lunes, 21 de julio de 2025

Pirineos con mi hijo. Día 3 (último)

Un día de lujo

Después del sábado con lluvia y la suspensión de nuestra etapa por lluvia, no las tenía mucho conmigo de cara al domingo. Y es más, por dormir algo regular, a las 4 de la mañana me tuve que levantar y llovía a cantaros, muy mal presagio y era muy pesimista en cuanto a que unas horas después luciera el sol.

Pero fíjate por donde, apenas 4 horas después, lucía un sol espléndido y ni una sola nube, es decir, íbamos a tener un día magnifico. Es lo que tiene la montaña, el tiempo cambia mucha facilidad. 

Visto el tiempo, cambiamos el plan, que inicialmente era subir Spandalles y Hautacam, pero decidí cambiar por Cauterets/Pont d'Espagne y Luz Ardiden. Asi que a desayunar rapidito, a recogerlo todo y al lío, que además, luego tocaba volver y era una tirada larga de coche. 

Para comenzar, casi 12 kms de bajada hasta Pierrefitte-Nestalás, donde estaba el comienzo del puerto de Cauterets/Pont d'Espagne, que fue mi primer puerto de los Pirineos la primera vez que vine por esta zona, y de eso ya hacía por lo menos 25 años. 

Ya al comenzar, la ropa de abrigo que llevábamos (manguitos y chaleco) empezaba a sobrar, que aunque bajando hacia algo de fresquito, ya el calor comenzaba a apretar, sobre todo subiendo. Este puerto tiene como dos partes, una primera hasta el pueblo de Cauterets y una segunda desde este pueblo hasta Pont d'Espagne.

La primera parte no es muy dura, se puede hacer a muy buen rimo y cadencia, salvo un tramo de 4-5 curvas de herradura muy cortas y muy chulas por cierto. Además, no recordaba yo muy bien este pueblo de Cauterets, pero me pareció muy grande y con mucho estilo, es decir, un buen lugar para poder estar un par de dias disfrutando del entorno y en modo visita.

Curvas de herradura de la primera parte.

Pueblo de Cauterets

A la salida de este pueblo, hay dos posibles subidas. La primera a Pont d'Espagne (que es la que hicimos) y la segunda a Cambasque (de unos 5kms), que fue final de etapa en el Tour y que yo no conocía, asi que esta va a la lista de pendientes, junto con los otros 3 puertos que me quedan. La excusa perfecta para volver en 2026.

Hasta aquí íbamos los dos juntos y sobre todo le iba contando a mi hijo, de lo que me acordaba y de lo que no. Ademas, a la salida, tocaba la anecdota del día, donde vimos a un señor de por lo menos 80 años, subiendo con su bici, a su paso pero subiendo. Un mérito tremendo.

Nos dirigimos a Pont D'Espagne, cuya carretera al ser domingo, empezaba a haber mucho más trafico, no demasiado pero si se notaba que había coches. Carretera que iba prácticamente paralela a un rio con sus innumerables cascadas y bastantes curvas de herradura, lo que hace que se subiera a bastante altura con bastante rapidez. En realidad, el puerto es una preciosidad, un redescubrimiento para mi 25 años después, además, desde el pueblo, esta zona es Parque Natural del Pirineo.

Una vez terminado el puerto tocaba la foto de rigor, ver el impresionante paisaje y volver de nuevo a Luz Saint-Sauveur para comenzar la segunda subida del día: Luz Ardiden, aunque antes deberíamos de afrontar los 12 kms iniciales que aunque no fueran subida propiamente dicha, si que era un falso llano pronunciado, de esos que pican y te desgastan.

El cartel de arriba, apenas se ve lo "pequeño" que es.

Pero antes de eso, la foto arriba y charlar 5-10' con una pareja de Murcia que también habían subido. Nosotros les hicimos la foto y ellos a nosotros, asi que todos contentos.

Ya una vez abajo, los 12 kms cuesta como he comentado antes y no fuimos precisamente despacio, el tiempo apremiaba y no había tiempo que perder. Aunque fuera consciente que quizá estos esfuerzos se podrían pagar mucho mas adelante. 

