lunes, 19 de agosto de 2024

Alpes Austríacos - Dia 4 - Etapa 3

Y tocaba ya la etapa 3, la etapa donde íbamos a hacer la "cima coppi", es decir, subir el puerto más alto de toda la semana y siguiendo la tónica de toda la semana, con rampas de dos dígitos y acordándome desde el minuto 1 de no haber puesto el plato de 34 dientes.

Después de una buena noche y dormir a piernas suelta, y todo sea dicho en un hotelazo con una habitación enorme, tocaba bajar de Kaunertal durante unos 15 kms y subir en sentido contrario de nuevo el Pillerhohe, del cual, ya tomé buena nota el día anterior cuando lo bajamos antes de subir el Gletscherstrasse. 

La duda era si como temía, las patas al tercer día seguido de tanto desnivel acumulado, iban a comenzar a ponerse en modo "duras" y no ir como yo quería. Desde luego, los primeros kilómetros en bajada, parece que no, pero ayudan a calentar y el posible ácido láctico del día anterior, quitártelo de encima.

La etapa del día 3

Además, el día comenzó con buena temperatura, con alguna nube eso sí, pero nada de lluvia y no como el día anterior.

Una vez que comenzamos a subir el puerto de Pillerhohe, tocaba echarle cabeza. Era duro, aunque en el medio tenía un largo descanso, pero preferí ir a mi ritmo, incluso un poco más lento de lo que podría haber ido, pero teniendo el "monstruo" del final, cualquier esfuerzo ahorrado me iba a venir fenomenal después. Me lo tomé con tanta calma, que acabé con un gijonés hablando de futbol, de la vida, de nuestros trabajos y tan tranquilamente para arriba.

Ya una vez arriba, apenas una paradita rápida y comenzamos un descenso largo de casi 30 kms hasta la localidad de Brunau, y desde ahi, otros 35 kms picando para arriba hasta Solden, para comenzar el monstruo final 

Como me temía, la bajada se hizo rápida y, además, en seco. Pero cuando tomamos la carretera en dirección a Solden, rápidamente vimos que era una carretera bastante transitada, con mucho coche y era muy incómodo. Yo propuse que fuéramos por el magnífico carril bici que iba por los pueblos, no era carretera, pero estaba magníficamente asfaltado y nos evitábamos coches.

Con carriles bicis así, quien quiere carretera

Excepto Guillermo y yo, el resto siguieron por la carretera, y la verdad es que fuimos nosotros dos estupendamente por ese carril. Ademas, transitando por pueblos de Austria, entre praderas y por las laderas de las colinas, aunque de vez en cuando te encuentras algún rampon corto, pero te lo encuentras. 

Además, Ramón el guía del grupo, iba como un cohete y rompió el grupo en mil pedazos, algo a lo que no estaba dispuesto a entrar en esa guerra. Posteriormente tuvimos el avituallamiento y desde ese momento con Guillermo, Endi y alguno más, fuimos por el carril bici y nos quitamos del medio de la carretera. Y el ir por ahi era estupendo, ya que vas casi paralelo a la carretera y pasando por los pueblos, por medio de praderas, aunque de vez en cuando algún repechón un poco cabroncete había. Pero sin duda mejor que por medio de la carretera. Y así hasta 7 u 8 kms de la localidad de Solden.

En esta localidad, era donde teníamos el hotel y había que subir el puertarraco final y bajar, asi que, a las malas, te dabas la vuelta y listo. Ademas, en el puerto final, se rodó una escena de la película de James Bond "Spectre", por lo que había muchas alusiones a la película por el pueblo, que era grande, más de lo habitual.

En el hotel, pusieron otro avituallamiento, un par de kms y hale, para arriba para el monstruo final. Porque era un auténtico monstruo. Yo apenas paré 3-4' porque no quería entretenerme mucho. 

