sábado, 17 de septiembre de 2011

¡¡Todos al barro!!

Me lo voy a pasar de lujo.


Me lo voy a pasar fenomenal este invierno, es lo primero que se me ocurre cuando he visto el calendario de carreas de este invierno.

Desde hace 3 años, vengo disputando la Copa de Ciclocrós de Madrid, disciplina a la que definitivamente me he enganchado, ya que creo que es otra forma de ciclismo pero muy divertida y que además, esto es muy importante, el entrenamiento que requiero no es necesario de echarle horas y horas como en la carretera, aquí con entrenar una hora y poco todos los días, es suficiente, o al menos eso me creo yo, que para el caso es suficiente.

Además, dado que hace unos años había hasta 6 carreras del Pavo, pues uno con esas carreras mataba el gusanillo hasta que empezara la temporada en Marzo, pero claro, ahora que yo sepa, hay solo 3 (Ciempozuelos, Fuenlabrada y Colmenar Viejo), con lo que había que buscarse algo mas. Ese algo mas, es el ciclocrós.

Ya el año pasado, tuve la ocasión de ir a disputar grandes clásicas carreras de ciclocrós del calendario nacional, como la de Villarcayo o Medina de Pomar, que me encantaron por el ambiente, el recorrido, etc.............por todo, carreras que no tienen nada que ver con las que tenemos en Madrid (quizá El Escorial se acerque bastante), carreras que por motivos personales no podre asistir este año, ya que ir supone esta todo el día liado con la manta a la cabeza y bastante lio tengo ya con el día a día en mi casa, como para complicarlo mas. En futuros años, repetiré seguro pero este año, como que no.

Así que con todo, mi temporada invernal de carreras empieza el 13 de Noviembre, con el Ciclocross de San Sebastián de los Reyes, buena plaza para empezar, pero donde la mayoría ya ira con 4-5 carreras en las piernas, y eso lo notare. Aunque a priori tenga un buen sitio para la salida, gracias a mi 10º final de la temporada pasada, que seguramente me asegure salida en primera línea de salida, me pasaran como aviones y me quitaran las pegatinas de la bici.



Además, al empezar tan tarde en relación a otros años, eso me permite hacer un gran parón. El año pasado apenas fueron 12 días sin bici, este año, serán el doble, 25 días sin tocar la burra ya se de carretera o ciclocrós, donde procurare descansar, dormir mas de lo habitual y tener mucha hambre de bici cuando comience el 1 de Octubre a entrenar seguro.

Una vez comenzada la temporada ese 13 de Noviembre, ya no paro ningún fin de semana hasta el día 31 de Diciembre, donde correré 9 carreras mas, para hacer un total de 10 (7 de Ciclocrós y 3 de Pavo). Aunque la del ciclocrós de Boadilla, le deberán buscar otra fecha por las elecciones generales del 20-N (lo mismo la suspenden).

Como siempre, esperanzas y motivaciones a priori son muchas en el ciclocrós, pero ya he aprendido por las buenas y sobre todo por las malas, que esta disciplina es totalmente inesperada, ya que en una carrera puedes ir a rebufo del líder hasta caer en el pozo de la clasificación en una vuelta, pasando por caídas, pinchazos, pájaras o cualquier cosa que uno se pueda imaginar, y pese a ello, es lo bonito de esta disciplina, a parte claro esta, de que estas carreras con mal tiempo, lluvia, nieve o frio, le da un puntito agonístico que al menos a mi, me motiva. Sarna con gusto no pica........dicen.



Luego respecto al pavo, pues hombre, en las tres carreras he conseguido buenos puestos y he hecho buenas carreras, pero me da que esos laureles, serán difíciles de reverdecer, en buena parte por que el nivel de estas carreras ( solemos correr los master-30 en una propia manga) es muy alto, y todo el mundo quiere llevarse un jamón o un pavo a casa, que hace mas ilusión (al menos a mi), que la típica chapa que te dan el resto del año en el resto de carreras. Cuestión de motivaciones.



En fin, ahora a descansa, y el día 1 a entrenar 6 días a la semana : 3 de Ciclocrós a saco por el Parque Central de Tres Cantos, 3 con la de carretera por el carril tranquilito para recuperar y uno para rascarse la barriga. Y mientras tanto, a completar esas sesiones de entrenamientos con levantamiento de pesas (coger a los niños en brazos), sprint (correr detrás de los peques) o series de abdominales (jugar a los caballitos con los peques), gimnasio particular que tiene uno en casa.................

