lunes, 28 de octubre de 2013

Carrera : Ciclocross de Alcobendas

Carrera : Ciclocross de Alcobendas
Lugar : Alcobendas (Madrid)
Fecha : 26 de Octubre de 2013

Por fin llego el debut

El sábado pasado, se disputo el 2º G.P. de Alcobendas organizado por EnBici, donde el año pasado. Un circuito duro, técnico, de fuerza, rápido………un poco de todo, y además, con mucho barro ya que toda la noche anterior y prácticamente toda la semana previa, estuvo lloviendo por Madrid, lo que le dio un puntito extra.

Yo me presente allí con ganas, no competía desde mediados de Mayo, donde mi última carrera fue el GP de Fuenlabrada de Primavera y ya tenía ganas de al menos ponerme el dorsal, sentir el sabor de la sangre en la boca, ese dolor de patas característico…………algunos lo llaman locura, yo prefiero llamarlo forma de vida. Así que allí me presente a las 8:30 de la mañana, después de cómo no, dejar a toda la tropa desayunada con sus respectivos biberones y la casa en orden de revista.

Una vez recogido el dorsal (por cierto, el 330 este año), como tenía casi 3 horas por delante, hice como los buenos corredores de CX (que no quiere decir que yo lo sea, ni mucho menos), me recorrí todo el circuito a pie, viendo cada curva, cada recta, cada bache……….y me vino muy bien. Después, otro par de vueltas con la bici para ver que era un circuito que se iba a hacer muy duro y que en mi opinión, era una carrera más de fondo con fuerza que una de fuerza a secas.

Así que mientras llegaban las 11:30, me dio tiempo a ver un rato la manga de las 9:30 con los M-40-50-60 y fijándome en algún punto concreto como tomaban las curvas, como bajan, etc……es decir, a aprender y fijarme en la técnica, mi verdadero talón de Aquiles en esta disciplina, que dicho sea de paso, cada día me gusta más.

Además, también estuve con mi compañero Victor Taborcia, que debutaba en la disciplina y mis padres junto con mi hermana, que decidieron pasar a ver la carrera y bueno, era un puntito de motivación.

Ya acercándose la hora, tocaba estar cerca de la salida, después de mi caída el año pasado, no tenia puntos, por lo que no tenia puesto en ninguna de las tres primeras líneas de parrilla, por lo que había que estar listo para una vez nombrados los que si tenía parrilla (20 corredores) cuando dejaran al resto de corredores, buscar una buena posición de salida, algo que más o menos conseguí, estaba en cuarta línea y pegado al lateral, algo que quería para buscar hueco en el sprint de salida por el lateral, ya que todo el mundo tiene a tirar hacia el centro.

Se dio el pitido de salida, salí esprintando pero guardando un puntito, nada más salir tuve un salto de cadena que me rompió un poco y poco después, un corredor con un problema mecánico se cruzo desde la derecha a la izquierda en pleno sprint de salida con la bici descontrolada para estamparse con el seto central y que por poco se lleva a mis padres por delante. Qué cosas.

Así que llegue a la primera curva, en medio del paquete, y como suele ser habitual, la primera vuelta es donde salimos todos a tope, todos tenemos fuerza y hay que aguantar el tirón, cosa que hice más o menos bien.

Overbooking en el primer tramo de escaleras


A tope

Ya al comenzar la segunda vuelta, me puse mi ritmo y comencé a remontar posiciones, aunque sufría en los tramos de escaleras, ya que tengo que llevar la bici en volandas y no en el hombro, algo que me resulta del todo imposible teniendo aun dentro de mí las placas y los tornillos de la rotura de la clavícula de la temporada pasada. Como decía, iba remontando posiciones, iba a mi ritmo y además, en las curvas algo más complicadas, tomaba muchas precauciones.

En la tercera vuelta nos juntamos 5 corredores (uno que iba de negro, Sergio estaban del CC Escurialense, otro de Ciclos Corredor y otro del Salchi), y durante la tercera vuelta, la cual yo iba bien trate de pasarlos a todos, algo que conseguí, pero no fue pasar e irme, digamos que con todos ellos hubo una bonita lucha por la posición, y yo les pasaba, ellos a mí, etcétera……………….pero ya iba en mi limite. Aunque en esos momentos estaba muy contento de la carrera que estaba haciendo. Iba muy concentrado y a buen ritmo.

