegando a Hora de la Carrasca, ya no había cartel de Carretera Cortada, ya directamente estaba cortada. Había 3 bloques de cemento en medio de la calzada, señales, conos y barreras de plástico cortando totalmente la carretera a la salida de este mini pueblo.


Como veía que la carretera tiraba para abajo en perfecto estado, me baje de la bici, sortee la barrera y me volví a subir al otro lado para seguir bajando. Y de verdad, mereció la pena hacerlo.

De repente la bajada se convirtió en la prolongación de 6 kms más bonita que he visto últimamente, la carretera para mí solo, asfalto perfecto, buen día y muchos tramos con sombra. Aunque en algunas curvas, había que tener mucho cuidado dado que al no pasar coches al parecer desde hace tiempo, había acumulada bastantes hojas de pino secas, y la bici podía patinar.

Ya llegando justo abajo del todo, donde se pasaba por un pequeño puente antes de comenzar de nuevo la subida, había otra barrera igual que la anterior, con lo que fuera lo que fuera, ya estaba cerca.


Pero antes de llegar a esa barrera, tuve un “deja-vu” como quien dice de 2013, lo que vi al fondo fue lo que dice un mini Stelvio. Ante mí, ahí estaba, sin yo conocerlo el Puerto de Losilla de Aras. Justo en el puente es donde comenzaba el puerto y desde abajo se veía el zig-zag de la carretera, un puerto que finalmente tenía 9 curvas de herradura en apenas 3 kms de puerto. Que es lo que quedaba hasta el cruce final.



Es decir, si en el cruce de Mas del Olmo, que estaba en el Km 26 hubiera renunciado a seguir, me habría perdido 23 kilómetros simplemente espectaculares, y lo mejor estaba por llegar: Había que subir el mini Stelvio.

Una vez de nuevo sorteada la barrera, me subo a la bici y me encuentro que baja un ciclista y me grita que se puede pasar perfectamente, mientras yo le digo que en la otra dirección, sin problema y carretera perfecta.

Empiezo a subir el puerto, paso las dos primeras curvas de herradura y en la tercera, me encuentro el verdadero motivo por el que la carretera estaba cerrada.  Digamos que la carretera a la entrada de esa tercera curva (subiendo) se había venido abajo. La carretera había desaparecido, había un boquete que jamás había visto.




Tocaba bajarse si o si para sortearlo por el campo, teniendo mucho cuidado de no caer yo también, por que la curiosidad me hizo asomarme con cuidado a ver que había abajo, y había una caída de tranquilamente 50 metros y abajo del todo un camión. Lo que me hace pensar, que la carretera debió ceder al paso de este camión cuando bajaba (espero que el conductor salvara la vida). La imagen era simplemente alucinante.

Pero había que centrarse, fue pasar este tramo a pie de unos 20 metros y un poco más delante de nuevo a la bici, y para arriba los 2,5 kilómetros restantes de puerto hasta llegar a Losilla. Se seguía subiendo el mini Stelvio y desde arriba la vista del puerto era simplemente espectacular.


Ya arriba, de nuevo otro saltito de barrera, pasar el pueblo y llegar al cruce donde por primera vez se leía “Arcos de las Salinas 9” y al fondo arriba de la montaña, se vislumbraba el Observatorio Astronómico.

Ya en la carretera, tocaba comer y beber, pero tocaba otro tramo cuesta arriba, que culminaba en otro cruce, que era la frontera entre Teruel y Valencia, y donde se gira a la izquierda para bajar unos 4 kilómetros hasta Arcos de las Salinas.

Por ahí bajaba pensando, en que la vuelta con todo lo que había que subir, se me podía hacer muuuuuuuuy larga.

El caso es que llegue a Arcos de las Salinas en casi 3 horas, y comencé a subir el Pico del Buitre. Ya desde abajo, se veían las chapas con los puntos kilométricos, donde te ponía cuanto te queda y la pendiente media del kilómetro que subes.

El puerto empieza “en frio” con una rampa del casi 12%, asi para empezar, poco tramo pero empezamos bien. Yo ni me lo pensé, directamente el piñón del 32 y para arriba, tardara lo que tardara, el caso era subir y punto, y me obligue a no pensar en la terrible vuelta que tenía.

Un poco más delante, sobre el km 5, hale casi un kilómetro permanente por encima del 12% con picos del 16%. Ya en ese punto, me di cuenta que lo que estaba subiendo no era un puerto. Era más bien una cuesta de cabras asfaltada (muy bien por cierto) o una cuesta de garaje, porque aunque cierto que no fue todo el resto del puerto asi…………pero casi.

Porque desde ahí, aún quedaban 6 kilómetros, y salvo un tramo de falso llano de unos 300 metros, el resto tenía porcentajes entre el 12 y el 18%, constantemente.

