martes, 26 de julio de 2022

Escapada Andorra : Día 4 : Ordino Arcalis, Cabus y Pal

Superando La Gallina y con buenas sensaciones

Como venia siendo habitual, nos levantamos a la misma hora del día, desayuno a la misma hora del día y salida a la misma hora del día, aunque con una salvedad, el día anterior sufrimos La Gallina y yo al menos, tenia las piernas a primera hora de la mañana en carne viva como quien dice.

La tarde-noche anterior cenamos bien y potente, pero además, por mi parte, casi toda la tarde con las medias de compresión de pierna completa y dándome cremas relajantes enfriadoras, para tratar de recuperar las piernas cuanto antes, quedan pocos días para volver a casa y las piernas empiezan a estar cargadas, y esto se nota.

Salimos del hotel a la misma hora y comenzamos como muchos días, con una pequeña bajada de 3 kms hasta La Rabassa desde nuestro hotel en Erts, una bajada en la que en ningún día pasamos frio, es más, de las temperaturas tan calurosas tan inusuales por estas fechas y estas latitudes, salimos sin chaleco alguno, simplemente con maillot y cullote corto, para que os hagáis una idea. Algo impensable hasta hace poco.

La bajada hasta La Massana se hizo sin problemas, y de ahí volvimos a dirigirnos hacia el pueblo de Ordino, como en el primer día, terreno llano para ir entrando en calor. Y desde ahí, daba comienzo la primera subida del día Ordino-Arcalis, cerca de 18 kms, aunque realmente lo duro y lo importante de reseñar empieza mas adelante.

Desde el pueblo de Ordino hasta El Serrat, es una subida muy suave apenas de 2-3% de forma constante, pero era ideal para ir calentando las piernas hasta lo que tenia que venir y era muy bonito lo que teníamos por delante.

Todo este valle de inicio es de lejos, mucho mas tranquilo que la zona principal, y eso se agradece. Pusimos nuestra marcheta en los primeros compases, pero como es habitual, dado que Diego es mucho mas escalador que yo (solo hay que vernos juntos para darse cuenta), el tiro para adelante y yo a mi ritmo, cosa que agradezco, dado que no me gusta ser lastre de nadie, y como suelo decir, no subo un pimiento pero acabo subiendo. Y mas un día como hoy, donde los porcentajes de los puertos no se acercaban ni de lejos a los sufridos en día anterior en La Gallina.

La primera parte del puerto es en la que a cuanto porcentaje es la más exigente, y ahí reconozco que iba un poco atrancado, ya en una segunda parte donde había un par de galerías, un par de curvas de herradura que te hacia ganar altura rápidamente y un túnel antes de llenar al aparcamiento Viladomat, donde se puede coger un teleférico que llega arriba, me encontré mucho mejor y puse mi ritmo, que con esos porcentajes por debajo del 8% me suelen venir mucho mejor.

Por cierto, en verano, desde este punto hasta arriba esta cerrado al tráfico, solo permite el paso a coches autorizados y a ciclista, con lo que los 9 kilómetros finales, con 12 curvas de herradura teniendo todo el ancho de la calzada para ti es una pasada.

En ese punto, este aparcamiento, comenzaba como comentaba el tramo final de 9 kms, con 12 curvas de herradura, que te hacían subir en altitud rápidamente, y la sensación de ir rápido es mucho mas acusada. Además, poco antes de este tramo vi a lo lejos a un par de ciclistas, uno de ellos eléctricos (ambos con bicis de BTT), que iban haciendo camino y me sirvieron de liebre. Mas o menos por la mitad, los cogí y uno de ellos, me pillo rueda y me aguanto 2-3 curvas más, pero acabo abriéndose.

Después de este tramo espectacular de la carretera, se pasa por el tramo final, que se pasa por delante del Anillo de Arcalis, para encarar el kilometro final, donde lo puedes dar todo. Arriba estaba ya Diego esperándome, aunque aprovechó un tramo de pista de sterratto para hacer un par de kilómetros más. La vista desde arriba es simplemente impresionante, merece la pena la visita, y la zona para ir a hacer senderismo promete, además de poder ver cascadas y unos picos tremendos. Esta zona si que es Pirineo de verdad, el que puedes ver en cualquier otra zona del pirineo francés. Muy recomendable.