Hasta la próxima.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Escapada Pirenaica (y 2)

Un ruta "suave" para terminar.



Cinco días después de la primera incursión pirenaica del verano, tuvo lugar la segunda, en un principio no entraba dentro de mis planes, ya que como había comentado, después de esa primera ruta acabe un poco tocado y di casi por concluida la temporada 2011, pero ya se sabe que la cabra tira al monte, y al igual que la ocasión anterior, se dieron las circunstancias, y por tanto, había que aprovechar.



Esta vez, me fui a la zona de Saint Lary Solaun. Por tanto, tocaba de nuevo madrugón y del bueno, 370 kilómetros de desplazamiento desde Teruel, pasando por Zaragoza, Huesca y Barbastro. Donde por cierto, en el tramo de Huesca-Barbastro, me encontré la autovía de los pirineos, esa que en unos años enlazara con la existente que pasa por Navarra y que ahora mismo está en construcción entre Jaca-Sabiñanigo-Puerto de Monrepós.

Como decía, al pasar por Barbastro, tenía que girar a la derecha dirección Bielsa, para pasar a Francia por el Túnel de Bielsa. Casi 120 kilómetros por medio de las montañas, y donde de camino hay sitios que merecen la pena visitar, como el Parque Nacional de Ordesa, el Monasterio de Pueyo, el Santuario de Torreciudad, Ibazanda o Ainsa, mentalmente me los apunto para una visita sin bici, es decir, con la familia que también tiene derecho a disfrutar de estos parajes impresionantes.

Bien, después de 3h 45’, llegue a mi destino, Saint Lary Solaun. Esta vez, a una hora prudente, el día se presentaba caluroso, así que me puse en marcha a las 9:30 de la mañana, primer y segundo destino, un par de lagos conocidos por aquella zona, con una muy buena subida, el Cap de Long y el Lac d’Aumar.

Ambas subidas, comparten los primeros 9 kilómetros de ascensión desde el desvío en Cap, luego cada uno por su lado, uno con 5 kilómetros y el otro con 6 kilómetros, pero previamente, desde Saint Lary, 18 kilómetros tirando bastante para arriba, es decir, son 18 kilómetros de puerto.

La subida en si no tiene mucho misterio, aunque eso sí, es bonita de verdad, incluso antes del desvío donde tiras hacia un lago u otro, hay cerca de un kilometro espectacular, con unas 10 curvas de herradura enlazadas, sin duda alguna, el tramo de subida que mas disfrutas por las vistas, el trazado, etc…….







Una vez llegado al cruce, ya se al fondo la presa del Cap de Long, y se ve perfectamente el perfil de toda la carretera que te toca subir, pues nada, hasta arriba. Incluso en el tramo final, hay otro pequeño tramo de curvas de herradura, que te animan para sufrir un poco más e ir un poco más deprisa.







Arriba la vista es muy bonita, una presa en medio de la montañas, y más teniendo en cuenta que estas a mas de 2.000 metros de altitud. Luego si miras hacia abajo, se ve perfectamente el Lac d’Oredon, donde está situado el cruce y que sale la carretera hacia el Cap d’Aumar, en mi caso, la siguiente subida.





Después de una bajada tranquila, tocaba ir a por la otra vertiente, que apenas tiene historia, una subida fácil, aunque lo mejor de todo, es que para pasar en coche, hay que pagar, por tanto hice toda la subida sin ver ni un solo coche, con la tranquilidad que eso supone. Arriba, igual que antes, un lago natural y una vista espectacular de las montañas que le rodean. Sin duda, ambos lagos un sitio simplemente espectacular. Muy recomendable.





Luego, una bajadita de casi 15 kilómetros, un tanto “divertida”, ya que muchos tramos están en sombra y en algunos sitios el asfalto no está en las mejores condiciones, había muchas zonas parcheadas y abundaba la gravilla, por lo que en esas curvas, había que ir pisando huevos como quien dice, ya que estos días de rutas pirenaicas , y lo he dicho varias veces, es para disfrutar y no para jugarse una caída tontamente en una bajada, que luego a la postre, son las que peores consecuencias tienen.

Una vez llegado a Cap, giro a la derecha y de nuevo a mirar al cielo, esta vez tocaban casi 4 kilómetros hasta llegar a un cruce, donde o bien tirabas recto hacia el Túnel de Bielsa o girabas a la derecha dirección Piau Engaly.

