lunes, 18 de agosto de 2025

Tour de Suiza - Dia 6 - Grosse Scheidegg y Mannlinchen

Y llegamos al final............por este año

Meiringen, ciudad donde estuve dos noches y ciudad desde donde partía la última etapa con dos puertos en el menú: Grosse Scheidegg y Mannlinchen.

La etapa del dia

Pero Meiringen es mucho más, cuentan ellos mismos, que en esta ciudad es donde se creó el merengue (y no me refiero a los madridistas) sino a ese postre que todos conocemos, de hecho, si te das un paseo por la ciudad, hay bastantes tiendas donde puedes encontrar este delicioso dulce de muchas formas. Nosotros en las dos cenas que tuvimos en el hotel, el postre era "merengue con algo", y estaba realmente delicioso.

Pero Meiringen es mucho más, dado que un tal Sir Arthur Conan Doyle, creador del personaje de Sherlock Holmes, el Doctor Watson y su némesis el profesor Moriarty, ambientó su última novela "El Problema Final" en esta población y en sus cataratas de Reichenbach, por lo que en esta ciudad podemos encontrar:

  • La Plaza Sir Arthur Conan Doyle
  • La Plaza de Sherlock Holmes
  • La estatua de Sherlock Holmes
  • El Museo de Sherlock Holmes
  • El Hotel Sherlock Holmes
  • El Bar Sherlock Holmes
  • Y el tren cremallera que te lleva a las cataratas de Reichenbach, donde se desarrolla "El Problema Final"
Hotel de Sherlock Holmes

El coche de Sherlock Holmes

La etapa como he indicado contaba con dos puertos, el Grosse Scheidegg y el Mannlinchen.

Del primer puerto no tenía dudas, había que subirlo si o si, porque las personas que conozco y todo lo que he leído al respecto, indicaban que era sin duda el puerto más bonito que uno podía subir en Suiza. Por paisaje, por carretera, por entorno...........por todo. Ojo y es un puerto de 16 kms a 8% de media. 

Pero del puerto de Mannlinchen, la cosa ya cambia y cuando uno vez que la pendiente media durante 14 kms es del 10%, había que pensarlo. Y eso hice, darle vueltas para ver si este puerto lo subía y finalmente decidí NO subirlo, por muchos motivos:

Por tanto, la decisión estaba tomada: solo subiría el primer puerto, me daría la vuelta para volver a Meiringen y tendría unas cuantas horas para hacer turismo, para ir a visitar el pueblo a fondo y todo lo relacionado con Sherlock Holmes, que era un reclamo bastante jugoso.

La estatua de Sherlock Holmes en la Plaza de Sherlock Holmes

Y, además, había otro factor que no sabía y me di cuenta este mismo día, el 1 de agosto, es la fiesta nacional de Suiza, por lo que toda la localidad estaba engalanada para la ocasión y había gente por todas partes. Algo increíble, los suizos.......¡¡de fiesta!!, pero vamos, su fiesta es estar en la plaza del pueblo tomando una cerveza sentados y charlando, nada de verbena, baile o charanga como en España.

Fiesta nacional de Suiza, el 1 de Agosto. Ya he vivido tambien el 4 de Julio en EEUU y el 14 de Julio en Francia.

Asi que a las 8.30 de la mañana, junto con el resto del grupo comenzamos la salida de la última etapa y en mi caso solo el primer puerto, el resto harían la etapa completa.

Este puerto del Grosse Scheidegg está considerada la carretera más bonita de Suiza, con 16 kms al 8% y un desnivel acumulado de cerca de 1.500 metros de desnivel y no ha decepcionado en absoluto.

La etapa comenzaba con apenas 1 km de llano y hale, para arriba 18 kms. Los primeros 2 kms, los que bajamos el día anterior del "repechito" de regalo y luego, giro a la derecha y 16 kms de puerto.

Este puerto, tiene 2 tramos bien diferenciados. Un primer tramo de 8 kms con buenas pendientes, en su mayoría entre bosques, praderas, cascadas y curvas muy abiertas, para pasar a un segundo tramo, desde el cual, ya los coches no pueden pasar, y a partir de ahi sus rampas son de consideración. Además, la carretera es muy estrecha y serpenteante, que tiene el ancho justo para coche o un autobús y esto lo complica un poco.