Después de la foto, tocaba la bajada y parar en algunos sitios concretos para inmortalizar el momento, para deshacer el camino andado hasta el hotel. Ya que justo ahí mismo, comenzaba la subida a Arinsal (que lo subimos el primer día) y la subida al Port de Cabus/Pal. Y hasta ahí fuimos juntos, comentando el puerto, cosillas y demás.

Ya esa rotonda, comenzaba otro puerto largo, casi 17 kms de subida. La primera parte, cerca de   6 kilómetros es común a la subida a Pal. Y aunque la primera parte es muy llevadera, mas o menos los primeros 3 kms, los siguientes se ponen algo serios con porcentajes cerca del 10% y ahí es donde Diego ya tiró para adelante y yo a mi marcheta.

En el cruce, a la izquierda se tira para Pal y a la derecha a Cabús, que es donde teníamos nuestro destino. Después del cruce, tuve un par de kilómetros algo mas suaves y muy llevaderos, pero luego hasta el Coll de la Botella, que era hasta donde antes llegaba la carretera, el porcentaje volvía a subir y de nuevo, había que concentrarse. La carretera era muy ancha y fácil de rodar, y lo que se dice coches, muy pocos la verdad.

Una vez pasado el Coll de la Botella, se puede ver el tramo final, de casi 5 kms, donde desaparece toda la vegetación y es monte pelado, vamos que se puede ver todo el trazado de la carretera perfectamente hasta arriba, pero justo a la salida de la estación, un policía de allí me mando parar. Yo estaba muy extrañado, pero es que venía un helicóptero de montaña que iba a aterrizar justo a la salida de la estación, una imagen curiosa que duró apenas 5 minutos.

Después de esta anécdota, pude seguir con mi escalada hasta la cima del Port del Cabús, sin contratiempos, el porcentaje bajaba un poco y se podía ir a buen ritmo, la cima se veía perfectamente y eso anima. Ya una vez en la cima, al igual que en la anterior subida, la vista es simplemente impresionante, y de nuevo la sensación de estar en medio del Pirineo de verdad, volvía ahí arriba.

Y así con la tontuna, dos puertos del tirón que superan los 2.000 metros de altitud. Pero faltaba el postre o la guinda del pastel, ya que pasábamos por allí, había que subir a Pal, que desde el cruce era apenas una subida de dos kms y muy rápida, ya que salvo el primer tramo, el resto es muy tendido. Además, el descenso de este puerto es muy rápido y se puede disfrutar, dado que las curvas en su mayoría son muy anchas y fáciles de tomar, aunque en un par de ellas, eran un poco traicioneras y había que apretar el freno un poco más.

Ya en la estación de Pal, vimos que estaba plagado de ciclistas de BTT, y eso tiene una fácil explicación tal y como me comentó Diego, esta estación alberga todos los años una prueba de la copa del mundo de BTT XCO, y es prácticamente un circuito permanente cuando no hay nieve, y allí estaba todo el mundo, disfrutando de la zona, y la verdad es que era un entorno muy reseñable.

Después de estar por ahí, tocaba bajar ya definitivamente al hotel a descansar después de casi 4h 30’. No se había dado nada mal el día, y yo estaba incluso con ganas de más kms si tocaba, había superado la pequeña crisis física de La Gallina, pero por la tarde comenzaba otra crisis.

Y es que por la tarde, yo empecé a no poder beber ningún tipo de líquido, de cualquier temperatura. Resulta que dos días antes de ir a Andorra, me pico “algo” en la nariz, y lo que yo achacaba a un mosquito, resulta que no lo era y con el paso de los días, se me estaba formando una pequeña herida, se me estaba hinchando un poco el lado derecho de la nariz y de la cara, y por eso, los nervios de la boca los tenía muy sensibles y me impedía beber con normalidad, hasta me costaba empezar a comer y eso lo podría complicar todo.

Además, a mi compañero también se le enrevesó algo la situación en casa, y se estaba empezando a formar el coctel perfecto.