Opte por seguir recto al Túnel, la cual tiene una subida durísima. Si se suman los kilómetros desde Cap (es decir, cuatro kilómetros) con los 6 que tiene la subida desde el cruce, te sale un pedazo de puerto de 10 kilómetros (lo podéis ver en la altimetría), donde hay cuatro kilómetros que no bajas en ningún momento del 8%.



En esos tramos, a la una y pico de la tarde, con más de treinta grados de temperatura…………….imaginar lo que me toco sufrir, lo mío pero bien sufrido. Además, al ser un túnel de paso entre España y Francia, lamentablemente hay más circulación de coches que lo habitual, y si a eso, le sumamos que actualmente el túnel está en obras de reforma, añádele camiones de gran tonelaje subiendo y bajando.



Donde por cierto, era todo un espectáculo el tema de los camiones, subiendo iban pisando huevos llevando detrás de sí, una buena hilera de coches, pero bajando……………bufffff, como bajaban algunos, se pensarían que llevaban un Ferrari, y luego además, olías como quemaban frenos cuando estabas a 100 metros de ellos, alucinante este tema. Reconozco que ahí pase un poco de miedo por el tema de estos personajes.



Una vez coronado el puerto del Túnel de Bielsa, porque insisto, es un pedazo de puerto, aunque no tenga nombre como tal (el que lo conoce sabe perfectamente a que me refiero), toca una bajada rapidísima y a por el mítico de la rutilla de hoy, Piau Engaly.

Esta estación de si, ha sido en alguna ocasión, meta de alguna etapa del Tour de Francia, y según ese librito del Ciclismo a Fondo que comente en algún post anterior, una subida de las 25 míticas, por tanto, a por una menos de la lista. Además, por esas carreteras han pasado grandes ciclistas, como por ejemplo Lance Armstrong o Fernando Escartin, vencedor precisamente en esta estación de si de su única victoria de etapa en alguna de las tres grandes. Motivos más que de sobra para tener en cuenta que estaba ante un puerto de entidad.

Este puerto desde el cruce anterior (donde se va al Túnel de Bielsa o a la estación de si), tiene casi 6,5 kilómetros de subida, no son muchos comparados con los puertos largos que últimamente estaba subiendo (léase Pajares, Cubilla, Pontón, Hautacam), pero si se cogiera esta subida desde Cap y luego este desvío, te plantas en un puerto de 10 kilómetros con porcentajes serios.

Pero en esta ocasión, tocaba hacer la versión corta desde el cruce ya que venía del Túnel de Bielsa.

Esta subida, es corta, pero para nada es suave, ya que todos los kilómetros de la subida están por encima de 7,5% de desnivel y es ahí donde reside su dureza. No tiene rampas exageradas que tienen todos los puertos, sino más bien al contrario, es una subida muy constante que nunca baja del 7,5%.

Me lo tome con calma, ya estaba empezando a estar un poco “atorrijado”, y eran pasadas las dos de la tarde y hacía mucho calor, más de 35º marcaba mi cuenta kilómetros. Era consciente, que una vez arriba, luego me tocaría un descenso de 20 kilómetros hasta Saint Lary-Solaun que iba a disfrutar a tope, pero llegar arriba iba a costar, de hecho, en esos momentos uno piensa que te puedes dar la vuelta, que no eres capaz y que nadie se enteraría de tu fracaso, pero no estaba dispuesto a rendirme tan fácilmente y que me pasara lo mismo que dos semanas antes en La Cobertoria, así que apreté los dientes y hasta arriba.

Además, se notaba que era verano, porque en toda la subida solo me cruce 1 coche, y arriba, cuando llegue no sin esfuerzo máximo, el paisaje es tremendo (también tiene una zona de curvas y contra curvas preciosas), pero el panorama es desolador: toda la estación de si cerrada, aquello era un pueblo fantasma.



Pero bueno, objetivo cumplido, se habían coronado las cuatro cotas previstas para el día de hoy, ahora a bajar a Saint Lary-Solaun y de nuevo para casa.

Respecto a la bajada, pues buffffff, me lo pase en grande, desde la cima de Piau Engaly hasta Saint Lary-Solaun había un asfalto perfecto, había algunas curvas y no era una bajada excesivamente técnica, así que lo reconozco, le di a los pedales todo lo que pude y más………………total, hice 20 kilómetros en 20 minutos.

