jueves, 27 de junio de 2019

Marcha Gravel: Guadarrama Challenge

Marcha : Guadarrama Gravel Challenge
Lugar : El Escorial (Madrid)
Fecha : 22 de Junio de 2019








Este pasado domingo, la tienda SanFer Bike organizo una KDD Gravel que salía del Camping de El Escorial, inicialmente la idea era 160 kms con 3400 metros de desnivel, pero posteriormente sacaron la opción "3/4 Gravel" que se quedaba en 120 con 2.300 metros de desnivel y me apunte a esta última opción.

La verdad es que el reto me gustaba, ya no solo por todo lo que había que subir sino más bien por ver subidas por otras vertientes en modo pista que me apetecía conocer, aunque al final, por unas cosas u otras, había poco terreno que no conocía, aunque también es verdad que mucho del recorrido hacia unos 20 años que no pasaba por allí.

Ya los días previos, cuando se publicó el track de ambos recorridos, me pase buenos ratos siguiendo el track en Google Maps, tratando de aprenderme el recorrido ya que era la primera vez que iba a utilizar mi nuevo Garmin Edge 520 Plus en modo trayecto y no sabía cómo iba a reaccionar el tema, y tengo que decir, que he acabado encantado. Ahora sí que puedo irme a Pirineos o Alpes con toda la tranquilidad del mundo, que no me voy a equivocar en cruces o desvíos.

La salida se dio de forma escalonada a partir de las 08:30 de la mañana, a mi modo de ver, demasiado tarde. Estábamos en el día más largo del año y se avecinaba mucho calor, no entiendo que ante el recorrido tan largo y de tantas horas (los de la larga estarían entorno a las 10 horas) no aprovecháramos mas la luz y la fresca de la mañana para ir haciendo camino. Yo desde luego, habría salido tranquilamente a las 6:30 o las 7 de la mañana.

Mientras tanto, en la salida, aprovechando que otro participante tenía la misma bici que yo, nos pusimos a charlar y al final, pues dos personas que conocí (Cesar y Daniel) que venían desde Valladolid para hacer el recorrido, y entre pitos y flautas hasta casi la Fonfria pude ir con ellos, después, mi falta de fuerza este año (por motivos que muchos saben) subiendo me pasa factura, pero no adelantemos acontecimientos.

Como comentaba, a las 08:30 salimos de El Camping de El Escorial, sabiendo que lo que había por delante no era cualquier cosa: Abantos, Collado de la Mina+Leones, Fonfria y Cotos+Navacerrada. Es decir, 4 señores puertos. 






El primero de ellos, Abantos. Sin sorpresas, ya lo he subido varias veces, aunque de eso hace tranquilamente 10 años de la última vez, y desde aquella vez hasta ahora, el asfalto a peor. La primera parte aún se podría subir con la flaca, pero cuando llegas a los kilómetros finales, aquello se convierte en una pista de obstáculos, tierra y piedras, aunque era eso a lo que veníamos.

Yo desde el minuto 1 lo tenía claro, en todas las subidas a mi ritmo, el objetivo era subirlos todos y terminar. Tardar más o menos tiempo, como que me daba exactamente igual, además, ni había dorsales, ni tiempos, ni clasificaciones ni nada, el reto era terminar, aunque algunos así no se lo tomaran, como en todos los eventos de este tipo.

Como decía, desde abajo a mi ritmo, con el 40x42 en los tramos duros y en otros tramos te permitía bajar unos piñones, esta subida como el rosario de la aurora. Pasabas y te pasaban, aun no hacía calor, pero el día prometía.


Ya arriba, la foto de rigor con el cartel y rápidamente para abajo dirección Peguerinos, aunque enseguida tomaríamos el Camino de las Navacuelas, para dirigirnos al Collado de la Mina. En la bajad mencionar el pequeños susto que tuve, ya que a la salida de una curva en sombra, me pego tal bote la bici que se me escurrieron las manos del manillar, pero anduve con pericia y pude volver a agarrarme y no caerme, y más en bajada. El susto fue importante, y a la postre no vino mal, ya que eso hizo que tuviera mucho cuidado en todos los tramos de bajada que tenía por delante.

Este tramo aunque no lo parezca, es bastante recto y plano, con algún que otro repechin corto, y ahí se puede rodar relativamente bien, además en ese tramo está el Campamento Peñas Blancas, que siempre me ha llamado la atención. Después de transitar por esta pista, se llega al cruce con el camino del Collado Hornillo, que nada más girar, te das cuenta que acabas de empezar el Collado de la Mina, porque hay un rampon de 1 km largo que se agarra bien.


La gente pensaba que este puerto era la subida al Alto del León, pero eso es del todo incorrecto. Se coronaba el Collado de la Mina (desde arriba tienes una vista de El Valle de los Caídos muy diferente a la habitual) y luego, se baja por pista hasta el Alto del León. Yo en esta pista, no es que bajara despacio, bajaba lo siguiente, ya que estaba lleno de piedras y había que tener pericia. Aunque alguno bajaba que parecía que estaba haciendo otro deporte, como que las piedras no iban con ellos.