Sufriendo en los tramos de escalera

Ya en la cuarta vuelta, me vino el bajón, ese que normalmente tengo en la segunda vuelta, esta vez lo tuve en la cuarta vuelta y esos cuatro corredores que tenía por delante, se me empezaron a marchar poco a poco, aunque los tenía a la vista, notaba como poco a poco se me iban marchando así que tocaba cambiar el chip, ya no iba a cogerles, así que tocaba ir mirando hacia atrás.  Relativamente cerca tenia a otro corredor del Salchi,el dorsal 327, que guardaba bien las distancias con él. Y era realmente mi rival en esa cuarta y quinta vuelta.

Dandolo todo

La cuesta del martirio.

De hecho, la quinta vuelta ya no miraba hacia adelante, sino que miraba hacia atrás, que aunque no me recortaba (la distancia era de 10-12 segundos) el caso es que no se podía bajar la guardia ni la concentración, ya que cualquier error en forma de caída o entrar pasado en una curva, eso podría hacer que esa escasa ventaja se me escapara el puesto que tenia. Así que digamos, que fue un bonito duelo, un bonito duelo deportivo que al final, es lo que a mí al menos, deportivamente me llena de satisfacción.

En el tramo de pavé.

Al terminar la carrera de hecho, este corredor y yo cruzamos un par de palabras de enhorabuena y darnos la mano. Terminar la carrera por cierto, lleno de barro hasta las orejas, con buenas sensaciones, y como decía, sin averías, sin caídas, sin percances, sin nada raro que contar y eso para mí es el mejor y mayor triunfo, dado mi historial. Al final puesto 28 de 48 que terminamos a 6:17 del primero.

Con Victor Taborcia, el otro Ciclo Speed en Master-30.

Luego tocaba cruzar impresiones con mis padres, los cuales me confirmaron lo que ya notaba en carrera, que las primeras tres vueltas iba a ritmo de 8 minutos mientras que las dos últimas las hice en 10 minutos. Las sensaciones no mienten y el Garmin, tampoco.

Ahora, a esperar tres semanas para volver al ruedo en Boadilla del Monte, carrera que creo ya va por la cuarta edición. Bonita carrera, bonito circuito y a seguir entrenando con ganas, ilusión y presión cero, el objetivo es pasarlo bien, disfrutar, hacer deporte y volver a casa de una pieza.

Hasta la próxima

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lunes, 7 de octubre de 2013

y Capitulo 5. Escapada a los Alpes

Menudo día amaneció en Bedoin, al igual que los dos días anteriores, con un solazo espectacular y ni una sola nube en el horizonte. Eso hizo que me levantara con muchas ganas, sin duda, el mejor día en cuanto a sensaciones físicas de toda la semana alpina. Después de un desayuno magnifico en el hotel en el que estábamos, que dicho sea de paso, estaba justo en la carretera de ascensión al Mont Ventoux, nos preparamos para hacer la última subida que prometía y mucho.

La subida famosa de este puerto, la que se sube en el Tour de Francia es la que sale desde la localidad de Bedoin. Nuestro hotel, estaba a casi 4 kms de este pueblo, por lo que para salir tuvimos primero que descender esos 4 kms para luego, desde Bedoin hacer la subida como Dios manda. Además, en la salida de este pueblo, hay un sitio bien marcado, donde se indica desde donde tienes que cronometrarte en la subida para saber tu tiempo. Sinceramente, ni me acuerdo del tiempo que tardé, iba allí a subir y disfrutar.

Los tres que fuimos a esta aventura alpina, nos tomamos este descenso con calma, mientras dicho sea de paso, veíamos muchísima gente subiendo de toda clase y condición. Ciclistas que parecían auténticos profesionales con bicicletones espectacular, gente con bici de montana y mochila…………toda clase de ciclista que uno se pueda imaginar, lo que le daba un aire muy especial.