Una vez llegado a Saint Lary-Solaun, tocaba recoger los bártulos y deshacer el camino andado, para en cuatro horas después, estar de nuevo en casa, molido pero contento y dando por finalizada, ahora sí, la temporada de carretera.

Después de esta rutilla con 3.500 metros de desnivel (como una Quebrantahuesos), el cuerpo me ha pedido relax, así que ahora toca descansar 25 días donde no quiero ver una bici ni en pintura, para luego empezar a entrenar la temporada de ciclocrós, para que tratar de al menos, mejorar lo del año pasado, donde acabe 10º de la general.

Veremos lo que depara el futuro…………………

Hasta la próxima.



lunes, 12 de septiembre de 2011

Escapada Pirenaica (1)

El mítico, el desconocido y el “hermano pobre”


Como viene siendo habitual en los últimos años, aprovechando de mi estancia veraniega en Teruel, y dado que se daban las circunstancias apropiadas (permiso conyugal, abuelos y en vacaciones), aproveche el pasado Lunes 5 de Septiembre para escaparme a los pirineos y hacerme una rutilla con algún que otro puerto.

La verdad, es que los días que iba a estar en Teruel no tenía mucha idea de montar, dado que al menos en mi caso, ya estoy con la gasolina de reserva y pensando en el descanso de fin de temporada, pero claro, la cabra tira al monte y no iba a desaprovechar la oportunidad para hacer algún que otro puerto pendiente.



Así que después de dejar todo preparado la noche anterior, tocaba diana a las 5 de la mañana, para a las 6 ponerse en marcha dirección Argelest-Gazost, en un trayecto de 370 kms que se hace en 4 horas.

El trayecto en si es muy fácil, desde Teruel todo recto hasta la frontera en el puerto del Portalet en 2h 30’ (se podrá hacer en menos, cuando se terminen las obras en el Puerto del Monrepos), y desde ahí, 90 kms hasta Argeles-Gazost, bajando el Portalet y subiendo-bajando el Aubisque, en una hora y media.

Un trayecto donde la ultima parte, se hace pesada, con mucha curva y bajando con sumo cuidado, y además, a mi algo me sentó mal en el desayuno, con lo que tuve algún mareo e intento de vomitona, y todo eso sin si quiera dar una pedalada, mal pintaba el día.

Total, me presente en Argeles a las 10 de la mañana, y dado que no me encontraba bien, decidí echarme un sueñecito de 30 minutos que me supo a gloria, además, el día estaba cubierto, con lo que empezando más tarde, no sufriría los rigores del calor pirenaico, que cuando pega lo hace con ganas, y doy fe que como te pille por banda, te hace sufrir y mucho.



Después de un sueño reparador, que me hizo recuperar por completo, di comienzo la ruta y el primer puerto del día era Hautacam, que está justo al lado de Argeles, es decir, apenas 3-4 kms de llano para calentar, y hale, para arriba.



Yo de este puerto tengo grabadas dos imágenes, míticas por otra parte, la primera la gran pájara que cogió Induráin en su “sexto” Tour y la segunda, la subida que hizo ese mismo día Mr.60% a plato, que a la postre le hizo ganar el Tour…….aunque dopado, como el mismo reconoció unos años después.

Me lo tome con calma, aun quedaba mucha tela por dente, y aunque no es un puerto que tenga rampas exageradas, si que tiene muchos kilómetros por encima del 8% por lo que el esfuerzo casi desde abajo es máximo, ni que decir, que las vistas son realmente impresionantes, según vas ganando altura.



Una vez coronado Hautacam, la estación de ski donde llega el Tour de Francia, existe la posibilidad de prolongar la subida un par de kilómetros más al Col de Tramassel, así que hale para arriba, ya que estaba puesto, vamos hasta arriba del todo y merece la pena.





Lástima que los últimos kilómetros, la niebla y el frio me hicieron compañía, lo que las fotos re rigor las hice deprisilla antes de que las ganas se me fueran. Por otro lado, imaginaros el frio que pase bajando, me tiritaba todo el cuerpo, a pesar del chaleco que llevaba, pero es que ese día y después de lo que me paso subiendo La Cubilla hace dos semanas, apenas iba con lo justo, aunque realmente, lo único que eche en falta, fueron los manguitos.