Pero eso……………….al día siguiente. 

viernes, 22 de julio de 2022

Escapada Andorra : Día 3 : La Rabassa y La Gallina (desplumuado mutuo)

Tercer día en Andorra y probablemente tocaba el día mas duro de todos, al menos sobre el papel. Después de dormir a pierna suelta, tocaba un desayuno potente, por que lo nos tocaba por delante, era complicado, sobre todo el segundo puerto del día, la famosa La Gallina. Que todo el mundo que conozco que lo ha subido, decían que era realmente duro y eso lo iba a comprobar sin lugar a duda.

Salimos a una hora adecuada, pasadas las 9, sin pasar calor pero tampoco frio y mas cuando nuestra ruta comenzaba de bajada hasta Sant Julia de Loriá y desde ese pueblo, afrontar primero La Rabassa y después de volver al mismo sitio, La Gallina. Para volver de nuevo a Sant Julia y para arriba hasta Erts, que es donde estamos alojados.

Fue una etapa complicada desde el minuto 1, ya la bajada pasando por La Massana, bajando hasta Andorra La Vella y bajando aún mas a Sant Julia de Loriá no es en absoluto recomendable en un día de diario, muchos coches (y ojo como conducen algunos andorranos por aquí), mucho tráfico, muchos cruces, muchas rotondas y un par de túneles (que nos metimos de forma ilegal). Tenia su complicación de cerca de 20’, eso sí, a casi 36-37 de media. Insisto, nada recomendable, pero era lo que había y nuestro desconocimiento del entorno.

Ya una vez en Sant Julia, localizamos la rotonda para comenzar La Rabassa, y os aseguro que el comienzo de puerto es duro duro, los primeros kilómetros con unos rampones del 10-11-12% y eso iba a ser la tonica durante todo el día, aunque yo aún lo desconocía. Así comenzamos los primeros dos kilometro hasta un cruce que puedes elegir carne (La Rabassa) o pescado (La Peguera), al final acaban convergiendo en el mismo punto y los 4 últimos kms son comunes.

Elegimos carne, es decir, el Col de La Rabassa y lo elegimos simplemente por que el nombre nos llamaba más, visto ambos perfiles y pendientes medias, estaban mas o menos por igual. Después de ese cruce, seguimos con lo duro, otros 4-5 kilómetros al 8-9-10% constante, y así hasta el cruce de convergencia. Eso sí, la subida muy tranquila y bonita, todo entre un bosque de pinos y como era a primera hora del día, el sol no estaba en lo alto y podíamos ir por la zona de sombra. Mientras subíamos por esta vertiente, en la montaña de enfrente, se podía ver perfectamente los primeros 3-4 kms de La Gallina, a pleno sol, con rampones y unas cuantas herraduras. Mirándolo así de reojo………..se avecinaba lo duro.

Pero estábamos de momento en La Rabassa, subiendo por la carretera que lleva a Naturlandia, un parque de atracciones en la montaña, que tiene muy buena pinta, pero eso queda para otra ocasión que se vaya la con la familia. Una vez llegado a la rotonda de convergencia con la subida por La Peguera, comenzaba el tramo final, que son unos 3-4 kms donde el porcentaje bajaba considerablemente al 4-5% y ahí ya el pedaleo es mucho mas alegre y llevadero. Hasta ese momento, íbamos Diego y yo juntos en la subida, pero a 2 kms del final en una curva de herradura, donde la pendiente sube de porcentaje de forma abrupta, me quede clavado y me quede solo.

No pasaba nada, a mi trantan hasta arriba lo poco que quedaba y así pude culminar esta subida. Una vez hecha la foto de rigor, tocaba bajar y lo hicimos por la otra vertiente, por La Peguera, una subida muy interesante, pero la única pega es que tiene dos descansos (si subes) o dos repechones (si bajas) a mitad de recorrido. Pero vamos una bajada rápida por un entorno diferente a la otra vertiente, ya que por aquí se veían mas praderas y algo de montaña más abierta.