El puerto tenía casi 14 kms desde Solden, y el puerto es el Solden-Rettenbachferner. Pero unos numeros importantes. Este "puertecito" tiene algo más de 1.400 metros de desnivel acumulado, una pendiente media de más del 10% y con rampas del 15%. Tremendo.

Era girar a la derecha, poco después de dejar el hotel para atrás y empezaba seria la cosa. Además, bajo un sol de justicia. 

Los primeros kms para mi fueron lo peor, ya que, aunque había cierto tráfico, no había apenas descansos. Y había que mantener el ritmo, no cebarse. Era ver a uno delante a 300 metros y lo tenias ahí durante mucho rato. Ademas, en los primeros 5 kms, no dejaba de pasarme un Audi con colores estilo cebra.

Este coche, nos pasaba a toda pastilla y al poco bajaba. Y vuelta a empezar, era constante, hasta que me di cuenta de que eran varios los coches. Asi de bien iba. Al parecer, era Audi que tenía alli a varios coches probando nuevas cosas en el puerto. Uno de los compañeros, arriba del todo estuvo hablando con ellos y se lo comentó.

Pero volvamos al lio, los primeros 5 kms, realmente duros y sin descanso. Mi compañero de habitación, Nacho, había tomado una pequeña ventaja sobre los demás, pero cuando llevábamos 3-4 kms se paró y se dio la vuelta. Según me comentó, la bajada le asustaba y no quería tomar riesgos.

Mientras tanto yo a lo mío y ya comenzaban a pasarme compañeros que salieron un rato después de mí desde el avituallamiento. Yo a mi tran-tran y acordándome que no llevaba el 34, sino un 36 y lo iba a pagar con creces.


Antes del peaje, estabas avisado (foto hecha al bajar)

Pasados los primeros 6 kms, se llegaba al peaje, una constante en los grandes puertos de por aquí. Si quieres subir, disfrutar del paisaje, a pagar. Y no era barato, ya que una moto estaba en 50 euros y de ahi para arriba en función del tipo de vehículo. Al día siguiente, en el Passo Rombo, lo veríamos en su máxima expresión.

Pero de momento, pasar el peaje y a partir de ahí, ya se vislumbraba el final. La estación de ski que era donde teníamos que subir. Desde ese paso del peaje, es el tramo donde se filmó la película de 007 que he comentado antes. Eran tramos largos de recta, con alguna curva de 180 grados y así toda la escalada final. Eso sí, ya la vegetación había desaparecido por completo y era todo roca. 

Las vistas eran realmente impresionantes, el glaciar de Solden arriba lucía en todo su esplendor. 

Mientras tanto, los metros iban pasando y yo a mi ritmo. De hecho, un momento, que tuve que tomarme un respiro en la larga recta y aprovechando un tramo más ancho de la carretera, di dos vueltas en redondo para durante 15-20 segundos poder descansar un poco y poder continuar. Y por supuesto, todas las curvas de herradura, tomarlas todas por fuera. 

Apenas se veía a nadie, solo a compañeros de ruta todos desperdigados por la carretera, los coches "cebra" bajando y subiendo, y algunos camiones que no paraban de subir y bajar, ya que eran de obras y arriba vimos que estaban arreglando un túnel y parte de la estación de arriba. Por lo demás, todo desierto. 

Los coches Audi "cebra", pintados para camuflarse y probar cosas nuevas. 

A falta de 3 kms, me quedé sin agua y entré en crisis. No quedaba mucho, pero esos 3 kms se podían hacer muy largos, como de hecho asi pasó. 

Ademas, según iba subiendo la estación de ski se acercaba y ese era mi objetivo, o al menos eso pensaba, ya que no era hasta ahí, era hasta 1 kilometro más arriba, que se me hizo eterno. 

Entrada a la estación de Ski,

Antes en la estación de ski, estaba el desvío hacia el Timmesjoch, pero podría ser otra cima para conquistar, si no fuera porque iba fundido, había que atravesar un túnel de 1 kms a oscuras y no estaba en la ruta. 