A mi desde luego, bajar así de rápido con ese terreno, no me compensa y preferí bajar con cuidado, evitando caídas y pinchazos, aunque se tenía que bajar prácticamente todo el rato de pie, ya que las bicis de cx/gravel al no tener suspensión en este tipo de bajadas, te comes toda la vibración del suelo en los brazos con lo que llegas abajo machacado. La cosa pintaba bien, en el alto del León, apenas llevaba 35 kms y ya más de 1.100 metros de desnivel acumulado. 


Después de hacer una parada técnica (tanto en el cartel del collado de la mina como el cartel del Alto del León), tocaba bajar un poco por este puerto dirección Guadarrama y justo pasada la primera curva había que coger el camino para bajar a Cercedilla. A mi este punto me pareció el más peligroso con diferencia. 

Eran casi las 12 de la mañana y la caravana que subía por el puerto había que verla, estaba lleno de coches y además, al bajar más deprisa de lo habitual, como que el GPS no le daba tiempo a marcarte bien el desvió. Entre eso, y que el personal de "apoyo" a la KDD no se hacía ver lo suficiente, nos pasamos el desvió y nos tocó, de muy mala manera, cambiarnos al otro lado del carril jugándose el pellejo en una ventana despejada de coches y subir medio kilómetro para coger el desvió bueno.

Eso sí, fue coger el desvió y empezó una pista en modo sendero de lo más agradable, fácil y bien transitable, que hice en compañía de estos dos compañeros de Valladolid que conocí a la salida y que fuimos este tramo de buena charleta. Lo único, el tramo final de entrada a Cercedilla era algo complicado, de nuevo por el tema de piedras.

Ya una vez en Cercedilla, pasar por el túnel que pasa por debajo del tren y hale, ya todo para arriba hasta la cima de la Fonfria. 

A mi este puerto, de todos es el que más me gusto, cierto que con la flaca ya había subido hasta lo transitable con asfalto, pero después, empezaba una pista muy ancha y con buena pista hasta arriba, que salvo puntos muy concretos no ofrecía desniveles demasiado exagerados. Al igual que en los dos puertos anteriores, yo desde abajo puse mi marcheta, y con la grupeta que empecé la subida ya no la volví a ver más y me hice todo el puerto prácticamente solo. Incluida la parte de asfalto de la parte de abajo de asfalto, que estaba llena de coches y excursionistas, lo que lo hizo un tanto desagradable, había mucha gente.

Aunque luego ocurrió una buena anécdota, ya casi arriba me agarro un biker y resulta que era Javier García del Moral, de El Escorial, muy buena gente, que somos amiguetes del ciclocross y de las carreras de carretera (de hace varios años, cuando estas molaban y no como ahora), estuvimos apenas 10 minutos (él se desviaba por una senda) pero bonita coincidencia. Que hizo que me plantara arriba de la Fonfria casi sin darme cuenta, aunque hay que reconocer que es un puerto precioso. Y tiene unos cuantos miradores que merece la pena subir, ya sea andando o en bici. Por qué gente andando había muchísima y la ruta no me pareció excesivamente dura para ir a pata.


El caso es que era llegar arriba, hacerse la foto rapidito y bajar. El sol empezaba a estar alto y había que aprovechar, pero ahora empezó lo peor de la ruta. La bajada por la calzada romana hasta la Fuente de la Reina, donde se giraba para coger una pista asfaltada (ciclable perfectamente con la flaca) hasta las 7 revueltas. 

Y lo mismo que en la bajada del Collado de la Mina, había alguno que bajaba como si no hubiera mañana, yo lo tuve claro, despacito para evitar caídas y pinchazos, que ya había tenido un susto bajando Abantos.


En el desvío, parada técnica de apenas medio minuto para llenar la cacharra de agua y para abajo, además, preferí hacer la bajada solo para ir a mi bola. Aunque luego abajo, igual que las bajadas anteriores, 3 o 4 me bajaron que había que verlos, y eso que había excursionistas andando de cara. 

Ya abajo, un poco más arriba de la Fuente de la Cantina, en la subida de Navacerrada por el lado de Segovia, tocaba subir un poco por la carretera, justo hasta la primera revuelta (de las famosas 7 revueltas de la subida de esta vertiente del puerto de Navacerrada), y se cogía una pista asfaltada que nos adentraba en una preciosidad de bosque, donde el sol no podía meter ni un solo rayo de luz. Este tramo, con el calor que estaba haciendo vino de maravilla para ir un poco por la sombra, pero claro no todo iba a ser así, aunque la pista era relativamente fácil (aunque había un tramo duro), de repente te encuentras un cruce que para mí fue la entrada al infierno.


Cruce a la derecha, donde te pone "Cotos 3,5 kms" y claro, después de todo lo que has subido y la paliza que llevas encima, piensas que esto ya está hecho y que esos 3,5 kms te los comes con patatas, pero craso error.

