martes, 14 de febrero de 2023

El Peso del Mando : Cocinando los ingredientes de la tragedia

Pues sí, ya estábamos en el Sabado 4 de Febrero. Y un servidor (o pringao como se prefiera) junto con Amador Alonso (mi mano derecha) y uno de mis hijos (al único que le gusta la bici), con la supuesta autorización CORRECTA de la CAM para celebrar la carrera, nos dedicamos cerca de 12 horas el sábado a ir con mi furgoneta, por los caminos y pistas del canal, poniendo flechas y balizas para que todo el mundo, a parte de recomendar que llevaran el Track, pudiera seguir el recorrido.

Ya que decíamos, que lo íbamos a poner de tal manera, que “hasta un ciego podría hacerlo”. Y así lo hicimos, convencidos de ello.



El caso, es que el sábado, mas o menos al medio día estábamos en Pedrezuela marcando el recorrido totalmente ajenos a los que se nos venia encima. En la imagen que podeis ver:

 

  • Con una linea roja esta marcado el recorrido por donde debía de transcurrir la carrera.
  • Con un recuadro rojo, esta marcada la zona donde estábamos
  • Con un recuerdo verde, esta marcada la zona por donde al día siguiente había una batida de caza.


Explico esto, porque mientras estábamos en la zona del cuadro rojo(en la imagen), se nos acercó un tipo con un quad, vestido todo de verde, con un uniforme que parecía oficial y nos preguntó qué hacíamos. Se lo explicamos y como vio que el recorrido no afectaba a la batida de caza, o al menos, donde empezaba, nos dio una palmadita en la espalda y se fue. Creo que esta persona, era de la Asociación de Cazadores de Pedrezuela y se esta limitando a marcar donde empezaba.

Importante remarcar, que sobre el terreno, el recorrido no entraba en absoluto en terreno de batida de caza. Se estaba preparando una gorda y no lo sabíamos, pero mientras tanto, nosotros a lo nuestro y seguir marcando el resto del recorrido, que se nos echaba la tarde encima y apenas estábamos en la mitad del recorrido, por lo que había que aligerar. 

Y aligeramos tanto, que en una de esas, pinchamos una rueda de mi furgoneta en medio de una pista, y gracias a que Amador sabía como hacerlo pudimos reparar, por que yo en 30 años conduciendo jamás había pinchado y me veía llamando al Seguro para que vinieran a solucionarme el marrón.

El caso, que una vez solucionada la avería, seguimos con lo nuestro y a las 6 de la tarde, estaba ya todo marcado y balizado. Pero quedaba la zona de meta, donde entre mi hijo y yo, nos pusimos a repartir vallas a diestro y siniestro para cortar alguna calle y preparar la salida.

Total, que llegue a mi casa a las 12 de la noche y al día siguiente me levanté a las 4 de no poder dormir de los nervios para que saliera todo bien.

El caos a punto de explotar.

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