lunes, 7 de octubre de 2013

y Capitulo 5. Escapada a los Alpes

Menudo día amaneció en Bedoin, al igual que los dos días anteriores, con un solazo espectacular y ni una sola nube en el horizonte. Eso hizo que me levantara con muchas ganas, sin duda, el mejor día en cuanto a sensaciones físicas de toda la semana alpina. Después de un desayuno magnifico en el hotel en el que estábamos, que dicho sea de paso, estaba justo en la carretera de ascensión al Mont Ventoux, nos preparamos para hacer la última subida que prometía y mucho.

La subida famosa de este puerto, la que se sube en el Tour de Francia es la que sale desde la localidad de Bedoin. Nuestro hotel, estaba a casi 4 kms de este pueblo, por lo que para salir tuvimos primero que descender esos 4 kms para luego, desde Bedoin hacer la subida como Dios manda. Además, en la salida de este pueblo, hay un sitio bien marcado, donde se indica desde donde tienes que cronometrarte en la subida para saber tu tiempo. Sinceramente, ni me acuerdo del tiempo que tardé, iba allí a subir y disfrutar.

Los tres que fuimos a esta aventura alpina, nos tomamos este descenso con calma, mientras dicho sea de paso, veíamos muchísima gente subiendo de toda clase y condición. Ciclistas que parecían auténticos profesionales con bicicletones espectacular, gente con bici de montana y mochila…………toda clase de ciclista que uno se pueda imaginar, lo que le daba un aire muy especial.

Cuando llegamos a Bedoin, tanto Alfredo como Alberto decidieron hacer un par de kilómetros más para calentar, yo directamente llegue abajo y me di la vuelta, que ya me cogerían subiendo. Este puerto la verdad es que aunque me decepciono un poco, porque me lo esperaba mucho más duro, me encanto ya que los primeros kilómetros hasta llegar a la zona boscosa, no es que fuera un paseo pero se podía ir a muy buen ritmo, cosa que a mí por lo menos me viene fenomenal. Así que me puse a mi ritmo y para arriba.

Me encontraba de lujo, iba a muy buen ritmo, a mi rollo e iba pasando mucha gente, aunque sí que es verdad que ya que venía de los precedentes anteriores iba también guardando cierto margen, ya que no sabía cómo era la subida ni cómo iba a responder mi cuerpo.

Como decía los primeros kilómetros me sentí fenomenal, iba relativamente rapidillo, así que cuando llegue a la zona del bosque, la zona más dura de toda la ascensión que no baja prácticamente nada del 10% tuve que bajar un poco el ritmo pero aun así me sentía muy bien, los kilómetros iban cayendo y de momento ni rastro de mis dos compañeros y eso, para que lo vamos a negar, me motivaba por que llegue un momento en que apreté para que tardaran lo máximo posible en cogerme.

Dicho esto, cuando estaba a punto de salir de la zona del bosque, Alberto me paso como una exhalación, ya que el tío sube muy mucho. Iba sin lugar a dudas encendido y cronometrándose para ver que KOM hacía de cara al Strava. Yo mientras tanto a mi ritmo, a la vez que no solo veías ciclistas franceses……….allí había de todas las nacionalidades : holandeses, ingleses, italianos, alemanes………..y muchos de ellos con el coche de apoyo de la familia haciéndoles fotos. Vamos, que a alguna familia de todas las veces que les vi, casi ya eran amigos………..

Una vez pasado el tramo del bosque, se llega al Chalet Queyras, donde comienza la parte más famosa de esta ascensión, donde de repente desaparece toda la vegetación y da paso a una montaña totalmente blanca por el tipo de roca que hay allí arriba. Y la verdad es que es tal cual. Es llegar a ese punto y como si hubieran trazado una raya especificando que a partir de ahí vegetación cero y todas las rocas blancas. Simplemente espectacular.

En el tramo final del Mont Ventoux.

Tramo final del Mont Ventoux.

