lunes, 14 de julio de 2025

Pirineos con mi hijo. Día 1

Se cumple un sueño

Hace ya unos cuantos años, cuando uno de mis hijos empezó a montar en bici y "mostrar" cierto interés por la bicicleta, las carreras y este mundillo, pensé en su momento, que quizá algún día podría compartir puertos míticos con el, algo que sin duda, es un auténtico regalo. Y así es, sueño cumplido.

Salimos un viernes de casa, bien prontito, cerca de las 6:45am para intentar llegar lo más pronto posible a Luz-Saint Sauveur, que es donde había elegido el hotel para estar los tres días que tenía pensado para hacer puertos con mi hijo.

Mi conocimiento de la zona, me hacia pensar que era la mejor opción para que durante tres dias, pudiéramos hacer buenas etapas con buenos puertos, pero sin pasarse demasiado, que mi hijo afrontaba estos puertos con 16 años y había que tenerlo en cuenta. 

Hacía tiempo que no me dejaba caer por Pirineos y la verdad es que ver que hay autovía prácticamente hasta Sabiñánigo, sin duda, hace que el viaje hasta este pueblo (muy conocido por cierta marcha cicloturista) se haga en un pispas. Pero claro, desde ahi hasta nuestro lugar de destino, era otro cantar, ya que pasábamos a circular por carreteras de montaña, por puertos tales como el Portalet o el Aubisque. 

El que conozca la zona, sabe que el Portalet se sube/baja bien, pero el Aubisque por el lado del Soulor, la primera vez que lo ve uno impresiona el trazado de la carretera, sus curvas y sus precipicios. Ni que decir, que la zona, como es lógico, llena de ciclistas, lo que empezaba a darle todo un aire "muy ciclista". 

Casualidades de la vida, justo cuando llegábamos al Soulor, me encontré a un compañero de equipo, David Cerdeño, que sabia que estaba por la zona, pero de ahí a encontrarlo es mucha casualidad, pero era una buena forma de empezar por la zona. 

Ya cerca de las 14:00 llegamos a Luz-Saint Sauveur, y ante las previsiones de agua para el sábado, decidimos subir esa misma tarde el Col du Tourmalet, aunque solo fuera subir y bajar. Asi que raudos y veloces, nos cambiamos antes de ir al hotel, para comenzar a dar pedales por el "gran coloso" pirenaico.  Los hay mas duros, los hay mas altos, los hay mas empinados, pero no los hay tan famosos ni con tanta mística. La última vez que yo subí este puerto, fue en el 2016, con mi bicicleta Ridley de color rojo, que para más casualidades, es la bici, con la que mi hijo iba a hacer esta mítica subida. 

Una foto en el Tourmalet, allá por 2008.

Foto del 2016, por el lado de La Mongie, con la bici Ridley, ahora de mi hijo.





El único punto negro de estos dias por alli ocurrió a los cinco minutos de comenzar a pedalear, ya que cierto señor con una furgoneta, nada mas comenzar a subir el Tourmalet, se puso nervioso por ir detrás de nosotros en una zona que no podía adelantar y se puso a decirnos de todo, por supuesto que en francés. No había que ser un lince para saber lo que nos estaba diciendo, todo se soluciono, al menos por mi parte, haciéndole la señal internacional del pajarito y nosotros a lo nuestro, que para eso habíamos venido. 

Íbamos mi hijo y yo a buen ritmo, sin cebarnos, ya que iba preocupado por él, dado que no sabia como iba a afrontar un puerto tan largo (18 kms) y superando por primera vez, los dos mil metros de altura, pero todos los temores fueron infundados.

Como curiosidad, indicar que cuando llevábamos 3 o 4 kms de puerto, nos cruzamos, con lo que deduzco yo, una concentración de Ferrari, por que en un par de minutos, nos cruzamos con al menos 7 u 8, de todos los colores y todas las cilindradas, haciendo un ruedo ensordecedor. 

Seguimos subiendo al tran tran, y cuando pasamos el puerto de Bareges, al poco se supone que podíamos ir por la "Vía Fignon". Me explico, hasta hace unos 20 años, la subida al Tourmalet por esta vertiente, se hacia siempre por el mismo trazado, pero como estaba muy mal para los coches y tambien por su revirado trazado, hicieron una nueva trazada de unos 5-6 kms a partir de la estación de ski de este pueblo. El trazado antiguo, lo cerraron al trafico de coches pero no para las bicis, para que subieran por el trazado clásico y lo denominaron "Vía Fignon" en honor al ciclista Lauren Fignon

El caso, es que esta "Vía Fignon" estaba cerrada asi que fuimos por donde subía todo el mundo, y claro, después de 20 años, este "nuevo" tramo de apenas 4-5 kms, ya tenia el asfalto curtido y la vegetación del entorno como lo demás, por lo que si no sabes lo de este nuevo trazado, te parece que es la subida de toda la vida, pero no lo es.

Por este tramo, cuando apenas nos quedaban 6 kms de subida y veíamos cerca a 3 o 4 "liebres" para poder cazar, resulta que pincho subiendo. Tambien es mala suerte, me tiro 6 meses sin pinchar y lo hago aquí, subiendo el Tourmalet. Cambio rápidamente en apenas 5' y seguimos nuestros camino ya sin parar y a ritmo muy majo para culminar la subida, la primera subida del Tourmalet de mi hijo. El podrá seguir subiendo puertos míticos durante su vida, pero espero, que se acuerde de esta primera vez.

Llegando a la cima

Arriba, además nos pasó algo muy curioso, estábamos haciendo fotos, cuando una persona en un perfecto español nos preguntó si nos sacaba una foto juntos, la respuesta era claro que sí, pero cuando le pregunté si era español, comenzó a reírse diciendo que lo dejáramos estar. Al momento, estaba hablando con su hijo en vasco. Entonces, a buen entendedor, pocas palabras bastan.

Con el mítico ciclista del Tourmalet. ¿Os suena la bici?

Con el mítico ciclista del Tourmalet

En la misma raya del puerto, homenaje a Jacques Goddet

Aquí dentro, solo por respirar, toca pagar. Justo en la cima.

Otra más aquí arriba, y van.....lo menos 12 o 13 veces

Foto que certifica la subida al Tourmalet

Una foto para toda la vida, en el Col du Tourmalet

Después de unos minutos ahi arriba, y viendo como poco a poco se iba poniendo mas negro, tocaba abrigarse y bajar con cautela de nuevo hasta Luz-Saint Sauveur, aunque con susto incluido, ya que a la salida de una curva, nos encontramos con una vaca en todo el medio de la trazada, por lo que la tuvimos que esquivar con cuidado para continuar con el descenso.

Ya una vez abajo, investigamos un poco una carretera que salía desde el Hotel, lo que hizo que completáramos hasta las casi 3 horas de salida por el pirineo.

Al terminar, hicimos check-in en el hotel, para poco después un paseo por el pueblo de Luz, viendo que cuando no hay nieve, es un pueblo que vive por y para el ciclismo/senderismo. Luego cenar en Bodega Txoto y un batido de chocolate de la heladería Glaces Praline et Marguerite para terminar el día.

Iglesia de los Templarios en Luz-Saint Sauveur

Al final a las 21:30 estábamos durmiendo a pierna suelta por el primer día. Al día siguiente más.

Los datos del Strava