Cuando llegamos a Bedoin, tanto Alfredo como Alberto decidieron hacer un par de kilómetros más para calentar, yo directamente llegue abajo y me di la vuelta, que ya me cogerían subiendo. Este puerto la verdad es que aunque me decepciono un poco, porque me lo esperaba mucho más duro, me encanto ya que los primeros kilómetros hasta llegar a la zona boscosa, no es que fuera un paseo pero se podía ir a muy buen ritmo, cosa que a mí por lo menos me viene fenomenal. Así que me puse a mi ritmo y para arriba.

Me encontraba de lujo, iba a muy buen ritmo, a mi rollo e iba pasando mucha gente, aunque sí que es verdad que ya que venía de los precedentes anteriores iba también guardando cierto margen, ya que no sabía cómo era la subida ni cómo iba a responder mi cuerpo.

Como decía los primeros kilómetros me sentí fenomenal, iba relativamente rapidillo, así que cuando llegue a la zona del bosque, la zona más dura de toda la ascensión que no baja prácticamente nada del 10% tuve que bajar un poco el ritmo pero aun así me sentía muy bien, los kilómetros iban cayendo y de momento ni rastro de mis dos compañeros y eso, para que lo vamos a negar, me motivaba por que llegue un momento en que apreté para que tardaran lo máximo posible en cogerme.

Dicho esto, cuando estaba a punto de salir de la zona del bosque, Alberto me paso como una exhalación, ya que el tío sube muy mucho. Iba sin lugar a dudas encendido y cronometrándose para ver que KOM hacía de cara al Strava. Yo mientras tanto a mi ritmo, a la vez que no solo veías ciclistas franceses……….allí había de todas las nacionalidades : holandeses, ingleses, italianos, alemanes………..y muchos de ellos con el coche de apoyo de la familia haciéndoles fotos. Vamos, que a alguna familia de todas las veces que les vi, casi ya eran amigos………..

Una vez pasado el tramo del bosque, se llega al Chalet Queyras, donde comienza la parte más famosa de esta ascensión, donde de repente desaparece toda la vegetación y da paso a una montaña totalmente blanca por el tipo de roca que hay allí arriba. Y la verdad es que es tal cual. Es llegar a ese punto y como si hubieran trazado una raya especificando que a partir de ahí vegetación cero y todas las rocas blancas. Simplemente espectacular.

En el tramo final del Mont Ventoux.

Tramo final del Mont Ventoux.

Se da la circunstancia que además desde ese punto, es cuando el viento empieza a soplar fuerte, o al menos es como todo el mundo te lo describe y de ahí el por qué de su nombre : Ventoux. Pero la verdad es que el día que subí yo, lo que se dice viento……ni gota. Quizá fue por eso por lo que esos kilómetros finales, decidí darlo todo y llegue a subir incluso con el 19 ya que el porcentaje bajaba mucho y se podía ir a un ritmo muy majo. Y así hasta arriba del todo.

Apretando los dientes en los últimos kilómetros 

Mientras tanto, mi otro compañero Alfredo, me paso apenas a 3 kms del final, lo que denotaba que estaba haciendo una buena ascensión. Dicho esto, ya en el kilometro final, el porcentaje volvía a crecer pero ya había que darlo todo, no solo subí piñones, sino todo lo contrario : quite un par de dientes a la vez que pasaba por delante del monumento a Tom Simpson. Iba tan encendido que la curva y recta final, la que da acceso a la antena meteorológica entre esprintando con todas mis ganas. El Mont Ventoux estaba hecho.

Foto con el cartel del Mont Ventoux al fondo.

Otro puerto para la colección.

Ahora tocaba recrearse con las vistas desde allí arriba, que eran simplemente espectaculares. El Mont Ventoux es una enorme montaña en medio de la estepa, que un día tan claro como el que estábamos teniendo se veían los Alpes y se veía el mar. Espectacular.

Rampa y curva final del puerto.

Con la torre meteorológica al fondo.


Tramo final del Mont Ventoux desde la cima.

Vista de los Alpes desde el Mont Ventoux.
  