Estacionó de ski que había que superar

Ya en el kilómetro final, se vislumbraba el aparcamiento donde estaba la furgoneta de la organización y curiosamente, más coches cebra. Yo no me limité a llegar al aparcamiento, sino que seguí hasta el final de este, y eso me hizo superar los 2.800 metros de altura. 

Después, arriba todo el grupo, foto en el monumento de la carretera asfaltada más alta de Europa, aunque esto ya no era asi, dado que perdió ese honor cuando hicieron una pequeña trampa de lazo en la Bonette-Restefond y otros dicen, que ese honor lo tiene el Veleta, puerto que he subido y no sé qué pensar al respecto.

Monumento de la carretera más alta de Europa en su momento.

El caso, que otro monstruo conquistado. Era el tercer día y tercera etapa completada. Una vez arriba terminado el avituallamiento y abrigarse poco, ya que, hacia sol, tocaba bajar, que lo hice a mi ritmo y tranquilo, pero llegué primero al hotel. 

Hice el registro, dejé los bártulos y me fui de cabeza a la piscina del hotel, cosa que luego hicieron unos cuantos más. Y ese bañito en la piscina, sentó de maravilla a todos. 

Una vez terminado el bañito en la piscina, fui a hacer un poco de turismo por Solden, asi que me lo pateé de arriba a abajo por la calle principal, y como todavía no era la hora de cenar, un batido de chocolate en el supermercado SPAR local, bien fresquito y de marca austriaca, me sentó de lujo, aparte de ser realmente bueno.

Ya a la vuelta en el hotel, después de casi 2h de paseo, tocaba cena en el hotel, un paseíto corto por la noche con algún compañero y a dormir. Al día siguiente más..........



martes, 6 de agosto de 2024

Alpes Austríacos - Dia 3 - Etapa 2

Comenzamos la 2a etapa de la semana austríaca, con un auténtico etapón, con cerca de 140 kms y los 3.800 metros de desnivel, aunque la realidad luego fuera muy distinta.

El día amaneció muy nublado con lo que todos los levantamos con la sensación de que nos íbamos a mojar, pero había que hacer de tripas corazón y afrontarlo de la mejor manera posible. 

Salimos cerca de las 9 de la mañana, después de un desayuno enorme y haber dormido realmente bien. 

2ª etapa

La etapa comenzaba con unos kilómetros iniciales de bajada, con lo que el grupo se lo tomó con calma e íbamos todos charlando tranquilamente hasta el km 12 aproximadamente, donde un giro de 90 grados a la derecha nos encaminaba al primer puerto del día, el Hahntennjoch.

Primer puerto del día: Hahntennjoch

Dicho puerto comenzaba con dos kilómetros realmente duros, lo que hizo que me quedara rápidamente de los últimos, pero buscaba mi ritmo. Estos kilómetros con porcentajes muy altos me hacen ir realmente lento, pero después, al suavizar bastante la pendiente, pude poner mi ritmo trotón y avanzar rápidamente por todo el puerto. Además, pasados los kilómetros iniciales, hasta casi los últimos 6 kms, había tramos suaves e incluso con algún tramo de bajada.

Hay que indicar que, en este tramo, comenzó a llover, al principio con un suave "calabobos" pero según íbamos cogiendo altitud, la lluvia se iba intensificando. El día prometía.

Como indicaba, los 6 kms finales volvían a ser realmente duros, y junto con la lluvia le daba un toque "épico" a la cosa, pero fue llegar arriba y estar solamente en el km 23, asi que habría que echarle cabeza. El día iba a ser "molto longo". 

Arriba nos esperaba la furgo con el avituallamiento y fue comer algo, abrigarse bien para la bajada y no entretenerse mucho, ya que podríamos quedarnos fríos. Dicho esto, comenzamos la bajada como terminamos la subida, con agua, frío y nubes, por tanto, con mucha precaución en la bajada. Y fue una verdadera lástima, ya que los primeros kilómetros eran técnicamente muy bonitos pero la seguridad, ante todo.