Una vez vuelta en Luz, tocaba subir a Luz Ardiden, y de nuevo otra anécdota, aunque esta vez con una persona que digamos que era un poco subnormal. Al poco de empezar, mi hijo y yo íbamos a ritmo subiendo Luz Ardiden, y antes de terminar el primer kilómetro pasamos a una señora de unos 50 años que iba con eléctrica, muy despacio. No le dijimos nada y cada uno a lo nuestro, resulta que a los 30 segundos de pasarla, nos pasó ella como una centella con su bici eléctrica sin dar prácticamente pedales y además, en posición aerodinámica ¡¡subiendo!!. Normal que a los "eléctricos", los que hacemos ciclismo de verdad, no los podamos ni ver. Mucho subnormal encima de estas motos. En fin.......

Un poco mas arriba, pasamos a otro señor que iba vestido de Bora y fue todo un descubrimiento, al principio cuando le pasamos, nos dio palabras de animo en español y le devolvimos los ánimos, resulta que era de San Sebastián. Quedo ahí la cosa y seguimos nuestro camino.


Las vistas a lo largo de la subida, realmente impresionantes

Pero al igual que en el Tourmalet, tocaba volver a pinchar subiendo. Y ya es mala suerte, me tiro 6 meses sin pinchar y resulta que en 3 dias lo hago en el Tourmalet y en Luz Ardiden, y no, no era por descansar al estar subiendo estos dos colosos.

Pues nada, toca cambiar pinchazo, que lo hice en apenas 10' y para arriba, mientras esto ocurría, nos volvió a pasar este caballero de San Sebastián y un tándem. 

Arrancamos de nuevo y a los 5' me doy cuenta, que donde he parado a reparar el pinchazo, me he dejado las gafas alli. Asi que le digo a mi hijo, que tirara para arriba mientras yo bajaba a por las gafas y luego ya le cogería. 

Una vez recuperada las gafas, vuelta a subir ese kilómetro desandado y a ritmo alto, ya que quería coger a mi hijo cuanto antes. El caso es que estos esfuerzos, al final se pagan, ya que cuando cogi a mi hijo unos 10' minutos después, literalmente me quede vacío. Es decir, vino el tío del mazo y hacía mucho tiempo que venía a verme.

Fue irremediable ver a mi hijo alejarse poco a poco, mientras yo penaba por detrás. Pero mientras tanto, me volví a juntar con el señor de San Sebastián, asi que no hay mal que por bien no venga, nos pusimos a charlar un rato. Nos hicimos compañía mutuamente.

Y la verdad es que fue todo un descubrimiento, esta persona se llamaba Jon, era de San Sebastián y andaba por alli, dado que tenía un apartamento por la zona. Un rato muy agradable la verdad y disfrutando de su afición por la bicicleta, ya me gustaría a mi, dentro de unos años estar igual..............

Jon, un gran descubrimiento de persona

Poco después llegué a la zona de los últimos 3 kms, donde yo iba un poco mas rapido que Jon y quedamos en vernos arriba. Esta zona final, se despeja por completo y desde abajo se ve perfectamente toda la trazada.

Yo desde abajo, veía perfectamente por donde andaba mi hijo mientras yo iba penando por detrás, bastante más atrás, pero claro, el 16 añitos y yo unos cuantos más. 

Finalmente, ya en la zona final, conseguí incluso vislumbrar a mi hijo como me estaba esperando pacientemente sentado en la última curva de la subida. 

Foto en la última curva. Autor: mi hijo sentado esperándome

Ya arriba, foto de rigor mientras Jon llegaba, al que de nuevo saludé y le presenté a mi hijo. Nos despedimos y quien sabe si alguna vez nos volvemos a encontrar. Ya la bajada, la hicimos despacio y con precaución, al pinchar en la subida, pude ver que mi cubierta de la rueda trasera estaba ya en las ultimas y por tanto, la posibilidad de un reventón bajando por el calor de la rueda, no era imposible. Así que despacio los 9 kilómetros finales. 