Al principio, los primeros 300 o 400 metros eran llevaderos, pero de repente, el camino se estrecha, las piedras se levantan y la pendiente se empina pero de verdad. Aquello no se cuánto media, pero fue verlo, y la espalda, los riñones y las patas ya me empezaron a doler. Pero nada, para arriba. 

Según vas penando, ves que algún excursionista baja de frente y claro, no es plan de rendirse delante de un desconocido, así hasta tres veces, pero llegando al kilómetro final, me dije que hasta aquí habíamos llegado. Pie a tierra.

Pero no os confundáis, tenía fuerza y voluntad para seguir para arriba, pero lo que no tenía era técnica. Según iba subiendo el camino se hacía más difícil técnicamente, hasta que era un rio de piedras gordas donde mantener el equilibrio a mí me resultaba imposible. Por delante, vi a dos que iba cogiendo poco a poco, que estaban caminando y por detrás, a lo lejos veía a otro que también iba caminando, pues mira: blanco y en botella. El último kilometro a pata y no era precisamente una subida fácil. 

Entre lo empinado que estaba, las piedras y que cargas con la bici, como que ese kilometro se me hizo pestoso de verdad. De hecho, dos excursionistas con mochila y palos, me cogieron (que antes pase yo en bici) y me hicieron compañía hasta arriba, y aunque eran alemanes, fuimos mediamente hablando hasta arriba, donde cada uno ya tomaba su rumbo. Ellos para Peñalara a seguir andando, yo al Bar de la cima del puerto de cotos.


Eran las 2:30 de la tarde, ni una nube, un calor que te mueres y yo sin nada de hambre, esto último muy mal síntoma, porque cuando uno está así, es que estas empezando a entrar en crisis. Y como de estas ya he sufrido unas cuantas, lo primero que hice fue comprar 2 aquarius de naranja y una napolitana. La primera lata me la tome sentado, pero la segunda y la napolitana, hice el esfuerzo de volver a subirme a la flaca y no parar, ya que como estuviera mucho rato allí, no me quería ni imaginar lo que me iba a costar llegar a El Escorial. 

Dicho esto, los valientes que se hicieron la larga se tiraron para abajo hacia Rascafría para afrontar Morcuera y luego 40 kms más hasta El Escorial. Yo allí arriba, habiendo hecho 72 kms con 2.200 metros en 5:30, me dije que ya tenía bastante y que dijera lo que dijera el track, yo todo recto a El Escorial por la carretera, que la pechada ya estaba hecha y bajar por pista ahora, no me aportaba nada (el desvío estaba en la curva de El Ventorillo).

Así que me subí a la flaca y comencé a ir a Navacerrada, iba como alma en pena. Cada mordisco a la napolitana era como si estuviera comiendo goma, me daban ganas de escupirla pero me la tragaba porque sabía que era lo que necesitaba, después de casi 8 geles y mierdas similares, mi estómago necesitaba comida de verdad. Y el Aquarius tampoco es que entrara con facilidad, aquello no me sabía a nada. Pero el caso es que en esos 8 kms (que me hice solo) conseguí comerme todo y me salvo de agarrar un buen pajarón.


Ya en Navacerrada, lo tuve claro, todo recto hasta abajo, a Los Molinos, Guadarrama y El Escorial. Mi culo también había dicho basta a tanto bache e ir directo fue la mejor decisión que pude tomar. El caso es que llegue al camping y en cuanto firme, me senté debajo de una encina enorme que había allí que habían montado una barbacoa para todos. 


No éramos más de 15, todos los que estábamos allí habíamos hecho la corta. El caso que hasta que empecé a ser persona pasó un buen rato, cuando mi estómago dijo que ya podía meter comida de verdad, un par de pinchos de tortilla, un buen bocadillo de lomo y un par de latas, me sentaron como manjar de dioses. Pero allí tirado en la silla, estuve cerca de una hora. No tenía ni ganas de ir al coche a cambiarme, no sabía ni donde estaba la bici ni tenia fuerzas para desatarme las zapatillas.

En resumen, un pedazo de ruta, puede parecer que 110 kms es poco, y para carretera puede que si lo sea, pero para hacérsela en Gravel (al final 6:40) es una barbaridad, y no quiero ni piensan los que hicieron la larga que les salieron 3 horas más.


El desnivel en los primeros 72 kms es realmente brutal, a ritmo de Marcha Purito pero merece mucho la pena. Me ha permitido ver la Sierra de Guadarrama desde otro punto de vista y si quieres hacer puertos, no hace falta que sea asfalto.

Yo acabe relativamente entero, era un test importante para mí. Se confirma que este año no ando ni con gasolina súper (por los problemillas que tengo, estoy tomando alguna chuche recetada por médicos que da en un control valores "raros"), pero que a mi tran tran y con ese desarrollo me subo todo. Y que llegado cierto punto, la fuerza no está en las piernas, sino en la cabeza.

En definitiva, que la semana que viene me voy 3 días a Pirineos. 


Hasta la próxima.