Ademas existe un servicio de autobús y estos, tiene absoluta prioridad tanto bajando como subiendo, y cuando llegan a un tramo de poca visibilidad, llevan una bocina con un volumen tremendo, y no es un simple bocinazo, es como la música de las verbenas de pueblo y se oye desde mucha distancia. Esto lo hacen para que todos los coches (hasta el primer tramo) se aparten o incluso que los que subimos en bici, nos echemos a un lado. Muy curioso y pintoresco.

Servicio de autobuses del Grosse Scheidegg.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Yo desde el principio, como no iba a hacer la etapa completa, levanté mucho el pie, y directamente me quedé el ultimo a posta, para subir a mi ritmo, incluso sin llegar a pararme, poder hacer fotos durante la subida, ya que insisto, la subida era espectacular.

Esta subida, va por la parte de abajo del Eiger, una montaña muy famosa entre escaladores, dado que es considerada una de las escaladas más difíciles del mundo, concretamente su pared vertical a la cual la llaman la “pared asesina”, por la cantidad de escaladores que han perdido la vida ahí en los últimos años.

Esta montaña tiene sus particularidades, como un par de estaciones de tren dentro de la propia montaña y acceso a una serie de túneles, que dan acceso a esta “pared asesina” para el rescate de escaladores. Esto se puede apreciar muy bien en la película de Clint EastwoodLicencia para matar

Una vez llegado al comienzo de la segunda parte, una vez pasado un tramo de descanso simplemente espectacular, es desde este sitio desde donde los coches no pueden continuar y el que quiera subir tiene 3 opciones: andando, autobús o en bici, pero durante el primer kilómetro te comes una rampa constante del 16%, y el resto de esta segunda puerta, no baja prácticamente en ningún momento del 8%. 

Ni que decir tiene, que esta segunda parte es igual de curveada, praderas y árboles, con montañas a ambos lados, y sin lugar a duda, la subida más bonita de toda la semana. 

Como dificultad añadida, esta el tema de los autobuses, que hubo varias ocasiones que me pillaron subiendo o bajando, por lo que, para no echar pie a tierra, me salía de la carretera por el borde y seguía pedaleando por la tierra, y es que los autobuses, literalmente ni frenan ni hacen por apartarse o hacer sitio para que quepas tu tambien, sencillamente no es su problema. Cosas de suizos.

Al llegar arriba, solo me encontré a Rubén nuestro fotógrafo ya que el resto, continuaron con la etapa, la que terminaron cerca de las 7 de la tarde. 

Última rampa del Grosse Scheidegg y de la aventura suiza.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Arriba, pude abrigarme con la ropa que Rubén nos había subido andando desde donde no se permitía el paso a los coches, 

Para terminar, la anécdota del día. Arriba un suizo que había subido en bicicleta eléctrica (sin comentarios al respecto) me preguntó si tenia una bomba para hinchar la rueda trasera, pero yo de eso no llevo. Sin embargo, le dije que trajera la bicicleta hasta donde yo estaba, sacando la bombona de aire comprimido y le inflé la rueda en apenas 5 segundos. Su cara fue un poema, porque nunca, me dijo, que había visto algo así y me pidió la bombona gastada para enseñarla en su tienda de bicis. Como contrapartida, le pedí que me hiciera la foto en el cartel del hotel de la cima, por que alli no había cartel.

Foto de rigor en el último puerto, donde no hay cartel.

Luego tocaba ya bajar, que lo hice muy tranquilo y parando las veces que fuera necesario, no para hacer fotos, ya que aunque las hubiera hecho no habrían hecho justicia al precioso sitio que veía, simplemente me quedaba contemplándolo unos minutos para que se grabara bien en mi retina. 

Espectaculares vistas desde el puerto

Al fondo, no se ve bien, el Eiger

Una vez ya en el hotel, cambio de ropa y ducha rápida, estando a las 12:30 listo para la acción, había que aprovechar la tarde. 

Lo primero, salir hacia el tren para las cascadas de Reichenbach, que justo estaba en la otra punta del pueblo, cerca de 1,5 km andando.  Y una vez alli, 7 minutos de tren cremallera para llegar a una plataforma que estaba en la base de la cascada, que era realmente impresionante.