Mala señal, cuando en un tramo que vas al 9, piensas que estas en un descanso, porque el resto del puerto tocaba retorcerse. Y asi, hasta arriba, hasta la misma barrera final del puerto que impide el paso a coches al Observatorio, pero a los ciclistas como que no. Te bajas, la bordeas y subes los 50 metros finales para llegar a la cúpula de arriba.



Más de una hora subiendo, penando por esta cuesta de cabras. Ya estaba hecho, pero mi sensación era que esto, no es un puerto de ciclismo, es una aberración. La misma sensación que tuve cuando hace 4 años subí el Angliru por primera y última vez en mi vida (no volveré jamás).



Lo que si es cierto, es que desde arriba las vistas son espectaculares, en 360 grados no hay nada que impida ver el paisaje durante kilómetros. Las cosas como son.

En fin, arriba estaba con 3:45, y estaba en la mitad del recorrido y con 2.000 metros de desnivel. Solo de pensar en todo lo que había que subir a la vuelta, me recorría un sudor frio. Yo calculaba que otros 1.200 o 1.300 metros de desnivel, con lo que me iría a más de 3.000 en apenas 110 kms, cosa que no está nada mal.

Ni tampoco lo que llevaba, 2.000 metros de desnivel en 55 kilómetros. Si lo multiplicas por 3, te salen 165 kms (20 kms más que La Purito) pero con 6.000 metros de desnivel (500 metros más que La Purito), es decir, la relación metros desnivel vs kilómetros recorridos era para ir asustando.

Pero los problemas de uno en uno, lo primero era bajar (con cuidado) y recargar la cachara (justo al inicio del puerto hay una fuente con un importante chorro). Baje en apenas 10’ y abajo recargue bien de agua, me quedaban 45 kms exigentes, aunque había dos o tres pueblos de por medio, asi que fuente había.

Nada más salir de Arcos de las Salinas, la primera subida de la tarde, 4 kilometrillos al casi 6% de media, con algún tramo más empinado. Ya en ese momento, decidí que era el momento de empezar a poner la calculadora de gestionar bien los geles, las fuerzas y las ganas, además el sol empezaba ya a apretar, y estaba por encima de los 30 grados de temperatura y subiendo.

Después de esa primera subida, tocaba bajar a Losilla, saltar el corte de carretera, bajar el mini-Stelvio y volver a sortear con cuidado el socavón (a pie) para justo abajo, en la chapa del kilómetro 4, saber que hasta el 13 era todo para arriba.  9 kilómetros de puerto, los primeros 5 más o menos llevaderos, pero los últimos 4 se harían duros porque muchos tramos por encima del 10%.


Y ahí me ves, no gastando una pedalada de más, a mi ritmo, la carretera para mí solo y muy concentrado. Conseguí llegar a la chapa del kilómetro 13 (que es puerto del Collado Calderón por la otra vertiente), realmente bastante tocado la verdad. Ya que toda la subida a pleno sol, solo oía las chicharras, mi respiración, la cadena y mis pensamientos.  Además, me había fundido en la subida todo el bidón (extra grande todo hay que decirlo) de agua, asi que en Puebla de San Miguel si o si, tenía que recargar.



La bajada hasta este pueblo, se hizo de manera cómoda, y justo a la entrada del pueblo, tuve la suerte de encontrar otra fuente, asi que parada obligatoria y a rellenar la cachara. Después de eso, sabía que tocaba otra subida de 2 kms, una pequeña bajada y luego los 4 kms finales, antes de afrontar la bajada final de 8 kms hasta Ademuz.

Pero la cosa no iba a ser tan fácil, eso lo tenía por seguro.

El cambio empezó a darme problemas, si ponía el 32 o el 29, no me iba el cambio, y tampoco el 27 iba muy fino, por lo que para tener un pedaleo sin problemas, tendría que ir con el 25, que no deja de ser un buen desarrollo, pero iría algo más atrancado, además, el eje del pedalier comenzó a sonar a cada pedalada y el sillín, también decidió acompañar a la banda sonora.

Digamos que las dos subidas que me quedaban, sin ser muy exigentes se me hicieron muy largas, más que un día sin pan. Cuando comencé la bajada final, casi no tenía fuerzas para pedalear y estaba tan cansado, que en un par de curvas, dado que llevaba 6 horas de pedaleo, mis reflejos estaban un poco lentos. Fue poca cosa, pero vino bien para ponerme en alerta para decirme que eso no había terminado.

Finalmente en Ademuz, después de 6 horas de dar pedales, llegue al coche totalmente vacío (no apajarado, pero casi casi) y los datos son demoledores. 115 kms a 20 de media, con algo más de 2.900 metros de desnivel.  El mayor desnivel acumulado de todo año, superando incluso la de las dos rutas por pirineos.



El caso es que la ruta es preciosa, y realmente merece la pena hacerla en cualquiera de las dos direcciones entre Mas del Olmo y Losilla, aunque para el año que viene, me ahorro subir el Pico del Buitre y busco hacer una circular por allí que incluya ese tramo.

Os la recomiendo.

Hasta la próxima