Otro puertaco con mi hijo

Una vez llegado a Luz, después de un descenso apacible y sin contratiempos, tanto mi hijo como yo, llegamos literalmente hambrientos, asi que según llegamos fuimos a una pizzeria a comprar para cada uno una pizza margarita y un refresco, que cuando llegamos a la furgo, literalmente volaron en 10'. Aparte que estaban muy buenas, estábamos ya hambrientos, y más yo que había hecho los 5 kms finales de Luz Ardiden totalmente apajarado.

Una vez cambiados, tocaba volver a casa y los primeros kms no eran fáciles, ya que la ruta a casa implicaba subir el Soulor/Aubisque y el Portalet (con sus correspondientes bajadas), antes de llegar a Sabiñanigo, donde empieza la autovía prácticamente hasta Madrid, llegando a casa cerca de las 10 de la noche.

En resumen, estos tres dias los he disfrutado. Hace ya varios años, cuando mis hijos eran pequeños, alguno mostraba interés por la bicicleta y ya entonces, me dije que ellos podrían ser mi billete para volver a Pirineos/Alpes con ellos, imaginando subir algun puerto con ellos y disfrutando ambos de nuestra afición. Pues bien, a veces, y solo a veces, los sueños se cumplen y este es uno de ellos. 

La recompensa del final, nos lo habíamos ganado

Ademas de estar pensando en 2026, para volver con él para subir algún puerto mítico como Aubisque o Hautacam, aunque tambien por mi parte, tachar los únicos 4 puertos que me quedan de la zona: Coraduque, Cambasque, Borderes y Saugué. 

Y en dos semanas: Suiza.

Los datos del Strava


domingo, 20 de julio de 2025

Pirineos con mi hijo. Día 2

Etapa suspendida con lluvia y tormentas. Unas lástima

Después de dormir muy bien, sobre todo por el cansancio acumulado del día anterior (yo por ejemplo, 6 horas de coche + Tourmalet), nos levantamos pronto y con un hambre tremenda, con ganas de desayunar pronto y poder salir en bici para intentar hacer el plan previsto: Gavarnie y Luz Ardiden.

El día amaneció nublado, pero exactamente igual de nublado que la tarde anterior, cuando subimos el Tourmalet, por tanto nadie hacía presagiar que la lluvia hiciera acto de presencia. Por tanto, un buen desayuno en el buffet del hotel y rapidito a la bici, por si acaso lloviera.

La idea inicial, como comentaba era hacer Gavarnie y Luz Ardiden, para llegar al hotel sobre las 14:00, que nos diera tiempo a comer algo y coger el coche para ir a La Mongie, para ir al Pic du Midi, que teníamos hora para el último teleférico a las 16:30. Íbamos cronometrados.

Salimos del hotel sobre las 8:30 y aunque hasta el pueblo de Gavarnie no empieza el puerto como tal, los 12 kms previos es una subida constante, vamos, que llegas a esa pueblo con casi 700 metros de desnivel y eso sin empezar a subir el puerto como tal. Eso da una idea de como es ese "falso llano".

Íbamos muy tranquilos, el día se presuponía largo y con cero lluvia, pero a los 20' de salir, comenzó a chispear un poco, un "cala bobo" en toda regla, pero nada, seguimos todo recto que un poco de lluvia no viene mal, aunque la humedad era muy alta (cerca del 80%) y había una temperatura estupenda (cerca los 23 grados):

Cuando llegamos a Gedre, el pueblo anterior al pueblo de Gavarnie, empezó a llover con mas intensidad, aunque soportable, pero según íbamos subiendo la lluvia iba haciéndose más intensa, hasta tal punto, que tambien comenzó a haber tormenta eléctrica, con muchos rayos y truenos. 

De esta guisa, llegamos a Gavarnie y de hecho comenzamos a subir el puerto, pero al kilómetro de comenzar, decidimos dar la vuelta, es decir, etapa suspendida. Hacer esta etapa en esas condiciones, no merece la pena. El problema es que había que "deshacer" 20 kms y la mayoría de bajada. 