Ya de nuevo en Sant Julia de Loria, nos dispusimos a afrontar La Gallina, y era encontrar la rotonda correspondiente, girar a la derecha y patapum para arriba. Literal. Nada mas girar, ves los 12,6 kms a una media del 9%. Ya el primer kilometro era cerca del 9, pero entre casas mas o menos lo llevas, pero era salir de estas casas y empezaba el tramo que veíamos desde La Rabassa, a pleno sol, con pendiente y tela marinera. Ya desde el primer momento me quedé solo, Diego va mucho mas que yo y no es cuestión de ser lastre para él, cada uno a su ritmo.

El mío, por el peso, evidentemente mas lento. Estos primeros 3-4 kilómetros aunque siendo duros, eran muy similares a los que subimos al día anterior en Beixalis, así que despacio y buena letra, para arriba se sube. Se culmina este primer tramo, con una pequeña bajada de 300 metros antes de comenzar otro tramo.

Yo considero que este puerto tiene 4 tramos bien diferencias, el primero hasta el descanso, el segundo hasta el cruce del pueblo de Fontaneda (no, no es el de las galletas), el tercero hasta el desvío exclusivo de La Gallina y el cuarto, el tramo final de 5 kms de carretera exclusiva para ciclistas.

Como decía, el segundo tramo iba hasta el desvío al pueblo de Fontaneda, que bajaba ligeramente en subida y aunque subía solo y sin un solo coche, podía jugar lo de ir subiendo por la derecha o por la izquierda, en función de donde se encontraba la sombra, pero aunque seguía había buena pendiente (del 7-8% mantenido) se podía subir relativamente bien pero a pleno sol y así hasta el cruce.

El en tercer tramo, desde el cruce hasta la carretera exclusiva, mas de lo mismo que el tramo anterior, cosa que no era malo, pero tampoco bueno. Y así hasta el cruce para tomar la carretera exclusiva para ciclistas (y coches autorizados) de 5 kms. Y ahí, empieza el puerto a desplumarte.

Hasta ese momento, el puerto es duro, lo vas subiendo, pero vas gastando fuerzas, te vas cociendo por el calor, vas acumulando cansancio y te encuentras este tramo de 5 kms, que comienza con 200-300 muy suaves, que aproveche para beber y tomar un par de geles. Por que a 4,6 de la cima empieza el infierno.

Para que os hagáis una idea los siguientes tres kilómetros eras prácticamente rectos pero al 12,6%, 11% y 10% de media mantenida. Eso sí, había sombra y sol por partes iguales, pero salió un día caluroso y ese tramo comencé a subirlo a 33 grados.

Este primer kilómetro, se me hizo directamente infernal. El 34x30 que llevaba, se quedaba muy corto de desarrollo. Era todo el rato sentado, dando chepazos, dando pedales y parecía que no avanzabas. La recta no tenía fin y ningún descanso a la vista.

El siguiente kilometro mas de lo mismo, y ahí reconozco que estuve a punto de romperme, y me refiero a echar el pie a tierra y subir andando. Pero no lo hice, tuve que exprimirme física y mentalmente para pasar este kilometro y el siguiente, y ya a falta de poco menos de 2 kms, por fin, había un par de curvas y suavizaba algo el tema, pero seguía en la misma tonica. Solo el tramo final de 600 metros, se hacia mas llevadero pero muy poco, porque estos kilómetros a pleno sol y eso era un plus.

Llegue arriba muy tocado, lo había subido pero había pagado un peaje importante, sin duda, uno de los puertos mas duros que he subido y mas cuando aparte de la pendiente, con 35 grados arriba, algo muy raro a esas alturas. Es decir, todo se ponía en contra.  Pero La Gallina había sido conquistada pero me había “desplumado” por completo.

Además, este puerto tiene una particularidad, por donde lo habíamos subido, luego es obligado bajarlo por la otra vertiente. Es decir, ese tramo “exclusivo” es únicamente de subida. Por tanto, los que suban por la otra vertiente, deben bajar por esa misma y no pueden por donde subimos nosotros. Muy curioso.