Tren a las cascadas de Reichenbach

El tren cremallera

La cascada donde se "supone" que murio Sherlock Holmes

Pero lo mejor era que desde ese punto había una escalinata de cerca de 2.000 escalones que te podía hacer llegar a la parte de arriba de la cascada, con dos miradores intermedios. Por supuesto, a pesar del cansancio acumulado de toda la semana, tocaba subir esos escalones, por medio de un bosque paralelo a la cascada. Ni que decir tiene, que me costó un mundo subir, pero solo iba a estar alli una vez en la vida, asi que había que aprovechar. Y mereció la pena.

Escalinata de 2.000 peldaños para ir hasta arriba de la cascada

Placa que indica el lugar exacto donde se "supone" murió Sherlock Holmes

Luego ya la bajada fue mucho más suave incluido el tren cremallera. Ya una vez abajo, tocaba ir al museo de Sherlock Holmes, que estaba en la plaza del mismo nombre y con una estatua en su honor. Y dado que era la fiesta nacional suiza, en aquella plaza se encontraba todo el pueblo de Meiringen, todos alli con cerveza en mano y esta vez sí, cantando al son de unos músicos que había por alli.

Después, otro paseo para ir a ver dos cosas más, el castillo en ruinas del Restiturm, que esta en una elevación sobre el pueblo, que desde alli proporciona una vista del valle, la cascada y el pueblo realmente bonita, y además, justo a los pies este castillo, que realmente es una única torre, hay un jardín con árboles, césped y bancos, donde no pude resistirme y con el cansando acumulado, me tumbé bajo un árbol a echarme una siesta que me sentó de maravilla.

Castillo del Restiturm

Un rato después, y ya camino del hotel, pase a visitar la Iglesia de San Miguel, que aunque sea protestante, realmente merecía la pena, sobre todo la torre del campanario y estaba rodeada de las típicas casas suizas de madera con flores y jardines. Una preciosidad.

Campanario de la Iglesia de San Miguel

Poco después, era la hora de la cena y comenzaban los preparativos para el regreso, entre otros en volver a meter la bici en la caja para la vuelta a España, que la Ridley al igual que en Austria se ha portado muy bien aportándome mucha fiabilidad en todos los sentidos.

Ya tocaba pensar en volver a casa con mi familia y procesar todo lo vivido esta semana, y por supuesto, ir pensando en la próxima aventura y sacar conclusiones, que esas irán en el próximo y último post de Suiza.

Los datos del Strava

El recorrido del día

jueves, 14 de agosto de 2025

Tour de Suiza - Dia 5 - Sustenpass, Grimselpass y Oberarrsee

Mi mejor día.

Ya empieza a vislumbrarse el final de la semana suiza, y hoy tocaba la etapa 5 con los puertos del Sustenpass y el Grimselpass con su prolongación hasta la presa de Oberaarsee.

La etapa del día

Este día, después del pajarón del día anterior, me levanté con un hambre tremendo, algo lógico después de dejar el día anterior el cuerpo con el deposito vacío y como suele ser habitual, el día siguiente a una cosa así, suele ser bastante bueno, ya que todo lo que le metes al cuerpo de combustible, se aprovecha al 100% y llenas el depósito a tope.

Comenzamos el día con cambio de localidad, salimos de Andermatt para ir a Meiringen, donde pasaríamos las dos siguientes noches, pero para ello, primero comenzamos con un ligero descenso de 10 kms hasta la localidad de Wassen, donde comienza el primer puerto de la jornada, el Sustenpass.

Pero antes, los primeros 10 kilómetros tienen su aquel. Para comenzar durante estos 10 kms iniciales, existe un carril bici estupendo totalmente ajeno a la carretera principal, que a tramos iba por encima de las galerías de la carretera. Este carril bici, era el trazado original de la carretera que tenía en su trazado su famoso “Puente del Diablo”.

Famoso Túnel del Diablo, por abajo los ciclistas, por arriba la carretera para los coches.

Este sitio ya lo tenía localizado en el radar, para poder verlo. Este puente tiene su historia, no exento de polémica y leyenda. 

