viernes, 22 de julio de 2022

Escapada Andorra : Día 3 : La Rabassa y La Gallina (desplumuado mutuo)

Tercer día en Andorra y probablemente tocaba el día mas duro de todos, al menos sobre el papel. Después de dormir a pierna suelta, tocaba un desayuno potente, por que lo nos tocaba por delante, era complicado, sobre todo el segundo puerto del día, la famosa La Gallina. Que todo el mundo que conozco que lo ha subido, decían que era realmente duro y eso lo iba a comprobar sin lugar a duda.

Salimos a una hora adecuada, pasadas las 9, sin pasar calor pero tampoco frio y mas cuando nuestra ruta comenzaba de bajada hasta Sant Julia de Loriá y desde ese pueblo, afrontar primero La Rabassa y después de volver al mismo sitio, La Gallina. Para volver de nuevo a Sant Julia y para arriba hasta Erts, que es donde estamos alojados.

Fue una etapa complicada desde el minuto 1, ya la bajada pasando por La Massana, bajando hasta Andorra La Vella y bajando aún mas a Sant Julia de Loriá no es en absoluto recomendable en un día de diario, muchos coches (y ojo como conducen algunos andorranos por aquí), mucho tráfico, muchos cruces, muchas rotondas y un par de túneles (que nos metimos de forma ilegal). Tenia su complicación de cerca de 20’, eso sí, a casi 36-37 de media. Insisto, nada recomendable, pero era lo que había y nuestro desconocimiento del entorno.

Ya una vez en Sant Julia, localizamos la rotonda para comenzar La Rabassa, y os aseguro que el comienzo de puerto es duro duro, los primeros kilómetros con unos rampones del 10-11-12% y eso iba a ser la tonica durante todo el día, aunque yo aún lo desconocía. Así comenzamos los primeros dos kilometro hasta un cruce que puedes elegir carne (La Rabassa) o pescado (La Peguera), al final acaban convergiendo en el mismo punto y los 4 últimos kms son comunes.

Elegimos carne, es decir, el Col de La Rabassa y lo elegimos simplemente por que el nombre nos llamaba más, visto ambos perfiles y pendientes medias, estaban mas o menos por igual. Después de ese cruce, seguimos con lo duro, otros 4-5 kilómetros al 8-9-10% constante, y así hasta el cruce de convergencia. Eso sí, la subida muy tranquila y bonita, todo entre un bosque de pinos y como era a primera hora del día, el sol no estaba en lo alto y podíamos ir por la zona de sombra. Mientras subíamos por esta vertiente, en la montaña de enfrente, se podía ver perfectamente los primeros 3-4 kms de La Gallina, a pleno sol, con rampones y unas cuantas herraduras. Mirándolo así de reojo………..se avecinaba lo duro.

Pero estábamos de momento en La Rabassa, subiendo por la carretera que lleva a Naturlandia, un parque de atracciones en la montaña, que tiene muy buena pinta, pero eso queda para otra ocasión que se vaya la con la familia. Una vez llegado a la rotonda de convergencia con la subida por La Peguera, comenzaba el tramo final, que son unos 3-4 kms donde el porcentaje bajaba considerablemente al 4-5% y ahí ya el pedaleo es mucho mas alegre y llevadero. Hasta ese momento, íbamos Diego y yo juntos en la subida, pero a 2 kms del final en una curva de herradura, donde la pendiente sube de porcentaje de forma abrupta, me quede clavado y me quede solo.

No pasaba nada, a mi trantan hasta arriba lo poco que quedaba y así pude culminar esta subida. Una vez hecha la foto de rigor, tocaba bajar y lo hicimos por la otra vertiente, por La Peguera, una subida muy interesante, pero la única pega es que tiene dos descansos (si subes) o dos repechones (si bajas) a mitad de recorrido. Pero vamos una bajada rápida por un entorno diferente a la otra vertiente, ya que por aquí se veían mas praderas y algo de montaña más abierta.

Ya de nuevo en Sant Julia de Loria, nos dispusimos a afrontar La Gallina, y era encontrar la rotonda correspondiente, girar a la derecha y patapum para arriba. Literal. Nada mas girar, ves los 12,6 kms a una media del 9%. Ya el primer kilometro era cerca del 9, pero entre casas mas o menos lo llevas, pero era salir de estas casas y empezaba el tramo que veíamos desde La Rabassa, a pleno sol, con pendiente y tela marinera. Ya desde el primer momento me quedé solo, Diego va mucho mas que yo y no es cuestión de ser lastre para él, cada uno a su ritmo.

El mío, por el peso, evidentemente mas lento. Estos primeros 3-4 kilómetros aunque siendo duros, eran muy similares a los que subimos al día anterior en Beixalis, así que despacio y buena letra, para arriba se sube. Se culmina este primer tramo, con una pequeña bajada de 300 metros antes de comenzar otro tramo.

Yo considero que este puerto tiene 4 tramos bien diferencias, el primero hasta el descanso, el segundo hasta el cruce del pueblo de Fontaneda (no, no es el de las galletas), el tercero hasta el desvío exclusivo de La Gallina y el cuarto, el tramo final de 5 kms de carretera exclusiva para ciclistas.