La otra vertiente, no puedo opinar si es mas dura o no, pero dese luego la bajada los primeros kilómetros acojona bastante, y no tiene ningún desperdicio. Ya en el Santuario de Madre de Dios de Canolich (el nombre le viene al pelo), paramos a hacer una foto, y en este lugar y por esta vertiente es donde llego por primera vez La Vuelta en 2012 con victoria de Alejandro Valverde, después, este puerto se ha popularizado sobre todo por la marcha cicloturista “La Purito”, en la que hay que estar muy fuerte para hacer sus 140 kms de recorrido con sus 5.500 metros de desnivel (una animalada).

Después seguimos bajando, por una cantidad importante de curvas de herradura, que cada una tenía un desnivel de la leche. Se apreciaba muy bien bajando, pero se debe sufrir muy bien bajando. Además, al fondo veíamos una carretera en la montaña de enfrente de asustar, que luego en el hotel averiguamos que es la subida al pueblo de Aixas, que debe ser terrible. Pero seguimos bajando a Sant Julia de Loria con una calor sofocante.

Ahí hicimos una parada técnica en un Carrefour, donde unos pastelitos y un tetrabrik de zumo multifrutas nos vino muy bien, pero aun quedaba la sorpresa final. Esta consistía en la bajada que hicimos al principio, eso sí, después de perdernos un poco por Andorra La Vella por que los dos túneles que hicimos de ilegal al principio, cerca de las dos, podía cantar mucho y claro la subida alternativa……..era subida.

Y ya el tramo final hasta La Massana tenia un par de sorpresas de mas de 300 metros por encima del 10%, que con lo tostado que iba me costo una barbaridad. En todo ese tramo Diego me iba esperando, hasta que llegamos a los dos kilómetros finales, subida suave pero ahí ya tiro para arriba y yo a mi trantan. 


El caso es que termine con poco mas de cinco horas y con 2800 metros de desnivel, pero es que La Gallina me había desplumado y me dejo muy tocado para el resto de la ruta.

Si alguna vez venís a Andorra, es obligado visitar La Gallina pero dos consejos: llevar mucho desarrollo (pero mucho mucho) y echarle huevos, por que tiene tela el puertecito. 

Hasta la próxima.

jueves, 21 de julio de 2022

Escapada Andorrana : Día 2 : Ordino, Envaira y Beixalis.

 3 "tachuelas" para empezar.

Hoy ya nos despertamos en Andorra, después del viaje del día anterior desde Madrid y la salida express para subir el Col d’Arinsal (una muy agradable sorpresa), tocaba la primera ruta seria de la semana. En el menú: Ordino, Envalira y Beixalis.

En ni breve paso anterior por Andorra, hace 5 años, con motivo de la fallida Purito de entonces (por motivos personales), estuve con mi familia en Ordino y alrededores de paseo antes de volvernos con urgencia, y hoy, al paso en bici por algunos tramos recordaba aquellos momentos. Pero no nos adelantemos.

La salida comenzaba con un breve descenso de 3 kms hasta La Massana, donde ahí rodamos un poco en llano, pero prácticamente en apenas 15’ de salida, comenzamos el Coll d’Ordino. Este puerto lo subimos al tran tran, era el primero de la mañana y subimos entrando en calor. No tiene rampas excesivamente duras, y al ser el primero, digamos que lo subimos relativamente cómodos, y digo relativamente, porque hay que recordar que yo soy un tío de 1’83 y 83-84 kilos, y eso en siguientes puertos tiene su mayor importancia.

El caso es durante esta primera subida, apenas vimos ciclistas, es decir, se cumplió una máxima que me gusta mucho que se cumpla cuando subo un puerto: no pasar y que no me pasen, es decir, cada uno a su bola. Si bien es cierto, que comenzamos el puerto con otro ciclista a la vista de apenas 100 metros, y pensaba que como íbamos empezando el puerto, le pillábamos fijo, pero al poco me di cuenta de que “nasty de plasty” y de hecho, empezó poco a poco a desparecer de nuestra vista hasta que despareció por completo. Mejor la verdad.