Justo a la entrada del túnel, por donde pasan los coches, hay pintados dos símbolos del diablo, pero justo debajo, existe una escultura de San Gotardo como una especie de altar a este santo, supongo que para contrarrestar un poco entre el bien y mal. 

Además, justo a lado de esta escultura, existe la entrada a un bunker del ejercito suizo en plena montaña, que dicho sea de paso, de libre acceso y visita. Y tambien el entorno es precioso, con un cañón entre montañas, su debido río, con sus cascadas. En esta zona, un puesto de vigilancia con un par de policías suizos por allí, vigilando el lugar, por eso de la polémica y leyenda previamente comentada. Gente pirada e imbécil hay por todas partes.

Entorno del Puente del Diablo.

Vista completa del Puente del Diablo, donde se ve la figura pintada en la pared, la entrada al túnel y por debajo el trazado original, que ahora es la vía ciclista. Y en medio, se pude ver la entrada al bunker del ejercito. 

Una vez bajado este tramo de 10 kms, que en realidad es como un puerto en sentido contrario, por un estupendo carril bici, ancho y magnificamente bien cuidado, llegamos a Wassen, para comenzar el Sustenpass, que dicho sea de paso, un puerto bastante duro, pero muy corto, pero claro, si lo comparas con el monstruo del puerto de Nufenen del día anterior, ya cualquier cosa, te parece un paseo.

Apenas 17 kilómetros de nada de subida, con sus correspondientes curvas de herradura, haciendo así, que con todas las curvas de este tipo que he hecho en este viaje, ya tengo para toda una vida. 

Primeros compases de la subida al Sustenpass.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

El puerto comenzaba suave, pero poco a poco se iba endureciendose, donde al final y como siempre cada uno a su ritmo para arriba del todo, hacer reagrupamiento. Lo mas duro del puerto, es cuando quedan 3-4 kilómetros para la cima, donde hay una recta larguísima hasta el final que para ponerle un poco más de picante, como no, con el viento de cara y con la temperatura desplomada. Vamos, lo habitual durante toda la semana: nubes, frio y viento.

Puerto del Sustenpass, otro para la colección

Una vez arriba, la foto de rigor y para abajo, esta vez con muchísima precaución por el suelo mojado y bajando el último del grupo durante todo el descenso, algo que no había sido así en los días anteriores, no era plan de arriesgar más de lo debido. 

Una vez llegada a la población de Innertkirchen, avituallamiento para soltar ropa y a subir el Grimselpass. Además, se da la circunstancia que era subir y bajar por el mismo sitio, es decir, si en este pueblo, uno quería ir a Meiringen, lo tenías a 10 kms dando finalizada la etapa. O bien, si subiendo este puerto, te quedas sin fuerzas o sin ganas, lo tenias tan fácil como darte la vuelta y listo.

Ademas, cuando comenzamos el puerto, el track del recorrido indicaba que la subida total eran 34 kms de puerto, pero este dato tenía truco que descubrimos cuando llegamos arriba. Resulta que llegar a la cima del puerto como tal, “solo” eran 26 kilómetros, mientras que los 8 restantes eran la prolongación hasta la presa de Oberaarsee, que es hasta donde indicaba el track y la subida de los 34 kms.

En cuanto a la subida al Grimselpass y su prolongación, como tal, lo podríamos describir como “la subida de las cuatro presas”. Por que tiene como 4 escalones bastante diferenciados con sus correspondientes 4 presas. Y he dicho bien, cuatro presas, todas enormes y hasta arriba de agua. 

El primer tramo, hasta la primera presa, unos 17 kms que no excedían del 5-6%, es decir, un puerto muy mantenido, que a mi personalmente es de los que me gustan, por que son de fuerza y ahí me desenvuelvo bastante bien, es decir, aguanto el tipo.

Pero la cosa cambia cuando ya los porcentajes empiezan a subir del 8% en adelante, que ahí hago aguas por todas partes. 

Por tanto, estos 17 kms los subimos todos juntos a buen ritmo, pero solo seis de los 7 aventureros, dado que mi compañero de habitación, en Innertkirchen, dijo que nanay y se fue para Meiringen directo. 