Se da la circunstancia que además desde ese punto, es cuando el viento empieza a soplar fuerte, o al menos es como todo el mundo te lo describe y de ahí el por qué de su nombre : Ventoux. Pero la verdad es que el día que subí yo, lo que se dice viento……ni gota. Quizá fue por eso por lo que esos kilómetros finales, decidí darlo todo y llegue a subir incluso con el 19 ya que el porcentaje bajaba mucho y se podía ir a un ritmo muy majo. Y así hasta arriba del todo.

Apretando los dientes en los últimos kilómetros 

Mientras tanto, mi otro compañero Alfredo, me paso apenas a 3 kms del final, lo que denotaba que estaba haciendo una buena ascensión. Dicho esto, ya en el kilometro final, el porcentaje volvía a crecer pero ya había que darlo todo, no solo subí piñones, sino todo lo contrario : quite un par de dientes a la vez que pasaba por delante del monumento a Tom Simpson. Iba tan encendido que la curva y recta final, la que da acceso a la antena meteorológica entre esprintando con todas mis ganas. El Mont Ventoux estaba hecho.

Foto con el cartel del Mont Ventoux al fondo.

Otro puerto para la colección.

Ahora tocaba recrearse con las vistas desde allí arriba, que eran simplemente espectaculares. El Mont Ventoux es una enorme montaña en medio de la estepa, que un día tan claro como el que estábamos teniendo se veían los Alpes y se veía el mar. Espectacular.

Rampa y curva final del puerto.

Con la torre meteorológica al fondo.


Tramo final del Mont Ventoux desde la cima.

Vista de los Alpes desde el Mont Ventoux.
  
Después de unos minutos allí arriba, haciendo fotos y viendo todo, tocaba bajar y detenerse las veces que hiciera falta a hacer fotos. En mi caso, estaba claro que me pararía en el monumento a Tom Simpson, había que rendir pleitesía al corredor caído y dejar allí, al igual que muchos otros, algún recuerdo. En mi caso, mi bidón de la marcha Alberto Contador. Luego, todo para abajo en un descenso que se puede disfrutar como pocos, carretera relativamente buena y a toda pastilla, aunque eso sí, sin pasarse que no hay nada que ganar y si mucho que perder.

En el monumento a Tom Simpson

Rindiendo pleitesía a Tom Simpson.

Foto para el recuerdo.

Ya en el hotel, nos cambiamos rápidamente, recoger los bartulo y carretera para casa, que aun nos quedaban 700 kilómetros para llegar a nuestro destino, pero un error de interpretación del GPS casi nos manda de nuevo a los Alpes, ya que nos íbamos en dirección contraria cuando cogimos la autopista europea, será que el subconsciente nos estaba traicionando.

Así que una vez subsanado el error, ya era todo recto hasta España y Zaragoza, para llegar a Teruel, algo mas tarde de lo previsto pero con ganas de ver ya a mi mujer y a mis hijos, los cuales me recibieron con un montón de besos y abrazo, sin duda lo mejor del viaje.

Ya una vez en casa toca descansar, disfrutar de la familia, pasar unos días en la playa y no tocar la bici ni con un palo, pero eso sí, teniendo presente que ha sido una gran experiencia, donde he aprendido mucho, he compartido muy buenos momentos con mis compañeros de viaje y aunque he disfrutado, sí que es cierto que por mis problemas físicos, menos de lo esperado, así que ya tengo excusa para volver……………….yo solo o con El Coleccionista de Puertos.

Hasta la próxima.

4 comentarios:

luis dijo...

Muy entretenido como siempre
Eso si.!!! Que envidia!!!

SMM dijo...

Hola Luis :

Gracias por tu comentario. Si te animas ya sabes : el coleccionista de puertos del 2014. Lo estoy montando a tope.

Salu2

Anónimo dijo...

Deberías mostar la bonita foto subiendo el Mont Ventoux al Ayuntamiento de Tres Cantos para que vean la publicidad que haces de nuestro pueblo.
J.Domingo

SMM dijo...

Hola Domi :

Buena idea, seguramente lo haga.

Gracias.