martes, 26 de julio de 2022

Escapada Andorra : Día 4 : Ordino Arcalis, Cabus y Pal

Superando La Gallina y con buenas sensaciones

Como venia siendo habitual, nos levantamos a la misma hora del día, desayuno a la misma hora del día y salida a la misma hora del día, aunque con una salvedad, el día anterior sufrimos La Gallina y yo al menos, tenia las piernas a primera hora de la mañana en carne viva como quien dice.

La tarde-noche anterior cenamos bien y potente, pero además, por mi parte, casi toda la tarde con las medias de compresión de pierna completa y dándome cremas relajantes enfriadoras, para tratar de recuperar las piernas cuanto antes, quedan pocos días para volver a casa y las piernas empiezan a estar cargadas, y esto se nota.

Salimos del hotel a la misma hora y comenzamos como muchos días, con una pequeña bajada de 3 kms hasta La Rabassa desde nuestro hotel en Erts, una bajada en la que en ningún día pasamos frio, es más, de las temperaturas tan calurosas tan inusuales por estas fechas y estas latitudes, salimos sin chaleco alguno, simplemente con maillot y cullote corto, para que os hagáis una idea. Algo impensable hasta hace poco.

La bajada hasta La Massana se hizo sin problemas, y de ahí volvimos a dirigirnos hacia el pueblo de Ordino, como en el primer día, terreno llano para ir entrando en calor. Y desde ahí, daba comienzo la primera subida del día Ordino-Arcalis, cerca de 18 kms, aunque realmente lo duro y lo importante de reseñar empieza mas adelante.

Desde el pueblo de Ordino hasta El Serrat, es una subida muy suave apenas de 2-3% de forma constante, pero era ideal para ir calentando las piernas hasta lo que tenia que venir y era muy bonito lo que teníamos por delante.

Todo este valle de inicio es de lejos, mucho mas tranquilo que la zona principal, y eso se agradece. Pusimos nuestra marcheta en los primeros compases, pero como es habitual, dado que Diego es mucho mas escalador que yo (solo hay que vernos juntos para darse cuenta), el tiro para adelante y yo a mi ritmo, cosa que agradezco, dado que no me gusta ser lastre de nadie, y como suelo decir, no subo un pimiento pero acabo subiendo. Y mas un día como hoy, donde los porcentajes de los puertos no se acercaban ni de lejos a los sufridos en día anterior en La Gallina.

La primera parte del puerto es en la que a cuanto porcentaje es la más exigente, y ahí reconozco que iba un poco atrancado, ya en una segunda parte donde había un par de galerías, un par de curvas de herradura que te hacia ganar altura rápidamente y un túnel antes de llenar al aparcamiento Viladomat, donde se puede coger un teleférico que llega arriba, me encontré mucho mejor y puse mi ritmo, que con esos porcentajes por debajo del 8% me suelen venir mucho mejor.

Por cierto, en verano, desde este punto hasta arriba esta cerrado al tráfico, solo permite el paso a coches autorizados y a ciclista, con lo que los 9 kilómetros finales, con 12 curvas de herradura teniendo todo el ancho de la calzada para ti es una pasada.

En ese punto, este aparcamiento, comenzaba como comentaba el tramo final de 9 kms, con 12 curvas de herradura, que te hacían subir en altitud rápidamente, y la sensación de ir rápido es mucho mas acusada. Además, poco antes de este tramo vi a lo lejos a un par de ciclistas, uno de ellos eléctricos (ambos con bicis de BTT), que iban haciendo camino y me sirvieron de liebre. Mas o menos por la mitad, los cogí y uno de ellos, me pillo rueda y me aguanto 2-3 curvas más, pero acabo abriéndose.

Después de este tramo espectacular de la carretera, se pasa por el tramo final, que se pasa por delante del Anillo de Arcalis, para encarar el kilometro final, donde lo puedes dar todo. Arriba estaba ya Diego esperándome, aunque aprovechó un tramo de pista de sterratto para hacer un par de kilómetros más. La vista desde arriba es simplemente impresionante, merece la pena la visita, y la zona para ir a hacer senderismo promete, además de poder ver cascadas y unos picos tremendos. Esta zona si que es Pirineo de verdad, el que puedes ver en cualquier otra zona del pirineo francés. Muy recomendable.