Ya a partir de este kilómetro 17 de subida, y pensando que aún quedaban hasta el Grimsel otros 17 más (craso error), cada uno ya iba a su ritmo para arriba. Culminando este primer tramo en una impresionante primera presa, donde había otro avituallamiento del que yo, pasé olímpicamente y seguí para arriba a mi ritmo aprovechando ese tramo de descanso.

En las rampas del Grimselpass.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Comenzando el segundo escalón, veías claramente el objetivo, dado que se ve perfectamente la trazada de la carretera, culminando en una segunda presa, y en medio de esta, se ubica el hospicio del Grimsel, que desde arriba, es simplemente espectacular y desde donde sale un teleférico con destino a la presa del glaciar del Oberaarsee, que era el destino final. En la actualidad, este hospicio es un hotel de cuatro estrellas, a 300 euros y pico lo noche.+, lo que se dice al alcance de todos los bolsillos.

Vista del Hospicio (ahora un hotel) del Grimsel.

Una vez pasado este tramo, a por el último escalón del puerto, que culmina en otra presa, la del Grimselpass propiamente dicha, que al igual que la anterior, ves perfectamente toda la trazada hasta arriba.

Ya en este tramo, a mis las cuentas no me salían y la montaña tampoco, por que se veía claramente que arriba de este tramo terminaba el puerto y no se apreciaba más montaña para subir, aparte que llegaría en el kilómetro 26 y me faltaba “puerto”. 

Tramo final antes de llegar al Grimselpass

Puerto del Grimselpass

Cuando llegué arriba, estaban algunos en el avituallamiento y yo sin parar, continué por la carretera que se dirigía a la presa de Oberaarsee, por la cual, si quieres pasar con tu coche, tienes que pasar por caja. 

Presa de Oberaarsee, el fin de la etapa y había que ir hasta el final de la misma.

Una carretera muy estrecha, pero que te brindaba unas vistas del hospicio del Grimselpass impresionantes, asi como la cola de este embalse y el glaciar que se vislumbraba al fondo, todo rodeado de un conjunto de montañas altísimas, junto con un lago a sus pies y la cuarta presa del recorrido. Indescriptible.

La carretera del acceso a la presa del Oberaarsee. Una de las más bonitas de Suiza.

Sin duda alguna, este tramo lo disfruté muchísimo, iba muy bien a mi ritmo, totalmente solo, sin coches, sin nadie a mi alrededor y era el único del grupo que estaba subiendo por alli. 

De hecho, la carretera culminaba en la misma presa de Oberaarsee y llegué hasta el final de esta, donde ya no había más carretera, y si o si, tenías que darte la vuelta. Dicho esto, el UNICO del grupo que hizo la etapa completa. 

Presa de Oberaarsee, haciendo la etapa hasta el mismísimo final.

Glaciar del Oberaarsee, simplemente espectacular. La foto no hace justicia, hay que verlo.

Arriba, las vistas del glaciar, rodeado de estas montañas, simplemente espectaculares. Ya en la bajada, a medio camino me encontré con Roberto y Nacho, que si que había subido por esta carretera, pero no la habían hecho completa. 

Nos juntamos los tres y fuimos juntos al Grimsel de nuevo, para rodear el lago y asomarnos un poco a la otra vertiente, esa que vimos el día anterior desde la cima y la bajada del Furka.

Luego, los tres juntos bajamos muy tranquilos hasta Innertkirchen, donde quedaban los 10 kilómetros finales. Eso sí, con sorpresita final de un “repechito” de casi 2 kms que después de haber subido todo lo que habíamos subido, te temblaban las piernas, pero bueno, no se subió mal. Lo subimos a ritmo los tres tan amigos, para culminar este "regalito final" y bajar ya sin dar pedales todo recto hasta Meiringen y directos al hotel Meiringen, que estaba en pleno centro.

Cierto, que esta etapa se nos fue a las 7:30 sobre la bici, pero acabé tan bien, que si tenía que hacer mas kilómetros, los hacia sin problemas. Lo que comenté al principio del post, la compensación de la pájara del día anterior para mi mejor día de la semana sobre la bici.