Después de un descenso tranquilo, comiendo y relajando la musculatura, vuelta de nuevo a Argelest y comienzo del segundo puerto. Uno totalmente desconocido para mi, había leído algo sobre él, pero apenas tenía referencias, si acaso una muy importante, es muy pero que muy poco transitado y doy fe que es así, el Col de Spandalles.





Este puerto comienza a la salida de Argeles, y la verdad, no es un puerto duro al menos en su primera parte, ya que es un puerto a “escalones”, es decir, una rampa dura y un descanso, y así durante 13 kms hasta llegar al cruce con el Col de Coraduque (lastima que esta vertiente este sin asfaltar, porque se puede hacer un bucle Coraduque-Spandalles-Solour-Aubisque tremendo), y luego otros 4 kilómetros donde sí que hay que apretar lo suyo.

Al llegar arriba, la cima estaba cubierta de niebla y apenas se veía, tuve la tentación de darme la vuelta para bajar a Argeles, pero me dije que ya que estaba allí, hacia el recorrido completo, y mereció la pena.



La bajada de este puerto es simplemente tremenda, es un puerto durísimo de 11 kilómetros, que creo que no lo han subido nunca en el tour, pero no saben lo que se pierden, y tienen la posibilidad de hacer por aquí un autentico etapon, encadenando esta vertiente de Spandalles, luego Coraduque, Solour y Aubisque, es decir, cuatro por el precio de uno. Una ruta a tener en cuenta en visitas posteriores.

Como decía, después de un descenso de 11 kilómetros por una carretera durísima e infernal (típica francesa pirenaica, es decir, mucho bache, mucho suelo irregular, mucha curva), llegue a la población de Ferrieres, y porque no decirlo, pasarlo mal porque sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo.

Al llegar a Ferrieres, daba comienzo la vertiente menos conocida del Solour, y en mi humilde opinión, mucho más dura que la de Argeles, es decir, la subida típica del Tour. Esta vertiente son 14 kilómetros, pero es que los últimos 8, no baja del 7% ningún kilometro. Cierto que la otra vertiente es la mítica y la más conocida, pero esta no desmerece a nadie.





Además, en mi caso, esta ascensión la hice en unas condiciones climatológicas complicadas, ya que la niebla se iba cerrando poco a poco y la temperatura caía en picado, de hecho al coronar el puerto, apenas había 5 grados de temperatura.



Una vez coronado el tercer coloso del día, tocaba ya un descenso hasta Argeles Gazost para dar por finalizada la aventura, bien es cierto que por un momento sopese la idea de hacer también el Col de Coraduque, que sale desde Aucun, una población que está en el descenso, pero el cielo se iba poniendo mas y mas negro, además, mis fuerzas estaban ya un poco justas, porque llevaba cinco horas encima de la burra con mucha tralla de por medio.

Así que todo recto hasta Argeles-Gazost y fin de la ruta. Por tanto, otros tres puertos más conquistados, bien es cierto, que Hautacam lo subí hace 10 años, pero Spandalles y el Solour por esta vertiente era la primera vez, y no ha desmerecido para nada la odisea.

Luego, tocaba la vuelta y ese sí que era otro gran puerto, al igual que en el viaje de ida, ahora tocaba otra hora y media de coche, aunque al final fueron casi dos horas y media, dado que como he comentado antes, la cosa se iba poniendo mas y mas negra. Tan mal se puso, que se puso a diluviar al poco de comenzar el regreso y según subía el Aubisque con el coche, la niebla se iba haciendo más y más densa, con lo que la velocidad era aun más baja y con muchas más precauciones si cabe.

Afortunadamente, al pasar la frontera, hice una parada técnica en Formigal para comer algo y de nuevo echarme un sueñecito de media horita, que me dio las fuerzas suficientes, para hacer el resto del camino en buenas condiciones y sin sobre saltos.

Al llegar a casa, molido por otra parte, estaba pensando en cerrar temporada, salir un par de días, un par de horas muy tranquilo y descansar……………..pero la realidad, cinco días después, fue muy distinta……..jejejejejeje.

Hasta la próxima.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Asturias, patria querida (y 2)

Cocido a fuego lento.


El pasado martes 16 de Agosto, tocaba segundo día de colosos asturianos. Había preparado una ruta muy interesante con tres puertos: el conocido Pajares, el desconocido La Cubilla y el mítico La Cobertoria con su extensión a la cima del Gamoniteiro. A priori 140 Km de sube y baja.