Como decía, el segundo tramo iba hasta el desvío al pueblo de Fontaneda, que bajaba ligeramente en subida y aunque subía solo y sin un solo coche, podía jugar lo de ir subiendo por la derecha o por la izquierda, en función de donde se encontraba la sombra, pero aunque seguía había buena pendiente (del 7-8% mantenido) se podía subir relativamente bien pero a pleno sol y así hasta el cruce.

El en tercer tramo, desde el cruce hasta la carretera exclusiva, mas de lo mismo que el tramo anterior, cosa que no era malo, pero tampoco bueno. Y así hasta el cruce para tomar la carretera exclusiva para ciclistas (y coches autorizados) de 5 kms. Y ahí, empieza el puerto a desplumarte.

Hasta ese momento, el puerto es duro, lo vas subiendo, pero vas gastando fuerzas, te vas cociendo por el calor, vas acumulando cansancio y te encuentras este tramo de 5 kms, que comienza con 200-300 muy suaves, que aproveche para beber y tomar un par de geles. Por que a 4,6 de la cima empieza el infierno.

Para que os hagáis una idea los siguientes tres kilómetros eras prácticamente rectos pero al 12,6%, 11% y 10% de media mantenida. Eso sí, había sombra y sol por partes iguales, pero salió un día caluroso y ese tramo comencé a subirlo a 33 grados.

Este primer kilómetro, se me hizo directamente infernal. El 34x30 que llevaba, se quedaba muy corto de desarrollo. Era todo el rato sentado, dando chepazos, dando pedales y parecía que no avanzabas. La recta no tenía fin y ningún descanso a la vista.

El siguiente kilometro mas de lo mismo, y ahí reconozco que estuve a punto de romperme, y me refiero a echar el pie a tierra y subir andando. Pero no lo hice, tuve que exprimirme física y mentalmente para pasar este kilometro y el siguiente, y ya a falta de poco menos de 2 kms, por fin, había un par de curvas y suavizaba algo el tema, pero seguía en la misma tonica. Solo el tramo final de 600 metros, se hacia mas llevadero pero muy poco, porque estos kilómetros a pleno sol y eso era un plus.

Llegue arriba muy tocado, lo había subido pero había pagado un peaje importante, sin duda, uno de los puertos mas duros que he subido y mas cuando aparte de la pendiente, con 35 grados arriba, algo muy raro a esas alturas. Es decir, todo se ponía en contra.  Pero La Gallina había sido conquistada pero me había “desplumado” por completo.

Además, este puerto tiene una particularidad, por donde lo habíamos subido, luego es obligado bajarlo por la otra vertiente. Es decir, ese tramo “exclusivo” es únicamente de subida. Por tanto, los que suban por la otra vertiente, deben bajar por esa misma y no pueden por donde subimos nosotros. Muy curioso.

La otra vertiente, no puedo opinar si es mas dura o no, pero dese luego la bajada los primeros kilómetros acojona bastante, y no tiene ningún desperdicio. Ya en el Santuario de Madre de Dios de Canolich (el nombre le viene al pelo), paramos a hacer una foto, y en este lugar y por esta vertiente es donde llego por primera vez La Vuelta en 2012 con victoria de Alejandro Valverde, después, este puerto se ha popularizado sobre todo por la marcha cicloturista “La Purito”, en la que hay que estar muy fuerte para hacer sus 140 kms de recorrido con sus 5.500 metros de desnivel (una animalada).

Después seguimos bajando, por una cantidad importante de curvas de herradura, que cada una tenía un desnivel de la leche. Se apreciaba muy bien bajando, pero se debe sufrir muy bien bajando. Además, al fondo veíamos una carretera en la montaña de enfrente de asustar, que luego en el hotel averiguamos que es la subida al pueblo de Aixas, que debe ser terrible. Pero seguimos bajando a Sant Julia de Loria con una calor sofocante.

Ahí hicimos una parada técnica en un Carrefour, donde unos pastelitos y un tetrabrik de zumo multifrutas nos vino muy bien, pero aun quedaba la sorpresa final. Esta consistía en la bajada que hicimos al principio, eso sí, después de perdernos un poco por Andorra La Vella por que los dos túneles que hicimos de ilegal al principio, cerca de las dos, podía cantar mucho y claro la subida alternativa……..era subida.

Y ya el tramo final hasta La Massana tenia un par de sorpresas de mas de 300 metros por encima del 10%, que con lo tostado que iba me costo una barbaridad. En todo ese tramo Diego me iba esperando, hasta que llegamos a los dos kilómetros finales, subida suave pero ahí ya tiro para arriba y yo a mi trantan. 


El caso es que termine con poco mas de cinco horas y con 2800 metros de desnivel, pero es que La Gallina me había desplumado y me dejo muy tocado para el resto de la ruta.

Si alguna vez venís a Andorra, es obligado visitar La Gallina pero dos consejos: llevar mucho desarrollo (pero mucho mucho) y echarle huevos, por que tiene tela el puertecito. 

Hasta la próxima.

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