Según íbamos bajando, el tiempo iba mejorando. Tanto que al final del descenso, en la localidad de Imst, lucía un sol radiante y nos sobraba toda la ropa de abrigo que nos habíamos puesto para la bajada. Ahi, después de una parada técnica para soltar ropa y callejear un rato por el pueblo para encontrar el track correcto y cuando lo encontramos, comenzó el 2o puerto del día.

Dicho puerto era el Pillerhohe, un puerto muy suave a excepción de los 2 últimos kilómetros. Tan buena pendiente tenía que me encontraba con buenas piernas y puse mi ritmo, que hizo que durante los primeros kms comandara el grupo, hasta que una fuente a mitad de puerto hizo que me detuviera a coger agua. Y desde ahi hasta arriba, relativamente solo.

Una fuente de agua rica tirolesa.

Digo relativamente, porque en los primeros kms, alcanzamos a 3 ingleses que iban en modo Bike Packing, que cuando los pasamos se pusieron a rueda y a partir de ese momento hasta arriba, agarrados al grupo. Algo que no censuro, yo habría hecho lo mismo. 

Pero como decía, al parar a coger agua, el grupo se marchó y me toco perseguir toda la subida, aunque sin cebarme, por que quedaba otro puerto más y, además, ya hacía un sol de justicia en este puerto.

Arriba las vistas eran realmente impresionantes, incluso había una plataforma a modo de mirador que te daba una visión espectacular de todo el valle. Por supuesto, arriba avituallamiento y al rato, comenzar el descenso en grupo. Y tomando buena nota, ya que lo que bajábamos ahora, en la primera subida del día siguiente y vista las pendientes, iba a ser un comienzo de etapa "divertido e intenso". 

Las vistas desde arriba, realmente impresionantes

Otro puerto a la saca, el Pillerhohe, pero sin cartel decente

Una vez abajo, tocaba ir al pueblo de Kaunertal, donde estaba el hotel, y era 5 kms realmente pestosos, donde al menos yo no encontraba el golpe de pedal y me quedé algo descolgado.

El problema de esta etapa residía en que pasabas por delante del hotel antes de encarar la subida final, cuando llegué estaba prácticamente todo el grupo parado en la puerta del hotel y estaban decidiendo si subir o no por las nubes que había. Yo lo tenía claro, paré apenas 1' para decir, que yo subía si o si, asi que sin esperar a nadie tiré para adelante. Me esperaban 23 kms por delante para ascender al Gletscherstrasse

Desde el punto de vista cicloturista, es todo un reto, ya que es el puerto de Austria con mas desnivel acumulado, con cerca de 2.000 metros. Ahi es nada. 

Antes de subir, para aquí para pedir piedad y clemencia antes de hacer la penitencia.

Este puerto tiene tres partes bien diferenciadas. Una primera de subida suave pero constante, otra más plana que es la que rodea a una presa y una tercera, de 12kms realmente infernales. 

Los primeros kms, además, se pasaba por un peaje lo que provocó que el tráfico bajara una barbaridad. Ademas, los primeros kms estaban rehaciendo algunos trozos de asfalto y había que subir con cuidado. Y ya cerca de las postrimerías de la presa, sí que había algunos tramos duros, pero fue un tramo corto, lo que se tardaba en llegar a la presa. 

Posteriormente, había unos 4 kms para bordear la presa. Antes de eso, ya había algunos que se habían quedado en el hotel, otros que al llegar a la presa decidieron dar la vuelta y otros pocos que, al terminar este tramo, no subieron los 12 kms finales.

