Y llegamos al final............por este año
Meiringen, ciudad donde estuve dos noches y ciudad desde donde partía la última etapa con dos puertos en el menú: Grosse Scheidegg y Mannlinchen.
La etapa del dia
Pero Meiringen es mucho más, cuentan ellos mismos, que en esta ciudad es donde se creó el merengue (y no me refiero a los madridistas) sino a ese postre que todos conocemos, de hecho, si te das un paseo por la ciudad, hay bastantes tiendas donde puedes encontrar este delicioso dulce de muchas formas. Nosotros en las dos cenas que tuvimos en el hotel, el postre era "merengue con algo", y estaba realmente delicioso.
Pero Meiringen es mucho más, dado que un tal Sir Arthur Conan Doyle, creador del personaje de Sherlock Holmes, el Doctor Watson y su némesis el profesor Moriarty, ambientó su última novela "El Problema Final" en esta población y en sus cataratas de Reichenbach, por lo que en esta ciudad podemos encontrar:
- La Plaza Sir Arthur Conan Doyle
- La Plaza de Sherlock Holmes
- La estatua de Sherlock Holmes
- El Museo de Sherlock Holmes
- El Hotel Sherlock Holmes
- El Bar Sherlock Holmes
- Y el tren cremallera que te lleva a las cataratas de Reichenbach, donde se desarrolla "El Problema Final"
La etapa como he indicado contaba con dos puertos, el Grosse Scheidegg y el Mannlinchen.
Del primer puerto no tenía dudas, había que subirlo si o si, porque las personas que conozco y todo lo que he leído al respecto, indicaban que era sin duda el puerto más bonito que uno podía subir en Suiza. Por paisaje, por carretera, por entorno...........por todo. Ojo y es un puerto de 16 kms a 8% de media.
Pero del puerto de Mannlinchen, la cosa ya cambia y cuando uno vez que la pendiente media durante 14 kms es del 10%, había que pensarlo. Y eso hice, darle vueltas para ver si este puerto lo subía y finalmente decidí NO subirlo, por muchos motivos:
- No me gustan esta clase de puertos, que son "cuesta de cabras" asfaltadas, como el Angliru, otro que ssubí en su momento y me dije no volver jamás.
- Ya había cumplido mis objetivos en Suiza, es decir, 13 de 14.
- Por poder, se puede subir, pero llevaba un 36x32 de desarrollo máximo y no iba a pasarlo mal, lo iba a pasar fatal, cuando en puertos así lo recomendable habría sido un 32x32
- Y mi amigo Diego Ramos, con el que estuve en Andorra hace unos años y estuvo aquí en 2024 también con Bike Tour Experience, me lo desaconsejaba totalmente, insistiendo en que no merecía la pena.
Por tanto, la decisión estaba tomada: solo subiría el primer puerto, me daría la vuelta para volver a Meiringen y tendría unas cuantas horas para hacer turismo, para ir a visitar el pueblo a fondo y todo lo relacionado con Sherlock Holmes, que era un reclamo bastante jugoso.
La estatua de Sherlock Holmes en la Plaza de Sherlock Holmes
Y, además, había otro factor que no sabía y me di cuenta este mismo día, el 1 de agosto, es la fiesta nacional de Suiza, por lo que toda la localidad estaba engalanada para la ocasión y había gente por todas partes. Algo increíble, los suizos.......¡¡de fiesta!!, pero vamos, su fiesta es estar en la plaza del pueblo tomando una cerveza sentados y charlando, nada de verbena, baile o charanga como en España.
Fiesta nacional de Suiza, el 1 de Agosto. Ya he vivido tambien el 4 de Julio en EEUU y el 14 de Julio en Francia.
Asi que a las 8.30 de la mañana, junto con el resto del grupo comenzamos la salida de la última etapa y en mi caso solo el primer puerto, el resto harían la etapa completa.
Este puerto del Grosse Scheidegg está considerada la carretera más bonita de Suiza, con 16 kms al 8% y un desnivel acumulado de cerca de 1.500 metros de desnivel y no ha decepcionado en absoluto.
La etapa comenzaba con apenas 1 km de llano y hale, para arriba 18 kms. Los primeros 2 kms, los que bajamos el día anterior del "repechito" de regalo y luego, giro a la derecha y 16 kms de puerto.
Este puerto, tiene 2 tramos bien diferenciados. Un primer tramo de 8 kms con buenas pendientes, en su mayoría entre bosques, praderas, cascadas y curvas muy abiertas, para pasar a un segundo tramo, desde el cual, ya los coches no pueden pasar, y a partir de ahi sus rampas son de consideración. Además, la carretera es muy estrecha y serpenteante, que tiene el ancho justo para coche o un autobús y esto lo complica un poco.
Ademas existe un servicio de autobús y estos, tiene absoluta prioridad tanto bajando como subiendo, y cuando llegan a un tramo de poca visibilidad, llevan una bocina con un volumen tremendo, y no es un simple bocinazo, es como la música de las verbenas de pueblo y se oye desde mucha distancia. Esto lo hacen para que todos los coches (hasta el primer tramo) se aparten o incluso que los que subimos en bici, nos echemos a un lado. Muy curioso y pintoresco.
Servicio de autobuses del Grosse Scheidegg.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo
Yo desde el principio, como no iba a hacer la etapa completa, levanté mucho el pie, y directamente me quedé el ultimo a posta, para subir a mi ritmo, incluso sin llegar a pararme, poder hacer fotos durante la subida, ya que insisto, la subida era espectacular.
Esta subida, va por la parte de abajo del Eiger, una montaña muy famosa entre escaladores, dado que es considerada una de las escaladas más difíciles del mundo, concretamente su pared vertical a la cual la llaman la “pared asesina”, por la cantidad de escaladores que han perdido la vida ahí en los últimos años.