Por otro lado, apenas tuve tiempo de darme un paseo por la ciudad antes de cenar, pero no me preocupaba, tenía algo en mente desde hace varios días que iba a poner en marcha al día siguiente, en la última etapa para remediar esta situación.

Elemental querido Watson.......

Los datos del strava

El recorrido del día

miércoles, 13 de agosto de 2025

Tour de Suiza - Dia 4 - Furka, Nufenen y San Gotardo

La etapa reina con el tío del mazo de compañía.

Y llegó la etapa reina, esa que hace 10 años no pude hacer por tormentas y por enfermedad, esa etapa que durante mucho tiempo pensé que no podría hacer o volver. Y lo conseguí.

La etapa no defraudó en absoluto, ya que pasó absolutamente de todo, empezando por dormir regular y desayunar mas bien poco, a pesar de intentar comer bien en el desayuno, pero no había manera, tenía cerrado el estómago.

Mi carita antes de la etapa, lo decía todo.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Foto de grupo con el maillot oficial del viaje. Yo el segundo por la derecha.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

La etapa del día era con salida y llegada en Andermatt, por lo que no había que hacer la maleta por la mañana y bajarla a la furgoneta, y eso es un alivio. El recorrido es probablemente uno de los recorridos ciclistas más famosos y realizados por ciclistas del mundo: Furka, Nufenen y San Gotardo; y además, lucía un sol esplendido por lo que el día prometía y otro día más salvado. 

La etapa reina

Para empezar, unos kilómetros de llano para llegar a Hospental, donde te encuentras al llegar una rotonda. Si en dicha rotonda, vas recto tiras para el San Gotardo (por donde bajaríamos) y si giras a la derecha, entonces comienza la fiesta con el Furka.

Evidentemente, giro a la derecha y otros 6-7 kilómetros de llano hasta el pueblo de Realp donde comienza la verdadera subida del Furka. 

En los primeros compases del puerto, íbamos todos juntos, de nuevo yo comandando el grupo, pero simplemente para marcar mi ritmo, pero al poco de comenzar, en un restaurante, había una foto inmensa de Sean Connery cuando era James Bond, asi que parada obligatoria para hacerse la foto y extrañamente, el único de todo el grupo que paró. 

Gente con clase y luego está James Bond.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Vuelvo a arrancar, con mis compañeros al fondo, y al poco, otro sitio dedicado a James Bond, el lugar exacto donde se produce una escena de Goldfinger. Donde exactamente Sean Connery estuvo alli y había un letrero junto con una placa que lo atestiguaba. Y ahí, si que había gente parada, unos cuantos para hacerse la foto. 

Curva James Bond en el Furkapass.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Placa que certifica el sitio y el lugar de la pelicula

De nuevo, vuelvo a arrancar para ahora sí, de un tirón hasta el final. Asi que mientras poco a poco iba haciendo camino, de repente un tipo a 4 kms de la cima, se me puso al lado y comenzó a charlar conmigo, como si me conociera de toda la vida. 

El tipo en cuestión era un suizo que se llamaba Danilo y al ver mi ropa, me pregunto si era “españolo”. Asi que, con esta introducción, durante casi los 4 kms restantes, fuimos charlando en italiano, ingles y español. Esto es lo maravilloso de este deporte, conoces gente (como ocurrió hace unas semanas en Pirineos con Jon) y a charlar. Resulta que este tipo, estaba en Andermatt con unos amigos en casa de uno de ellos e iban a hacer la misma vuelta que nosotros, algo que solían hacer 5 o 6 veces al año, ventajas de ser suizo. Ademas, el tipo era cocinero, que vivía por la zona del Ticino, y que se consideraba más italiano que suizo. Un encanto de tipo, con el que arriba del Furka, nos hicimos una foto para el recuerdo. 

Foto con nuestro nuevo amigo suizo-italiano Danilo.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

La foto de rigor en el puerto en cuestión

Asi que, a lo tonto, otro puerto más conquistado, el primero del día de la etapa reina. Una vez hecha las fotos de rigor, tocaba abrigarse bien, porque, aunque abajo hacía un sol estupendo, de nuevo arriba, volvían las nubes y el frío, que iba a ser la tónica durante toda la semana. 