A este puerto, subimos menos de la mitad del grupo. Yo por casualidades, entre que alguno se dio la vuelta, otros que se pararon y otros que no subieron, me hice casi toda la subida prácticamente solo y como me iba diciendo la furgo, era "cabeza de carrera", pero eso era lo de menos. 

Ya en los 12 kms finales, al principio era muchas curvas de herradura entre praderas y bosques, y aunque había kilómetros enteros por encima del 12%, con cabeza se superaban. Lo peor fueron los 4 kms finales. 

Estos kms, la vegetación había desaparecido por completo, apenas había coches y ciclistas no veía a nadie. La cabeza me decía que para que sufrir tanto, pero ya era una cuestión de orgullo, ganas y que no creo que vuelva en la vida. Ademas, la hidratación era fundamental, ya que cada 10' me obligaba a dar un sorbito al bidón, el que me rellenaron a falta de 4 y 2 kms, porque a esas alturas iba seco. 

Ademas, como en todos los puertos con curvas de herradura, el truco es tomarlas por fuera, ya que la pendiente suaviza un poco y te sirve de descanso. Y cuando suaviza decimos que de un 11-12% baja a un 8%. A ese nivel de "suavidad" estamos hablando. 

Poco después, a falta de 4 kms, me empezaron a pasar a algún compañero, por ejemplo, Fabián (de Alicante y como subía) o Luis (de Bélgica), y me vinieron de lujo, porque, aunque suben mejor que yo, tenerlos delante y a la vista, me ayudó muchísimo a no rendirme. 

Quiero indicar que iba tan justo, que como he comentado, entre los kms 4 y 2 me rellenaron el bidón 2 veces y en esos 4 kms, me tome 2 bidones, de la humedad tan alta que hacía por aquellas alturas. 

Finalmente coroné el puerto muy muy cansado, y en esos momentos empecé a darme cuenta de que mi 36x32 se me iba a quedar muy largo, y que debería haber montado un 34 de plato. Gran error.

Pero había subido y arriba, hacía un frio importante, por lo que tocaba abrigarse bien. Contemplar los impresionantes picos rocosos que nos rodeaban y ver que ahi arriba, era una estación de ski y punto, que éramos los únicos seres vivientes a esas horas por esas latitudes. 

Arriba del todo, gracias al cartel del restaurante. 

Y después de sufrir, tocaba disfrutar bajando. Casi 30 kms hasta el hotel, que yo al menos disfruté una barbaridad. Primero porque era una bajada rápida, muy fácil y, además, sin coches. Era cerca de las 5 de la tarde, y los lugareños a esas horas, ya estaban casi cenando, por lo que teníamos la carretera para nosotros solos y fue una delicia de descenso. 

Las curvas de herradura de la subida. Una delicia para bajar y un sufrimiento para subir

Eso sí, llegué vacío por completo al hotel y lo primero que pregunté es a qué hora se cenaba. Dicha cena estaba disponible a partir de las 6:30 y el organizador, indicaba que bajáramos a cenar a las 7:30, pero yo después de una ducha y resistirme a la tentación de tumbarme en la cama (si me duermo un rato, fastidiaba la noche), a las 6:30 estaba cenando el primero porque necesitaba comer, estaba completamente vacío. 

Eso sí, poco después comenzaron a venir todos los demás, pero el primero en abrir la cena fui yo, porque realmente lo necesitaba. 

Después de la cena, un paseo con algunos compañeros para bajar la cena, hablar con la familia por teléfono y a la cama. Al día siguiente tocaba la "cima coppi" de toda la semana. Y si era como el día de hoy.................buffff.

Resumen del día


sábado, 3 de agosto de 2024

Alpes Austríacos - Dia 2 - Etapa 1

Y por fin, llegó el día. Tocaba la primera etapa por los Alpes y había nervios. De hecho, me levanté casi a las 6 de la mañana de no poder dormir. Cierto, que el desayuno estaba convocado a las 7 para poder salir a las 8, pero eso no quitaba que hubiera nervios.