Una ocasión perfecta para probar la bicicleta BMC, con las ruedas de perfil alto, en estas condiciones, ya que nunca había bajado lloviendo con esta bici, por lo que tambien había que extremar las precauciones y mas cuando, detrás de mi, toda la bajada la iba a hacer mi hijo, al que le indiqué claramente, que riesgos y aventuras: ninguna.

Como era previsible, la bajada se hizo desagradable. Bajamos con muchísimas precauciones y además, llovía cada vez más y se iba desplomando la temperatura, por lo que la sensación de frio iba creciendo. el dolor de manos, sobre todo en los dedos de los frenos, era simplemente épico. Pero esto es ciclismo, nadie dijo que fuera fácil y es lo que le da su puntito de épica.

Después de casi 45' de bajada (eso denota lo despacio que bajamos), conseguimos llegar al hotel donde la ducha con agua caliente, nos pareció que salía helada. La ventaja, es que ganamos casi 3 horas a la planificación prevista por lo que ir al Tourmalet, luego a La Mongie y luego al Pic du Midi, nos lo podíamos tomar con mas calma. 

Asi que dicho y hecho, cambiados y al lio. Ya subiendo el Tourmalet, vimos una especie de grupo cicloturista, que eran el Ride The Loop (ojo a esta aventura, que es hacer el Tour de Francia completo 3-4 dias antes, mirar su web, que merece la pena). Vamos, si tuviera tiempo, dinero y permiso familiar.............

Una vez llegamos arriba, tocaba de nuevo, darse un paseo por la cima, visitando el nuevo edificio de la Tienda/Museo del Tourmalet (que no estaba hace 10 años), donde os podeis imaginar, que las cosas de alli arriba, baratas no son. Eso sí, todo bajo una persistente lluvia, no mucha, pero si con lluvia.

Después de un rato por alli arriba, bajamos a la estación de Ski de La Mongie, por la otra vertiente de este coloso pirenaico con la idea, de ir al Teleférico y ver si podíamos subir 2 horas antes a la prevista y dicho esto, no tuvimos ningún problema, cierto que nos indicaron, que dado que no había mucha gente (había 4 gatos) se nos permitía, pero que en dias normales, que está hasta arriba no habría sido posible. 

Entrada al teleférico del Pic du Midi

Vistas desde el Teleférico

Al fondo, las nubes de la Dana que ese día estaban en Aragón.

Antena de comunicaciones del Pic du Mid

El balcón del cielo

Altura del Pic du Midi

Yo personalmente, al Pic du Midi, llevaba años intentando subir, ya que por mal tiempo, que no había plazas, por viento o por que llagaba tarde, lo había intentado siempre y nunca. había conseguido subir, pero bueno, digamos que el destino me tenia reservado, poder subir con mi hijo. Al igual que el día anterior con el Tourmalet, al día siguiente, el Pic du Midi.

¿Y que decir de este sitio?. Lo resumo en una sola palabra: IMPRESIONANTE.

Para empezar, hay que coger dos teleféricos en dos tramos, colgados de un cable, con CERO columnas que lo sostienen. La vistas de la subida desde la cabina son realmente impresionantes, además, tuvimos suerte que según íbamos subiendo, íbamos dejando las nubes mucho mas abajo y el sol por esas alturas, empezaba a hacer acto de presencia. 

Y si ya el primer tramo del teleférico era impresionante, el segundo era mucho más y donde realmente se sube, casi a 3.000 metros de altura. 

Ademas, la plataforma que hay arriba es realmente impresionante, no solo de donde está sino de lo grande que es la infraestructura que tienen alli arriba, antena incluida. Alli arriba tienen incluso habitaciones para el quiera dormir arriba, restaurante, hamacas para tomar el sol y un "paseo por el cielo", es decir una plataforma con el suelo de cristal que sobre sale varios metros. Una visita que realmente merece la pena, si estas por la zona, no dejes de visitarlo.

