Había una vez hace 30 años, un niño llamado Sergio. Apenas tenía
9 años de edad pero ya disfrutaba en el pueblo de sus abuelos, situado en
Sanabria y de nombre Sampil de los placeres, la aventura, las sensaciones de
montar en bici a lomos de su motoreta de color rojo.
Por aquella época, su tío Domi aún estaba soltero y cuando
iba a pasar unos días allí, compartía habitación con su único sobrino. Aquel
verano, Domi se compro una bicicleta hecha a medida en la mítica tienda
madrileña Otero, una Razesa de la época que costó cerca de 50.000 de las antiguas
pesetas, lo que se dice un bicicletón de la época.
La bicicleta en cuestión.
Dicha bicicleta, su tío Domi se la llevo al pueblo para
hacer algunos kilómetros por “las cuestas de la zona”, pero no se imaginaba que
su sobrino Sergio se quedó prendado de esta bicicleta al instante. Domi, que
era muy suyo para sus cosas, le prohibió tajantemente coger la bici nueva, ya
que esta se podría romper con casi mirarla.
Mis primeros pinitos junto a mi tio Domi.
Pero eso no fue impedimento para el niño de 9 años, ya que o
bien madrugaba o aprovechaba las siestas de su tío para cogerle la bici a
escondidas y salir por la carretera del pueblo hacia la Escuela, la majada o el
alto de la Jomba, apenas un puñado de kilómetros, pero que a ese niño le
parecían auténticas etapas del Tour. Y todo esto, deprisa y corriendo para
volver a dejar la bici de nuevo en su sitio, en la misma posición en la que
estaba para que su tío Domi no se diera cuenta.
Casi 30 años después, Sergio ya es mayor y la bicicleta
supone para él una forma de vida, hacer carreras, tener un equipo, ir a hacer
puertos a los Alpes o a los Pirineos, etc…..y veía como su tío aún seguía conservando
y utilizando su bicicleta Razesa de Otero. La cual, desde hace un tiempo
trataba de convencer a su tío para que se comprara otra bici más moderna y que
esa bici, se la vendiera para tener una “bici retro”.
30 años despues del comienzo de esta historia.
Pues bien, apenas hace 10 días, su tío Domi falleció a la
edad de 58 años por una embolia pulmonar, justo después de hacer algunos
kilómetros por el carril bici de Tres Cantos a lomos de su bici de 30 años. Un duro golpe para su mujer, sus hijas, su
madre, hermana y demás familiares, ya que estaba en la plenitud de su vida.
Lamentablemente, he heredado por expreso deseo de su mujer,
es decir, mi tía, la vieja bici de mi tío Domi, la cual está ahora en mi poder,
algo que quería tener pero jamás de esta manera tan cruel.
Esta bici la voy a restaurar, limpiar y reparar para quizá
usarla en alguna marcha retro, en honor a mi tío y para decirle “Gracias” por que hace 30 años al prohibirme montar en tu bici, hiciste que descubriera un
deporte maravilloso a lomos de una bici fantástica.
Estés donde estés: gracias
Domi.
2 comentarios:
que vida más puta pero bonito gesto por tu parte, grande.
Yo tengo una peugeot retro, este año no se nos pasa ir a Palencia a hacer la marcha de los canales de Castilla
un abrazo (Tabor)
Publicar un comentario