Además, según te levantas lo primero que haces es ver el tiempo y hacía un sol estupendo, asi que primer día salvado. Pero no iba a ser todo el día asi.

Hotel de la primera jornada

Después de un desayuno importante (la tónica durante toda la semana), tocaba ponerse en marcha. Pero antes, cerrar maletas y bajarlas a las furgonetas de la organización. Aunque con una mochila de mano, con ropa de abrigo "por lo que pudiera pasar", que en la montaña las condiciones son muy cambiantes, ya que ahora mismo te puede hacer sol, pero al rato, te pueden estar cayendo chuzos de punta.


Perfil de la etapa del día

Nos pusimos en marcha todo el grupo, no sin antes hacer la foto de grupo, y al ralentí nos acercamos a los dos primeros puertos del día. Ya que la idea era subir el primer puerto, bajar por donde subimos y de ahi al Silvretta. Pero al llegar al peaje (otra constante en puertos de gran altitud en Austria), el tipo encargado de este, nos dice que Silvretta está cerrado por un desprendimiento de rocas y que la carretera está cerrada. Ademas, nos lo dice en un castellano perfecto por que el tío era de Barcelona. Menuda casualidad.

La solución era fácil, subir el primer puerto, bajar por el otro lado y coger Silvretta por la otra vertiente. Tenía fácil solución. 

Este primer puerto, era la primera piedra de toque para todos los puertos que nos íbamos a encontrar durante la semana. Un puerto con sus rampas de porcentajes de dos dígitos, eso sí, una carretera muy estrecha, entre árboles y que los tramos finales con sus curvas de herradura. El puerto en sí solamente era para subir a una presa (Zeinisjoch), por lo que subir hasta arriba y no encontrarte cartel..............una jodienda la verdad.

Trazada del Zeinisjoch

Curvas de herradura, una constante durante todo el viaje

1er puerto de la jornada: Zeinisjoch (sin puñetero cartel)

Arriba, se esperaba a todo el mundo, y empezamos a aprovechar para hacer fotos y darnos cuenta del entorno en el que nos íbamos a mover durante casi toda la semana: espectacular. 

Ademas, dado mi corpachón de caballo percherón tenía que subir a mi ritmo, ya que cuando los porcentajes empiezan a superar los 7-8%.....malo y si encuentras curvar con sus 15-16% pues imaginaros los chepazos que iba dando. Tambien en ese momento comencé a darme cuenta de un error fatal que cometí antes de venir, y fue el no poner el plato de 34 dientes, sino que me planté alli con el 36, y eso lo sufrí toda la semana.

Después de coronar este primer puerto, bajamos con cierta tranquilidad hasta el desvió para comenzar el Silvretta, que, dicho sea de paso, por este lado era mucho más liviano y no había demasiadas curvas de herradura. Y como siempre, cada uno a su ritmo para arriba. Apenas 7 kms bastantes suaves pero los últimos 2 que, si tenía porcentajes algo mayores, pero sin exagerar. 

Arriba, gracias al Google Street View, ya tenía localizada el cartel, asi que tocaba foto alli. Aparte de contemplar las maravillosas vistas que tiene y la presa enorme que hay arriba.

2º puerto de la jornada: Silvretta

Lago del Silvretta Pass, simplemente espectacular

Foto de grupo en el Silvretta Pass

Poco después afrontamos la larga bajada que teníamos, casi 45-50 kms antes de comenzar el tercer puerto del día. Tampoco era una bajada exagerada, digamos que era una bajada de dar pedales y, además, el track nos metía por tramos de carriles bici que tiene la zona (innumerables carriles bici por todo el país y en su mayoría en muy muy buen estado).

Ya después de un rato de bajada, tocaba encontrarse con la furgoneta de avituallamiento y comer algo. El sol aún lucía, pero empezaban a formarse nubes, que empezaron a descargar agua poco después y una vez reanudada la marcha del avituallamiento, el guía decidió que paráramos en una gasolinera a resguardarnos. En mi opinión un error, ya que era un poco de lluvia y podríamos haber seguido perfectamente. 