Después de comer ahi arriba, que aunque era caro, merecía la pena hacerlo por las vistas, volvimos a bajar en teleférico y cogimos el coche de nuevo, para volver a Luz Saint-Sauveur y pasar por el hotel a descansar un rato, donde caímos ambos un rato dormidos.

Castillo de los templarios de Luz Saint-Sauveur

Luego, antes de ir a cenar, fuimos a visitar el castillo local, donde en Agosto se celebra un festival medieval, pero para ir al castillo, había que ir por un sendero muy cuesta arriba de algo más de un kilómetro. 

Luego tocaba ir a cenar, paseo por el pueblo y a la cama otra vez, cruzando los dedos para que al día siguiente amaneciera con buen tiempo, ya que así eran las previsiones.

Los datos del Strava



lunes, 14 de julio de 2025

Pirineos con mi hijo. Día 1

Se cumple un sueño

Hace ya unos cuantos años, cuando uno de mis hijos empezó a montar en bici y "mostrar" cierto interés por la bicicleta, las carreras y este mundillo, pensé en su momento, que quizá algún día podría compartir puertos míticos con el, algo que sin duda, es un auténtico regalo. Y así es, sueño cumplido.

Salimos un viernes de casa, bien prontito, cerca de las 6:45am para intentar llegar lo más pronto posible a Luz-Saint Sauveur, que es donde había elegido el hotel para estar los tres días que tenía pensado para hacer puertos con mi hijo.

Mi conocimiento de la zona, me hacia pensar que era la mejor opción para que durante tres dias, pudiéramos hacer buenas etapas con buenos puertos, pero sin pasarse demasiado, que mi hijo afrontaba estos puertos con 16 años y había que tenerlo en cuenta. 

Hacía tiempo que no me dejaba caer por Pirineos y la verdad es que ver que hay autovía prácticamente hasta Sabiñánigo, sin duda, hace que el viaje hasta este pueblo (muy conocido por cierta marcha cicloturista) se haga en un pispas. Pero claro, desde ahi hasta nuestro lugar de destino, era otro cantar, ya que pasábamos a circular por carreteras de montaña, por puertos tales como el Portalet o el Aubisque. 

El que conozca la zona, sabe que el Portalet se sube/baja bien, pero el Aubisque por el lado del Soulor, la primera vez que lo ve uno impresiona el trazado de la carretera, sus curvas y sus precipicios. Ni que decir, que la zona, como es lógico, llena de ciclistas, lo que empezaba a darle todo un aire "muy ciclista". 

Casualidades de la vida, justo cuando llegábamos al Soulor, me encontré a un compañero de equipo, David Cerdeño, que sabia que estaba por la zona, pero de ahí a encontrarlo es mucha casualidad, pero era una buena forma de empezar por la zona. 

Ya cerca de las 14:00 llegamos a Luz-Saint Sauveur, y ante las previsiones de agua para el sábado, decidimos subir esa misma tarde el Col du Tourmalet, aunque solo fuera subir y bajar. Asi que raudos y veloces, nos cambiamos antes de ir al hotel, para comenzar a dar pedales por el "gran coloso" pirenaico.  Los hay mas duros, los hay mas altos, los hay mas empinados, pero no los hay tan famosos ni con tanta mística. La última vez que yo subí este puerto, fue en el 2016, con mi bicicleta Ridley de color rojo, que para más casualidades, es la bici, con la que mi hijo iba a hacer esta mítica subida. 

Una foto en el Tourmalet, allá por 2008.

Foto del 2016, por el lado de La Mongie, con la bici Ridley, ahora de mi hijo.





El único punto negro de estos dias por alli ocurrió a los cinco minutos de comenzar a pedalear, ya que cierto señor con una furgoneta, nada mas comenzar a subir el Tourmalet, se puso nervioso por ir detrás de nosotros en una zona que no podía adelantar y se puso a decirnos de todo, por supuesto que en francés. No había que ser un lince para saber lo que nos estaba diciendo, todo se soluciono, al menos por mi parte, haciéndole la señal internacional del pajarito y nosotros a lo nuestro, que para eso habíamos venido. 