Ya arriba, mientras parábamos a hacer la foto, comenzó una tónica que nos pasó durante casi toda la jornada: ver muchos ciclistas profesionales. Si que es cierto, que esperaba (y contaba) con ver alguno, pero es que desde ese momento hasta que nos desviamos al Beixalis (tercer puerto del día y después de subir Envalira) vimos unos cuantos, y cuando digo unos cuantos, quiero decir muchos: el equipo Ineos , el equipo Kern Pharma, 4-5 Movistar masculino, 2 Boras, 3 UAE, 3 Caja Rural, 1 Lotto, 2 Euskaltel, 1 AG2R y así podría seguir. Y chicas, unas cuantas, pero por lo menos mas de 15, con una pinta espectacular. Es decir, estábamos jugando en el jardín de los Mayores.

Una vez hecha, la foto en el Coll d’Ordino, tocaba la bajada hasta Canilo, que yo había hecho subiendo, pero en coche cuando visité en su momento el Roc del Quer con la familia. Bajada muy maja, rápida y no excesivamente técnica. Incluso llegando a Canilo, el AG2R nos hizo una lijada bajando casi abajo, que un poco mas y hace un recto en una curva.

Ya en Canilo, tocaba subir desde ahí hasta el Port d’Envalira a 2400 metros de altitud, y desde ahí hasta 8 de la cima, lo conocía por haberlo hecho en bici en su momento, y sabia lo que había. Un puerto muuuuuuuy largo (cerca de 16 kms desde ese punto y sin rampas excesivamente duras, cierto que las hay del 8% y el 9% pero muchos tramos al 5%-6% que a mi personalmente me vienen mucho mejor. Eso no quita, que a la salida de Canilo, mi compañero en esta aventura, Diego Ramos, que anda bastante mas que yo, le dijera que se fuera para adelante, que no quería ser un lastre para él. Con mi propio lastre tenía suficiente y, además, tenía pensado hacer el una series, por tanto, sin problema. Hice casi toda la subida solo y a mi ritmo sin ningún problema y sin sensación de estorbar a nadie.

Los kilómetros, poco a poco iban pasando, y me di cuenta, que cuando estuve allí por primera vez, me tuve que dar la vuelta en la rotonda que eliges Tunel o Puerto, y desde ahí por el puerto quedan 8 kilómetros, lo más duro y divertido del puerto. Entonces no consideré el puerto conquistado, pero esta vez sí.

Yo iba subiendo a mi trantan, y curioso que subiendo no me paso nadie, pero me cruce con muchísima gente bajando, y todos en un 99% saltaba a la vista que eran profesionales. Después de pasar los kilómetros finales, con zona de curvas de herradura, culmino la subida donde Diego me estaba esperando pacientemente, y en el Hotel de arriba, vimos que estaba el equipo Ineos, dado que el camión de material estaba ahí aparcado, Mientras, tocaba la foto de rigor, comer algo y hale, para abajo, en un largo descenso hasta el cruce para el Beixalis, mas abajo incluso que Canilo, que es donde empezamos la subida a este segundo puerto del día.

 

En la bajada, desde 2400 metros de altitud, que no se nos olvide, nada de frio y, de hecho, iba con mi cullote y mi maillot simplemente, nada de camiseta interior o chaleco. Cierto que arriba había 23-24 grados, peo se estaba de maravilla, si no tuviéramos este calor, normalmente podríamos estar ahí arriba con 10 grados menos.

El caso es que nos tiramos para abajo, en un descenso que tomamos con mucha tranquilidad, ya que era rápido. Con muchas precauciones, por la cantidad de zonas hoteleras que se cruzaban. Andorra lamentablemente, las dos carreteras principales, son una estación de ski gigante, todo comercializado y todo lleno de comercios. No se ve nada personal, a mi personalmente no me gusta. Pero eso sí, en cuanto giras en algún lado y empiezas a subir, ese caos desaparece, y la montaña, las rampas, la vegetación y la tranquilidad, hace su aparición.

Eso paso en el Beixalis, que fue girar a la derecha en la rotonda que correspondía y ya estábamos tranquilos. Sin casi coches y pasado el primer kilómetro, sin casi casas, pero todo esto, después de parar en Encamp a tomar algo comprado en un super local y sentados tan ricamente a la sombra en una acera, sin molestar a nadie.