Ahora tocaba bajar hasta el pueblo de Ulrichen, donde comienza el verdadero coco del día, el puerto de Nufenen, pero antes habría que parar en el famoso Hotel Belvedere, con su característica curva de 180 grados. 

Probablemente uno de los hoteles abandonados, mas famosos del mundo.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Ahí, además, hicimos el primer avituallamiento del día y es un sitio que estaba atestado de gente de todos los colores y todos los tamaños haciéndose fotos, pero realmente lo que había y mucho, eran coches deportivos (Porche, Lamborghini, Ferrari), los cuales, algunos se dedican en estos puertos a ir a todo trapo, quemando rueda y, en definitiva, haciendo el gilipollas. Todo esto, según nos contó el organizador, por que hay empresas que alquilan estos coches a 2.500 euros la hora, donde vas con un piloto profesional y con otro coche delante filmándote. Supongo que no es algo al alcance de cualquier bolsillo.

Después de unos minutos ahí, tocaba seguir el descenso, pero pasando por el desvío al puerto del Grimselpass (que subiríamos al día siguiente por la otra vertiente), y este tramo, aunque corto, desde abajo impresiona, dado que tiene una sucesión muy rápida de curvas de herradura. Pero esto no tocaba hoy, asi que seguí hasta abajo, hasta Ulrichen, lugar donde de nuevo, volví a llegar solo.

Por tanto, sin esperar a nadie, comencé el puerto de Nufenen que con una longitud de casi 20 kms, me iba a llevar un rato largo. Este puerto, no es un paseo, tiene sus rampas duras, pero a diferencia de los que había subido los dias anteriores, este puerto no tiene descansos destacables, pero sin embargo es muy mantenido en su dureza constante del 8-9% todo el rato, y esto hace que sea un monstruo de puerto. 

Subiendo y sufriendo en las rampas del Nufenen.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Además, con la ventaja que había cogido al grupo, los primeros 3 compañeros me cogieron a falta de apenas 2 kms para la cima, con lo que había aguantado el tipo bastante bien en la subida, que no se por qué, pero es una subida que me recordaba muchísimo al Puerto de Estacas de Trueba que conocí hace unos años cuando hice la marcha cicloturista La Cantabrona.

Una vez arriba del puerto y mirando hacia abajo, porque desde arriba se ve prácticamente casi toda la subida, uno se da cuenta del tremendo esfuerzo que habíamos realizado para subirlo, sin duda alguna, hasta ese momento, el puerto que más me había costado sin lugar a duda y pasando además un frío terrible en los últimos 2 kilómetros, donde la temperatura de nuevo se desplomo hasta los 2-3 grados centígrados, que, junto con el viento, la sensación térmica era mucho más baja. 

Y para anécdota, otra cosa de suizos, por la vertiente que lo subimos hay un cartel con “Nufenenpass” pero por el otro lado, es el “Passo della Novena” en italiano, supongo que cosas de idiomas entre cantones, y por supuesto, foto en ambos carteles. 

Por el lado suizo Nufenenpass

Por el lado italo-suizo Passo della Novena. Cosas de suizos

Después de abrigarse bien y comer bastante arriba en el avituallamiento con algún compañero incluso metido en la furgoneta del frio que hacía, tocaba bajar por el lado “italiano” de este puerto, y las cosas hay que decirlas como son: vaya mierda de carretera los primeros 12 kilómetros de este lado. 

Indigna de los puertos suizos que había visto hasta ahora, con multitud de remaches en la carretera, juntas de dilatación de lado a lado cada 10-15 metros que hacía botar la bici al pasar por encima, baches sin arreglar y otros muy mal arreglados, por tanto, la bajada, la hicimos todos lentísima estos primeros kilómetros, aunque luego ya casi abajo, los restantes 10-11 kilómetros que quedaban de bajada, volvió de nuevo el buen asfalto y hasta la localidad de Airolo, volvimos a coger velocidad, pero tocaba esperarnos todos abajo, debido que en este pueblo, había un par de cruces que si te equivocabas no cogíamos la subida buena del último puerto del día: San Gotardo.

Este puerto, tiene la particularidad que por esta vertiente hay un tramo que se llama la Vía Tremola, donde sus últimos 10 kilómetros están totalmente empedrados, es decir, como si fuera un tramo de la Paris-Roubaix pero hacia arriba. Y esto había que subirlo. 