Íbamos mi hijo y yo a buen ritmo, sin cebarnos, ya que iba preocupado por él, dado que no sabia como iba a afrontar un puerto tan largo (18 kms) y superando por primera vez, los dos mil metros de altura, pero todos los temores fueron infundados.

Como curiosidad, indicar que cuando llevábamos 3 o 4 kms de puerto, nos cruzamos, con lo que deduzco yo, una concentración de Ferrari, por que en un par de minutos, nos cruzamos con al menos 7 u 8, de todos los colores y todas las cilindradas, haciendo un ruedo ensordecedor. 

Seguimos subiendo al tran tran, y cuando pasamos el puerto de Bareges, al poco se supone que podíamos ir por la "Vía Fignon". Me explico, hasta hace unos 20 años, la subida al Tourmalet por esta vertiente, se hacia siempre por el mismo trazado, pero como estaba muy mal para los coches y tambien por su revirado trazado, hicieron una nueva trazada de unos 5-6 kms a partir de la estación de ski de este pueblo. El trazado antiguo, lo cerraron al trafico de coches pero no para las bicis, para que subieran por el trazado clásico y lo denominaron "Vía Fignon" en honor al ciclista Lauren Fignon

El caso, es que esta "Vía Fignon" estaba cerrada asi que fuimos por donde subía todo el mundo, y claro, después de 20 años, este "nuevo" tramo de apenas 4-5 kms, ya tenia el asfalto curtido y la vegetación del entorno como lo demás, por lo que si no sabes lo de este nuevo trazado, te parece que es la subida de toda la vida, pero no lo es.

Por este tramo, cuando apenas nos quedaban 6 kms de subida y veíamos cerca a 3 o 4 "liebres" para poder cazar, resulta que pincho subiendo. Tambien es mala suerte, me tiro 6 meses sin pinchar y lo hago aquí, subiendo el Tourmalet. Cambio rápidamente en apenas 5' y seguimos nuestros camino ya sin parar y a ritmo muy majo para culminar la subida, la primera subida del Tourmalet de mi hijo. El podrá seguir subiendo puertos míticos durante su vida, pero espero, que se acuerde de esta primera vez.

Llegando a la cima

Arriba, además nos pasó algo muy curioso, estábamos haciendo fotos, cuando una persona en un perfecto español nos preguntó si nos sacaba una foto juntos, la respuesta era claro que sí, pero cuando le pregunté si era español, comenzó a reírse diciendo que lo dejáramos estar. Al momento, estaba hablando con su hijo en vasco. Entonces, a buen entendedor, pocas palabras bastan.

Con el mítico ciclista del Tourmalet. ¿Os suena la bici?

Con el mítico ciclista del Tourmalet

En la misma raya del puerto, homenaje a Jacques Goddet

Aquí dentro, solo por respirar, toca pagar. Justo en la cima.

Otra más aquí arriba, y van.....lo menos 12 o 13 veces

Foto que certifica la subida al Tourmalet

Una foto para toda la vida, en el Col du Tourmalet

Después de unos minutos ahi arriba, y viendo como poco a poco se iba poniendo mas negro, tocaba abrigarse y bajar con cautela de nuevo hasta Luz-Saint Sauveur, aunque con susto incluido, ya que a la salida de una curva, nos encontramos con una vaca en todo el medio de la trazada, por lo que la tuvimos que esquivar con cuidado para continuar con el descenso.

Ya una vez abajo, investigamos un poco una carretera que salía desde el Hotel, lo que hizo que completáramos hasta las casi 3 horas de salida por el pirineo.

Al terminar, hicimos check-in en el hotel, para poco después un paseo por el pueblo de Luz, viendo que cuando no hay nieve, es un pueblo que vive por y para el ciclismo/senderismo. Luego cenar en Bodega Txoto y un batido de chocolate de la heladería Glaces Praline et Marguerite para terminar el día.

Iglesia de los Templarios en Luz-Saint Sauveur

Al final a las 21:30 estábamos durmiendo a pierna suelta por el primer día. Al día siguiente más.

Los datos del Strava