El puerto es duro, muy duro en su arranque, ya que los primeros 4 kilómetros tienes un kilómetro de media al 12%, pero como tienes curvas de herradura, se te hace llevadero. Al igual que en el puerto anterior, Diego tiro para arriba y yo a mi paso, con mi peso, luchando con esas rampas. Después la parte final, los 4 finales (por que es un puerto corto que no llega a los 8 kms), suaviza bastante. Pasas de ir por kilómetros al 10% de media a tener kilómetros al 5% y eso te parece que es todo llano, que te da tiempo hasta hacer alguna foto o video sin bajarte ni pararte. Decir, que en este puerto, cero ciclistas y cero coches, es decir, no vimos a nadie.

Ya arriba foto de rigor y bajada de nuevo a La Massana para subir los 3 kms del principio que eran de bajada, que me preocupaban ya que no sabia como iba a llegar a esa zona. Pero se dio bastante bien, iba a buen ritmo y no me pareció tan duro, pero ya para acabar (siempre tiene que pasar algo), lamentablemente pinche la rueda delantera a escasos 1 km de llegar al hotel, así que ese ultimo kilometro lo hice con la rueda en el suelo, ya que pararse a arreglar eso a esas alturas, no merecía la pena. Etapa completada.

Buen primer día, buena combinación de tiempo (4h 15’), kilometraje adecuado (81 kms) y un desnivel muy majo pero sin pasarse siete pueblos (2.400 metros). Acabe bastante entero y con ganas de más el siguiente día, aunque al día siguiente tocaba un o duro: la gallina. 

Pero eso, es otra historia.

miércoles, 20 de julio de 2022

Escapada Andorrana : Día 1 : Arinsal

Día de viaje y estirar patas con un patapum p’arriba

Ya llego el día, después de varios años (desde el 2019), volvemos a la carga con las escapadas para hacer puertos, esta vez a Andorra. Aunque para llegar este destino, previamente se le ha dado muchas vueltas al asunto, ya que esto empezó a fraguarse hace dos años, cuando contacte con varios amigos candidatos para hacer algo en Julio de algún verano.

En 2021, la idea era hacer Alpes Suizos, y de hecho estamos 4-5 personas metidas en el grupo, pero entre que por razones medicas yo no estoy vacunado del bichito y además, me surgió un problema de corazón el año pasado que me obligo a parar por completo cualquier actividad física, los planes se nos vinieron abajo.

Pero en 2022 había que hacer algo si o si, aunque fuera solo. La idea inicial era irse a los Alpes, a Bourg Saint Maurice concretamente, y de hecho, estaba todo planificado y reservado, pero una serie de bajas en el grupo hizo que nos quedáramos dos personas, y debido a la creciente escalada de precios en gasolina, peajes y manutención, se nos disparaba de precio y presupuesto, por lo que decidimos ir mas cerca, a un precio mas razonable y a gastos mas controlados, y ese destino es Andorra.

En compañía de Diego Ramos, persona que conozco desde hace 6 u 7 años, que me ha ayudado muchas veces en el diseño del circuito de Ciclocross de Tres Cantos, ya que es un top en esta disciplina, en BTT y lo que le echen, y además, una persona con la que se puede estar, disfrutar de la conversación y disfrutar de la bici. Es decir, un compañero de viaje magnifico.

Así que el martes 19 de Julio de 2022, desde mi casa, carretera y manta con destino Andorra, con la idea de hacer 6 etapas. Cuatro de ellas con la bici de carretera y 2 con la bici de gravel, así que en la furgo vamos dos personas, pero con 4 bicis. La semana promete.

El viaje en sí no tuvo mayor historia, salimos pronto pero tampoco sin exagerar, a eso de las 9 de la mañana, y a una velocidad adecuada el viaje se hizo rápido, con parada a comer y repostaje incluido, a las 4 estábamos en nuestro destino. Lo único reseñable, que a la altura de Alhama de Aragón, a lo lejos vimos desde la autovía un incendio enorme y que en el ambiente estuviera todo cargado de humo. Lamentablemente, por la noche, ya leímos que ese incendio se había descontrolado, que habían desalojado varios pueblos y que la A2 estaba cortada y además, sin posibilidades de alternativas, así que tuvimos suerte de pasar por ahí el martes por la mañana, ya que un día después o varias horas después, posiblemente nos habría afectado ese corte de carretera e incendio. Una verdadera lastima lo que estamos sufriendo este año con los incendios. Ojalá llueva pronto y mucho, pero me temo que eso estará complicado.