Al reanudar la marcha, llegamos al desvío del Arlbergpass y resulta que nos lo encontramos cerrado. Con vallas y advertencia de desprendimientos, mientras se decidía que hacer, vimos como dos ciclistas de la zona, bajaban por el puerto y comentan que se puede pasar sin problemas. 

Prohibido el paso para el Arlbergpass

Asi que hale, dicho y hecho, pasamos la valla y tiramos para arriba, aunque los primeros 10-12 kms eran realmente suaves del 2-3%, las complicaciones vendrían en el tramo final, concretamente al comenzar los últimos 6 kms.

Cuando comenzamos los últimos 6 kms, el tráfico de la zona, se incrementó una barbaridad y comenzó una autentica tormenta de verano, lo que hizo que en los soportales de un hotel nos refugiáramos todos hasta que pasara. Pensamos que serían 10-15' pero se convirtió en cerca ce 1h 15'.

Al rico refugio de la lluvia tormentosa

Indicar, que mi batería del Garmin hizo KO en este parón, ya que la batería con GPS apenas me duraba 5h y el resto, lo tuve que grabar con el Strava del móvil. 

El incremento de coches estaba provocado por que la autovía paralela a la subida del puerto estaba cerrada y habían desviado todo el tráfico por el puerto. Además, las autoridades de la zona, por este hecho, habían prohibido el tránsito de ciclistas por estos últimos kms del puerto, algo que nosotros no sabíamos. Y eso por eso, que algunos conductores cuando nos pasaban nos debían de decir de todo menos guapo en un alemán perfecto.

Además, la policía estaba arriba esperando con la correspondiente receta de 25 euros por ciclista por incumplir esta prohibición, pero que la organización se hizo cargo porque nosotros seguíamos el track, y era responsabilidad suya estar al tanto de esto. 

Lo que pasó, es que la policía nos inmovilizó un buen rato arriba y aunque no llovía, sí que hacía frio y el descenso corto (apenas 6 kms) para comenzar el siguiente puerto, se pasó algo de frio. 

3er puerto de la jornada: Arlbergpass

Ya el cuarto puerto (Flexenpass) después de lo que habíamos subido, una tachuela que se pasó rapido.  Aunque la característica de este puerto era que sus apenas 3kms de subida eran por una galería de esta longitud por lo que el eco del ruido de los coches lo hacía muy molesto.

Ademas, dichas galerías no eran abiertas, sino que entre las columnas estaban acristaladas, por lo que la sensación de estar metido en una tubería era tremenda. A mi este tramo, que no deja de ser curioso, provocó que empezara a dolerme bastante la cabeza. 

4º  y último puerto de la jornada: Flexenpass

Ya arriba, foto rapido en el cartel (estaba lloviendo) y para abajo, ya que las fuerzas empezaban a mermar y quedaban 30 kms todavía hasta la localidad de llegada, era 1h que podía haberse hecho muy pestosa. 

Este tramo final no era muy complicado, y se notaba que había ganas de llegar. Yo aquí cometí un error que casi me costó caro, dado que, en un momento determinado, en un tramo de llano, hice el afilador con el de delante (Fabián) y por poco me voy al suelo. Pude sacar un pie del pedal y controlé la bici, pero el susto fue importante. Ademas, se me salió la cadena y tuve que parar. Arreglé rapido y pude continuar sin problemas, pero el grupo en el que iba (unos 8-10 que éramos el primer grupo) me tocó perseguirles un buen rato hasta que volvía enganchar. 

Ya los últimos 10-15 kms era muy sencillos, entre praderas y montañas, aunque con algún repecho un tanto cabroncete. 