Después de la foto, tocaba la bajada y parar en algunos sitios concretos para inmortalizar el momento, para deshacer el camino andado hasta el hotel. Ya que justo ahí mismo, comenzaba la subida a Arinsal (que lo subimos el primer día) y la subida al Port de Cabus/Pal. Y hasta ahí fuimos juntos, comentando el puerto, cosillas y demás.

Ya esa rotonda, comenzaba otro puerto largo, casi 17 kms de subida. La primera parte, cerca de   6 kilómetros es común a la subida a Pal. Y aunque la primera parte es muy llevadera, mas o menos los primeros 3 kms, los siguientes se ponen algo serios con porcentajes cerca del 10% y ahí es donde Diego ya tiró para adelante y yo a mi marcheta.

En el cruce, a la izquierda se tira para Pal y a la derecha a Cabús, que es donde teníamos nuestro destino. Después del cruce, tuve un par de kilómetros algo mas suaves y muy llevaderos, pero luego hasta el Coll de la Botella, que era hasta donde antes llegaba la carretera, el porcentaje volvía a subir y de nuevo, había que concentrarse. La carretera era muy ancha y fácil de rodar, y lo que se dice coches, muy pocos la verdad.

Una vez pasado el Coll de la Botella, se puede ver el tramo final, de casi 5 kms, donde desaparece toda la vegetación y es monte pelado, vamos que se puede ver todo el trazado de la carretera perfectamente hasta arriba, pero justo a la salida de la estación, un policía de allí me mando parar. Yo estaba muy extrañado, pero es que venía un helicóptero de montaña que iba a aterrizar justo a la salida de la estación, una imagen curiosa que duró apenas 5 minutos.

Después de esta anécdota, pude seguir con mi escalada hasta la cima del Port del Cabús, sin contratiempos, el porcentaje bajaba un poco y se podía ir a buen ritmo, la cima se veía perfectamente y eso anima. Ya una vez en la cima, al igual que en la anterior subida, la vista es simplemente impresionante, y de nuevo la sensación de estar en medio del Pirineo de verdad, volvía ahí arriba.

Y así con la tontuna, dos puertos del tirón que superan los 2.000 metros de altitud. Pero faltaba el postre o la guinda del pastel, ya que pasábamos por allí, había que subir a Pal, que desde el cruce era apenas una subida de dos kms y muy rápida, ya que salvo el primer tramo, el resto es muy tendido. Además, el descenso de este puerto es muy rápido y se puede disfrutar, dado que las curvas en su mayoría son muy anchas y fáciles de tomar, aunque en un par de ellas, eran un poco traicioneras y había que apretar el freno un poco más.

Ya en la estación de Pal, vimos que estaba plagado de ciclistas de BTT, y eso tiene una fácil explicación tal y como me comentó Diego, esta estación alberga todos los años una prueba de la copa del mundo de BTT XCO, y es prácticamente un circuito permanente cuando no hay nieve, y allí estaba todo el mundo, disfrutando de la zona, y la verdad es que era un entorno muy reseñable.

Después de estar por ahí, tocaba bajar ya definitivamente al hotel a descansar después de casi 4h 30’. No se había dado nada mal el día, y yo estaba incluso con ganas de más kms si tocaba, había superado la pequeña crisis física de La Gallina, pero por la tarde comenzaba otra crisis.

Y es que por la tarde, yo empecé a no poder beber ningún tipo de líquido, de cualquier temperatura. Resulta que dos días antes de ir a Andorra, me pico “algo” en la nariz, y lo que yo achacaba a un mosquito, resulta que no lo era y con el paso de los días, se me estaba formando una pequeña herida, se me estaba hinchando un poco el lado derecho de la nariz y de la cara, y por eso, los nervios de la boca los tenía muy sensibles y me impedía beber con normalidad, hasta me costaba empezar a comer y eso lo podría complicar todo.

Además, a mi compañero también se le enrevesó algo la situación en casa, y se estaba empezando a formar el coctel perfecto.

Pero eso……………….al día siguiente. 

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