Después de unos minutos allí arriba, haciendo fotos y viendo todo, tocaba bajar y detenerse las veces que hiciera falta a hacer fotos. En mi caso, estaba claro que me pararía en el monumento a Tom Simpson, había que rendir pleitesía al corredor caído y dejar allí, al igual que muchos otros, algún recuerdo. En mi caso, mi bidón de la marcha Alberto Contador. Luego, todo para abajo en un descenso que se puede disfrutar como pocos, carretera relativamente buena y a toda pastilla, aunque eso sí, sin pasarse que no hay nada que ganar y si mucho que perder.

En el monumento a Tom Simpson

Rindiendo pleitesía a Tom Simpson.

Foto para el recuerdo.

Ya en el hotel, nos cambiamos rápidamente, recoger los bartulo y carretera para casa, que aun nos quedaban 700 kilómetros para llegar a nuestro destino, pero un error de interpretación del GPS casi nos manda de nuevo a los Alpes, ya que nos íbamos en dirección contraria cuando cogimos la autopista europea, será que el subconsciente nos estaba traicionando.

Así que una vez subsanado el error, ya era todo recto hasta España y Zaragoza, para llegar a Teruel, algo mas tarde de lo previsto pero con ganas de ver ya a mi mujer y a mis hijos, los cuales me recibieron con un montón de besos y abrazo, sin duda lo mejor del viaje.

Ya una vez en casa toca descansar, disfrutar de la familia, pasar unos días en la playa y no tocar la bici ni con un palo, pero eso sí, teniendo presente que ha sido una gran experiencia, donde he aprendido mucho, he compartido muy buenos momentos con mis compañeros de viaje y aunque he disfrutado, sí que es cierto que por mis problemas físicos, menos de lo esperado, así que ya tengo excusa para volver……………….yo solo o con El Coleccionista de Puertos.

Hasta la próxima.

domingo, 6 de octubre de 2013

Capitulo 4. Escapada a los Alpes

Después de la paliza del día anterior con el Stelvio y el traslado kilómetro que nos hicimos, tocaban hoy dos colosos (Izoard y Agnello) mas otro traslado por la tarde hasta Bedoin.

Ya ayer la noche anterior, como comente en el post anterior, no cene por que no estaba del todo muy católico del estomago que me seguía dando guerra y después de dar mil vueltas en la cama, amaneció. Me levante con ganas y con mucha hambre, así que el desayuno simplemente lo devoré.

Después de dejar los trastos preparados y confirmar que en este hotel, no nos dejaban la habitación para luego ducharse y hacer el traslado limpitos, salimos con dirección al Izoard, primer puerto del día. Ya lo pudimos inspeccionar la noche anterior cuando estábamos llegando, pero claro, era de noche y como se suele decir, de noche todos los gatos son pardos. Así que tampoco pudimos sacar muchas conclusiones.

El entorno hasta allí era precioso, mencionar que el castillo de Chateau-Queyras era desde fuera realmente espectacular, y quizá desde dentro también lo fuera, pero no había tiempo para hacer turismo.

A mí personalmente el Izoard me llamaba mucho, ya que tenía ganas de conocer el famoso tramo de la Casse Desserté, pero para llegar allí arriba primero habría que sudarlo y mucho.  El tramo desde el hotel hasta donde empezaba el puerto eran casi 10 ms de ligera bajada, que luego a la vuelta se harían como poco muy pestoso. Yo incluso en ese tramo de bajada, no me sentía nada bien, las piernas estaban duras y simplemente no iban. Pensaba que con esos kilómetros iniciales podría cuando menos mejorar un poco y sufrir menos.

Los primeros kilómetros cuesta abajo con el Chateau-Queyras al fondo.

El caso es que cuando empezamos el puerto, los primeros 2-3 kilómetros no eran excesivamente duros pero ahí ya me quedé sin remedio y ya me empezaba a rondar la idea que el Agnello……..quizá era mejor no subirlo y guardar fuerzas para el último puerto de la escapada a los Alpes, el Mont Ventoux al día siguiente.

La subida hasta el pueblo de Arbiux no era dura, pero el paso por este pueblo sí que endurecía bastante y a partir de ahí hasta poco antes de la Casse Desserté era bastante duro. Al igual que en todos los puertos, había mucha gente de todos los niveles y ese día mucho más al ser domingo.