Después del correspondiente madrugón y traslado a Pola de Lena desde Puebla de Sanabria (apenas 1h 30’ de coche), tocaba ponerse el mono de trabajo y hale, a dar pedales.

Ya cuando estaba llegando a Pola de Lena, en la cima de Pajares (por la autovía) lucia un sol esplendido, pero según se iba bajando, la niebla se hacía más densa y la temperatura bajaba aun mas, rondando en Poia de Lena los 15 grados. Eso me confundió, y provoco que hiciera un error que a la postre me paso factura.

Salí demasiado abrigado: camiseta interior, manguitos y chaleco. Todo eso me sobraba. Ya en los primeros kilómetros desde Pola de Lena a Campomanes, donde salían los Puertos de Pajares y La Cubilla, no pasaba calor pero tampoco tenía frio, además, había mucha humedad, y por no darme la vuelta y perder 15 minutos en dejar ropa en el coche, me supuso un lastre durante todo el recorrido.

Como comentaba los primeros 6 kilómetros desde Pola de Lena a Campomanes, muy suaves, lo que me permitió entrar en calor, y al poco de salir de Campomanes, comenzaba el Puerto de Pajares. 19 Km mas 4 kilómetros más hasta la estación de Ski de Valgrande-Brañilin. Bien, a ritmo y buena letra que queda mucho por delante.

Al ser este puerto una carretera Nacional, lo peor de todo es la circulación, muchísimos coches y muchísimos camiones, ya me lo habían advertido, así que fue el primero del día para evitar esta carretera mas entrado el día. Y la verdad, no entiendo como hay gente conduciendo por ahí, porque había cada uno que iba con el camión que parecía que llevaba un Ferrari. Pero bueno, tocaba subirlo, conocerlos y listo.

Los primeros kilómetros son llevaderos, cierto es que hay alguna rampa suelta con porcentajes importantes, pero estas fresco y se pasa sin mayor problema. La mayor dificultad de este puerto, reside en los últimos 4 kilómetros, ya que el porcentaje medio es del 15%, donde hay que apretar de lo lindo. No lo subí mal.



Llegado arriba, tocaba descender apenas 600 metros para coger el desvío a la estación de Ski, Dicho desvío, solo tenía 1,5 kilometro de subida y luego llanito hasta la estación, la cual, al ser verano, estaba totalmente desierta y algo abandonada. Bueno, 1h 45’ para llegar hasta arriba y ya me sobraba ropa por todas partes, el sol desapareció a mitad de puerto de Pajares y desde ese momento no sabía dónde meterla, ya que los bolsillos del maillot estaban lleno con barritas, móvil, documentación, etc………me preocupaba.



Ya en la bajada, sí que me abrigue un poco, pero vamos, tampoco era necesario, así que después de un rapidísimo y técnico descenso, me vuelvo a plantar en Campomanes en un abrir y cerrar de ojos, donde comenzaba el segundo puerto del día: La Cubilla, con sus 30 kilómetros de ascensión.

Y aquí, cometí un error grave, no leí bien la documentación de este puerto en su momento, así que no me acordaba de cómo era. Si que recordaba que los primeros 10 kilómetros eran muy suaves, pero tenía una laguna importante para los siguientes 20, los cuales, deduje que tampoco serían para tanto: craso error.

La ropa me seguía sobrando, pero como los primeros 10 kilómetros eran entre arboles y a la vereda de un rio, apenas hacía calor, con lo que los manguitos y el chaleco apenas sobraban, además, ese tramo estaba lleno de camiones debido a las obras de los túneles para el tren de alta velocidad, lo que en mi afán de quitarme de en medio cuanto antes, fui deprisilla. Todo eso me pasaría factura.

Bien, llegados al pueblo de Telledo, los camiones desaparecieron, el asfalto se convirtió en carretera de montaña muy rugoso (estilo carretera pirineos) y unas rampas del 10-12% durante un par de kilómetros. La cosa se ponía seria.

Además, la ropa me sobraba por todas partes, así que sin parar y en un tramo más suave, conseguí recolocar el chaleco y los manguitos en los bolsillos del maillot, ya que esto último, aunque lo llevara abierto, era como tener una manta en la espalda. No fue mala solución, pero desde luego no fue la optima, ya que eso pesaba y me seguía dando calor, además el Lorenzo apretaba, la temperatura estaba por encima de los 30 grados y aun me quedaban 18 kilómetros de subida, casi nada.