El caso es que a las 4 de la tarde estábamos ya en el Hotel, concretamente en la localidad de Erts, y descansamos un rato mientras veíamos el Tour antes de salir un rato con para poner las patas a punto para los días venideros.

Salimos con la bici de gravel, con la idea de subir el Col d’Arinsal, de unos 7 kms de fuerte subida (casi 600 metros de desnivel en ese tramo, una barbaridad), para llegados allí, tirar por unas pistas con la de gravel para subir mucho mas arriba, ya que en el Google Maps, aparentemente eran pistas graveleras. Craso error por nuestra parte, pero avancemos acontecimientos.

La subida la hicimos desde nuestro hotel, que justo estaba al principio del considerado puerto, es decir, un “pata pum parriba” en toda regla, y fue una patada a seguir durete, por que ya desde el primer metro, por encima del 10% prácticamente constante. Yo pensaba que sería como un Morcuera y ya está, pero nada de eso, bastante mas duro. Pero bueno, íbamos a disfrutar así que pusimos la marcheta y para arriba tranquilos.

Este es un puerto de considerable entidad, además, tiene una serie de curvas de herradura que te hacen ganar altitud de forma rápida y espectacular, y además, las vistas son tremendas, algo que será una constante en los próximos días. Evidentemente, subiendo fotos ningunas, ya que no hay que cortar el ritmo, al menos en esta subida, ya que íbamos a volver a bajar por el mismo sitio.

La estación de esquí como tal que hay arriba, es bastante pequeña la verdad, 4 remontes y poco más, pero al llegar arriba tiramos por la pista que vimos que podíamos ir, y de hecho, estaba marcada como “Tour e-Bike” es decir, para lavadoras, pero al poco de ir por esa pista nos dimos cuenta de que iba a ser realmente imposible con la de gravel. Primero porque, aunque llevas buen desarrollo, del todo insuficiente para esas rampas y además, todo con mucha piedra, y claro destrozarse ahí no merece la pena. Por tanto, termino nuestra ventura gravelera con apenas 500 metros de pistas, pero habiendo subido el puerto de Arinsal por la carretera.



Por cierto, en cuanto a calor, hay muy buena temperatura, y subiendo el puerto al sol si picaba un rato, pero como era muy revirado, hicimos el puerto en mucha sombra y arriba a casi 2.000 metros de altitud a 22 grados. Es decir, ideal.

No pasaba nada, el objetivo estaba cumplido, que era salir un rato, soltar patas, hacer algo con la bici y no tener la sensación de haber perdido el día de bici por el viaje. Apenas hora y poco más, pero muy bien aprovechada.

Ya luego en la bajada, tranquilidad, mucha tranquilidad. Y eso que toda la subida con un asfalto perfecto, lo que invitaba a disfrutar la bajada a tope, sino porque no merecía la pena arriesgarse bajando, quedan días por delante, estas fuera de casa y hay en ciertas cosas, extremar las precauciones. Y más, cuando aún tengo muy presente mi “avería” del pasado mes de octubre en una salida tranquila por el carril bici de colmenar. Además, tocaba ir parando en algún sitio para sacar alguna foto y por supuesto, la foto de rigor con el cartel y seguir sumando trofeos a la colección de puertos.

Ya en el hotel, ducha y cena en el restaurante oriental que había en el mismo hotel, y a dormir, que ya a las 10 de la noche, pesaba las horas de viaje y la salida en bici, para dormir como un bendito con la ventana abierta y escuchando el rumor del rio que tenemos al lado durante toda la noche.

Mañana más, y ya empezamos con lo serio, tres puestos (Ordino, Arcalis y Beixalis en apenas 85 kms), pero cerca de los 2.500 metros de desnivel, incluso uno de ellos llegamos hasta una altura de 2.400 metros, una pasada.