Y así 10 kilómetros, masajeando la espalda.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

A los 500 metros de comenzar el puerto, de nuevo parada para quitarse de encima toda la ropa de abrigo que llevábamos en la bajada, y mentalmente sabía que era subir y listo, etapa finalizada, pero ahora comenzaba lo más “divertido” del día.

En esa parada, le dije a Daniel Alvarez, el organizador del viaje y a Rubén Fueyo, el fotógrafo del viaje, que iba muy tocado, que nadie me esperara y ya iría subiendo a mi ritmo, ya que me temía lo peor: el tío del mazo. 

Dicho y hecho, desde abajo mismo del puerto, es decir, cuando faltaban los 13 kms iba con el tío del mazo a la espalda, simplemente no iba y por más que comía y tomaba geles, no había nada que hacer. Por tanto, cabeza fría y a sufrir.

Ya hace más de 10 años no pude venir por diferentes circunstancias, asi que este puerto no se iba a dejar conquistar asi como quien no quiere la cosa. 

Los primeros 3 kms, los que tiene asfalto, mas o menos los llevé bien, pero cuando comenzaron los 10 kms de piedras, empezó el espectáculo.

Ya había subido algún puerto con tramos de adoquín, concretamente el año anterior en Eslovenia, en el puerto de Vrsic que tenía todas sus curvas de herradura exactamente igual que aquí, aunque allí había truco, el vierteaguas que había en ambos lados, se podía mas o menos transitar por él, pero aquí, de vierteaguas nada de nada, tocaba comerse las piedras enteritas una detrás de otra. 

Eso sí, la subida solo tiene una palabra para definirlo: espectacular, tanto por las vistas como la trazada, y, por tanto, decidí tomármelo con filosofía: venía a “disfrutarlo”, me daría tiempo a ver el puerto bien y sacar alguna que otra foto en marcha. 

Curva a curva, voy subiendo con el tio del mazo a la espalda.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Ya casi arriba, cuando apenas faltaba 1 kilómetro para la cima, me encontré a Rubén esperándome en una curva para sacarme unas cuantas fotos muy chulas, incluso me paré para hacer un par de ellas muy buenas. 

Posando a escaso 1 kilómetro de la cima, la foto era la excusa para un descanso.Foto de Rubén Fueyo @rubenfueyofotografo

Después, un poco más de sufrimiento y ya estaba arriba del puerto, donde en buena lógica los compañeros se habían ido hace unos minutos para no pasar frío, igual que hice yo un par de dias antes, asi que nada que reprochar. 

Foto de rigor en el puerto, otro más para la colección

Pero como iba tan mal, estaba literalmente hambriento, asi que cuando me abrigué bien, arriba en la cima, había un puesto de salchichas, que me atendió un tipo que era colombiano, abrigado hasta las orejas, cocinando y cantando salsa en español que estaba escuchando a todo volumen. Todo era muy pintoresco y cuando le hablé en nuestro idioma, se puso muy contento, hablamos un par de minutos y me dio una salchicha bien grande con un trozo enorme de pan, que alli mismo, a los pies del letrero del puerto, simplemente devoré y me supo a gloria, aunque a nuestro amigo Rubén, el fotógrafo, que es vegano, no le hiciera mucha gracia ;-).

El mejor avituallamiento en un puerto. Me supo a gloria

Luego ya solo tocaba bajar y listo, llegaba a Andermatt, es más, durante los casi 10 kms de descenso del San Gotardo, no di ni una sola pedalada y llegué con la inercia hasta la misma entrada del pueblo, donde solo me quedaba kilómetro y poco de calle empedrada con ligera subida, que se me hizo eterna. Pero etapa completada.

Poco después me dio tiempo a darme un paseo para despejarme un poco y a esperar la cena, para después de la misma, otro paseo más largo con algunos compañeros con algunas risas.

Además, ya había pasado el ecuador de la semana, apenas quedaban 2 etapas y ya se vislumbra el final, por que ya echaba mucho de menos a mi mujer y mis niños. Mañana más. 

Datos del Strava

Mapa del recorrido del día