A todo esto, no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar delante, y lo que me encontré fue un señor puerto con todas las de la ley, cierto que en esos 18 kilómetros no había rampas o kilómetros tremendos, pero no bajaba en ningún momento del 7-8%, mantenido constantemente, además ni una sola sombra y con una carretera “pirenaica” que se agarraba a la bici.



El entorno era espectacular, de una belleza que pocas veces había visto, solo por las vistas merece la pena subir este puerto, además, según iban pasando los kilómetros me iba recordando a un puerto de los pirineos, por su trazado, su carretera, el entorno, el calor…………me recordaba a El Portalet y a Larrau, y ya sabemos todos lo que me paso en ambos puertos en los dos años anteriores.

Bien, después de disfrutar y sufrir la subida durante algo más de dos horas, corone La Cubilla, un poco fundido, porque llevaba casi 5 horas pedaleando, estaba un poco cocido y aunque fue comiendo y bebiendo con regularidad, digamos que la luz roja de emergencia se había encendido. Eso no me impidió disfrutar de la belleza espectacular que se ve desde arriba.

Dios no me ha dado con el don de la fotografía, pero si alguien quiere sacar fotos bonitas y espectaculares, desde luego, desde la cima de este puerto, tiene unas estampas pocas veces vista en un puerto. De verdad, muy recomendable.



Bien, después de reponer fuerzas durante 5 minutos, tocaba bajar, los primeros 20 kilómetros, muy técnicos y muy atentos, la carretera no era fácil, por tanto el comer y beber en la bajada sería algo difícil. Además, los 10 kilómetros finales, aunque eran en descenso, son de dar pedales, de esos kilómetros que bajas pero que no bajas si no das pedales, pestosillos.

Llegue a Pola de Lena con casi 5h 45’ encima, pare en el coche 5 minutos para dejar ropa (por fin), recargar bidones y listo para afrontar el último puerto del día, La Cobertoria, aunque ya en ese punto había decidido que la subida al Gamoniteiro quedaría para una mejor ocasión, una verdadera lástima, ya que estaba recién asfaltado desde hace una semana y me llamaba mucho esta subida, ya que según me comentan, la más dura y alta de toda Asturias, y que en breve la veremos en la Vuelta.

Bien, el coche lo tenía justo en el cruce que indicaba La Cobertoria. Estupendo, yo pensaba que no me quedaba nada. 10 kilómetros de subida, fotito en el cartel y 10 kilómetros para abajo para dar punto y final.

El puerto de La Cobertoria, ya desde el primer kilómetros, durísimo, además, añádele a pleno sol, las dos de la tarde, que venía tocado del puerto anterior……………pues combinación explosiva.

Tenía esperanzas de ir encontrando algún descansillo que otro en la subida, pero tal y como me habían informado, son 10 kilómetros al 10% de media, con un asfalto perfecto eso sí, pero muy muy duro.

Yo iba subiendo y notaba que iba a menos, pero cuando pase el pueblo de Piedraceda empezó mi verdadero calvario. No iba nada, empecé a ir de un lado a otro de la carretera, pero estaba vacío, tanto que tuve que poner pie a tierra a mitad de puerto, desfondado, agotado y muy muy desilusionado. Me había vuelto a pasar, la de todos los veranos. Hace dos me toco en Larrau, el año pasado en el Portalet, y este año en La Cobertoria.



Me quede sin fuerzas para seguir subiendo, ni hice el además de retomar la marcha y seguir para arriba, simplemente me día la vuelta y para abajo, llegue al coche en 5 minutos.

Luego, recoger los bártulos y para casa, con una tremenda decepción, pero así es el ciclismo.

Después en casa, tocaba ver que había pasado, y lo de la ropa fue fundamental, no excesivamente en el Puerto de Pajares, pero en La Cubilla, me fui cociendo a fuego lento y sin darme cuenta, seguramente sin ese error, podría haber culminado La Cobertoria sin problemas.

En conclusión de estos dos días, Asturias es el paraíso del ciclista, hay puertos y puertos para hartarse a subir, además, después de ver que lo tengo a tiro de piedra desde Sanabria, en años venideros iremos haciendo incursiones Asturianas para ir tachando puertos de la lista e ir sumando carteles a mi colección, ni que decir tiene, que cuando vuelva, el primer puerto de la lista será La Cobertoria, esto no puede quedar así y ya me tomaré cumplida venganza.

Hasta la próxima.