Después de sufrir mucho durante unos kilómetros, llegue a la Casse Desserte, ese tramo donde desaparece la vegetación y tiene aspecto de monte lunar, lugar mítico donde los haya, de hecho hay  un momento a Loiuson Bobet y Fausto Coppi en plena ascensión, lugar que pararía si o si en la bajada. 

La mítica Casse Déserte.

En la mítica Casse Déserte

Panorámica de la Casse Déserte.


Este tramo como tal, tiene poca cosa en cuanto a dureza aunque da paso al último kilómetro realmente duro y si además, uno llega vacío y con cero ganas de seguir subiendo, arriba decidí que el Agnello, con todo el dolor de mi corazón, habría que dejarlo para otra mejor ocasión.

Monumento a Coppi y Bobet

En el monumento a Coppi y Bobet

La flaca rindiendo pleitesía a Coppi y Bobet.


La cima del Izoard es mítica por el monolito que arriba lo contempla, además, como he comentado al ser domingo estaba hasta arriba de gente, pero además, en pocos días se iba a disputar por allí el Triatlón del Embrun y había muchísimos triatletas de muchos países subiendo ese puerto, aquello era una romería llena de ciclistas subiendo y bajando ese puerto. A mis compañeros les dije que se fuera al Agnello, que yo volvería a Aiguelles a mi ritmo, que sería de tortuga y a mi aire.

Otra fotito a la coleccion : Col d'Izoard

Con el cartel del puerto del Izoard.

Esto es para hombres


Al poco de comenzar el descenso por la misma vertiente que subimos (la del Tour de Francia) me detuve en el monumento que he comentado, y ese sitio sí que es historia del Tour de Francia, luego simplemente en el descenso me dejé caer antes de comenzar los kilómetros pestosos que antes habíamos hecho. Fijaros que si iba mal, que pare en el pueblo de Arvieux que estaba en la subida del puerto y luego en Chateau-Queyras a estar un poco allí sentado en la fuente del pueblo antes de seguir camino a Aiguelles.

Chateau-Queyras al fondo.

Chateau-Queyras entrando en el pueblo.

A los pies del castillo.


Cuando llegue a mi destino, me tocaba estar un buen rato esperando a mis compañeros, así que me dio tiempo tranquilamente a cambiarme, darme un par de paseos por el pueblo y luego acercar el coche hasta el cruce con el Agnello, así les quitaba unos ms que luego les vino de lujo.

Así que después de estar un buen par de horas tranquilamente a la sombra en el coche echando un sueñecillo, aparecieron mis compañeros después de subir el Agnello, puerto del que dicen tiene las mejores vistas de los Alpes y el motivo principal por el que quería ir a subirlo, en esos momentos mi ánimo estaba por el suelo.

Pero tocaba animarse, teníamos un traslado de casi 250 ms hasta Bedoin que al día siguiente tocaba el Mont Ventoux.

El traslado fue cuando menos divertido e hicimos mucho turismo, ya que el GPS nos metió prácticamente por carreteras comarcales, por cierto, muy bonitas y con su encanto, pero eso sí, lleno de curvas y puertecillos pequeños. En uno de ellos, nos proporciono una panorámica del Mont Ventoux a lo lejos realmente espectacular, y eso me hizo que mi ánimo subiera algo. Ya había ganas de subirlo. Este es otro puerto mítico.

Como decía, después de un traslado un tanto pesado(otro mas), llegamos a nuestro hotel, que francamente estaba muy bien y después de dejar los bártulos e instalarnos, fuimos a Bedoin a cenar y darnos un paseo tranquilamente, viendo que este pueblo vive realmente del puerto y todo lo que significa. Después de una cena muy copiosa y estupenda, tocaba darse un paseo por el campo a la luz de las estrellas y luego a dormir. Aunque nos quedamos con ganas de haber subido el puerto de noche, ya que desde arriba podría haber una vista espectacular, pero como estábamos un tanto cansados y el coche apenas tenía gasolina……….mejor no arriesgarse.

Al día siguiente tocaba el Mont Ventoux.

Al día siguiente allí subiríamos.


Continuara.