Esta montaña tiene sus particularidades, como un par de estaciones de tren dentro de la propia montaña y acceso a una serie de túneles, que dan acceso a esta “pared asesina” para el rescate de escaladores. Esto se puede apreciar muy bien en la película de Clint Eastwood “Licencia para matar”
Una vez llegado al comienzo de la segunda parte, una vez pasado un tramo de descanso simplemente espectacular, es desde este sitio desde donde los coches no pueden continuar y el que quiera subir tiene 3 opciones: andando, autobús o en bici, pero durante el primer kilómetro te comes una rampa constante del 16%, y el resto de esta segunda puerta, no baja prácticamente en ningún momento del 8%.
Ni que decir tiene, que esta segunda parte es igual de curveada, praderas y árboles, con montañas a ambos lados, y sin lugar a duda, la subida más bonita de toda la semana.
Como dificultad añadida, esta el tema de los autobuses, que hubo varias ocasiones que me pillaron subiendo o bajando, por lo que, para no echar pie a tierra, me salía de la carretera por el borde y seguía pedaleando por la tierra, y es que los autobuses, literalmente ni frenan ni hacen por apartarse o hacer sitio para que quepas tu tambien, sencillamente no es su problema. Cosas de suizos.
Al llegar arriba, solo me encontré a Rubén nuestro fotógrafo ya que el resto, continuaron con la etapa, la que terminaron cerca de las 7 de la tarde.
Última rampa del Grosse Scheidegg y de la aventura suiza.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo
Arriba, pude abrigarme con la ropa que Rubén nos había subido andando desde donde no se permitía el paso a los coches,
Para terminar, la anécdota del día. Arriba un suizo que había subido en bicicleta eléctrica (sin comentarios al respecto) me preguntó si tenia una bomba para hinchar la rueda trasera, pero yo de eso no llevo. Sin embargo, le dije que trajera la bicicleta hasta donde yo estaba, sacando la bombona de aire comprimido y le inflé la rueda en apenas 5 segundos. Su cara fue un poema, porque nunca, me dijo, que había visto algo así y me pidió la bombona gastada para enseñarla en su tienda de bicis. Como contrapartida, le pedí que me hiciera la foto en el cartel del hotel de la cima, por que alli no había cartel.
Foto de rigor en el último puerto, donde no hay cartel.
Luego tocaba ya bajar, que lo hice muy tranquilo y parando las veces que fuera necesario, no para hacer fotos, ya que aunque las hubiera hecho no habrían hecho justicia al precioso sitio que veía, simplemente me quedaba contemplándolo unos minutos para que se grabara bien en mi retina.
Espectaculares vistas desde el puerto
Al fondo, no se ve bien, el Eiger
Una vez ya en el hotel, cambio de ropa y ducha rápida, estando a las 12:30 listo para la acción, había que aprovechar la tarde.
Lo primero, salir hacia el tren para las cascadas de Reichenbach, que justo estaba en la otra punta del pueblo, cerca de 1,5 km andando. Y una vez alli, 7 minutos de tren cremallera para llegar a una plataforma que estaba en la base de la cascada, que era realmente impresionante.
Tren a las cascadas de Reichenbach
El tren cremallera
La cascada donde se "supone" que murio Sherlock Holmes
Pero lo mejor era que desde ese punto había una escalinata de cerca de 2.000 escalones que te podía hacer llegar a la parte de arriba de la cascada, con dos miradores intermedios. Por supuesto, a pesar del cansancio acumulado de toda la semana, tocaba subir esos escalones, por medio de un bosque paralelo a la cascada. Ni que decir tiene, que me costó un mundo subir, pero solo iba a estar alli una vez en la vida, asi que había que aprovechar. Y mereció la pena.
Escalinata de 2.000 peldaños para ir hasta arriba de la cascada
Placa que indica el lugar exacto donde se "supone" murió Sherlock Holmes
Luego ya la bajada fue mucho más suave incluido el tren cremallera. Ya una vez abajo, tocaba ir al museo de Sherlock Holmes, que estaba en la plaza del mismo nombre y con una estatua en su honor. Y dado que era la fiesta nacional suiza, en aquella plaza se encontraba todo el pueblo de Meiringen, todos alli con cerveza en mano y esta vez sí, cantando al son de unos músicos que había por alli.
Después, otro paseo para ir a ver dos cosas más, el castillo en ruinas del Restiturm, que esta en una elevación sobre el pueblo, que desde alli proporciona una vista del valle, la cascada y el pueblo realmente bonita, y además, justo a los pies este castillo, que realmente es una única torre, hay un jardín con árboles, césped y bancos, donde no pude resistirme y con el cansando acumulado, me tumbé bajo un árbol a echarme una siesta que me sentó de maravilla.
Castillo del Restiturm
Un rato después, y ya camino del hotel, pase a visitar la Iglesia de San Miguel, que aunque sea protestante, realmente merecía la pena, sobre todo la torre del campanario y estaba rodeada de las típicas casas suizas de madera con flores y jardines. Una preciosidad.
Campanario de la Iglesia de San Miguel
Poco después, era la hora de la cena y comenzaban los preparativos para el regreso, entre otros en volver a meter la bici en la caja para la vuelta a España, que la Ridley al igual que en Austria se ha portado muy bien aportándome mucha fiabilidad en todos los sentidos.
Ya tocaba pensar en volver a casa con mi familia y procesar todo lo vivido esta semana, y por supuesto, ir pensando en la próxima aventura y sacar conclusiones, que esas irán en el próximo y último post de Suiza.
Los datos del Strava
El recorrido del día
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