1a etapa finalizada

Finalmente llegamos al hotel con 6h 45' de bici (algo más la salida completa), y todos con ganas de ducha, cena y a la cama, no sin antes de dar un paseo por el pueblo después de cenar para soltar patas.

Al día siguiente..................mucho más. 



miércoles, 31 de julio de 2024

Alpes Austríacos - Dia 1 - Comenzamos el viaje

Y llegó el momento, después de tanto tiempo de espera y de tanto esfuerzo para preparar esta semana, la del 20 al 28 de Julio de 2024.

Pero estamos muy equivocados si pensamos que el viaje empezó el día 20, ni muchísimo menos. El viaje comenzó muchísimo antes, a finales de febrero. Concretamente después de la carrera de Gravel de Copa de España que tuve el placer de organizar (y sufrir), ya que me dejó un pequeño margen que junto con algún dinerillo que tenía ahorrado y algunas cosillas que vendí por internet, me permitían poder permitírmelo.

Porque con una familia tan grande como tengo yo, estos lujos son muy escasos, y tengo una cosa muy clara, para estas cosas, no sale ni un duro de las cuentas de casa, la familia es y será siempre mi prioridad.

Ademas, tambien empecé a ver fechas de campamentos de verano y todo apuntaba a esta semana. Bien es cierto, que, en una primera opción, yo quería Suiza, pero la opción de Austria y Eslovenia tambien era muy seductora.

Asi que después de cuadrar fechas de campamentos, la opción de Austria/Eslovenia era la más lógica y en la que se cuadraban todos los astros.

Incluso me permitía, en cierto modo, cerrar una deuda que tenía conmigo mismo desde hace 25 años, ya que cuando comencé a trabajar en Accenture, estuve destinado un tiempo en Viena. En aquella época, en la que estaba aún soltero, no tenía la determinación de ir solo por el mundo y siempre me quedó la espina de no haber recorrido en aquella época Austria en bici y visitar sus montañas, asi que otro aliciente más para escoger esta opción.

Por supuesto, hay que tener en cuenta el entrenamiento previo al viaje, y en esto, mi amigo Diego Ramos (mi compañero en el viaje a Andorra del 2022 y, además, entrenador) tuvo mucho que ver. Mi disponibilidad de tiempo es la que es y había que centrarse en algo muy claro: calidad antes que cantidad. Y por supuesto, durante los meses previos, no dejar de subir puertos constantemente.

Algo que, por circunstancias, empecé desde Semana Santa, no con algunas complicaciones con la bici de carretera, que la tuve cerca de mes y medio KO, y lo que me obligó a centrarme en la de Gravel más tiempo del que yo deseaba y a la postre, con tanto brinco sobre pedruscos, a mi espalda le pasó factura. 

Una vez resuelto todos estos temas, la semana se centraba en al menos dos-tres dias metiendo puertos, uno o dos de natación y el resto a acumular kms. El plan era perfecto.

Pero claro, siempre debe haber el susto final como todos los años que me planteo algún viaje de este tipo. Ya me pasó en años anteriores con una gastroenteritis, una apendicitis, el fallecimiento de un familiar....................¿qué iba a ser este año?

Caos en el aeropuerto de Barajas

Pues este año tocaba Microsoft y su actualización justo el día anterior a despegar, lo que provocó un caos mundial en todos los aeropuertos del mundo. No voy a engañar, llegue a pensar que no volaba por el caos que se montó, y de hecho algún compañero de viaje que viajaba ese día le dio de lleno y pasó las de Caín para llegar al lugar de encuentro que era el aeropuerto de Zúrich.

Yo tenía que coger el avión de Madrid-Zúrich el sábado 20 de Julio para estar en el punto de encuentro a las 15:00 y posterior traslado a Gallenkirch para comenzar el día siguiente.

Mi vuelo salía a las 8:30 y pensaba que con estar en Barajas a las 7 de la mañana sería suficiente para facturar, pasar el control y demás. Pero con el jaleo que se montó, había que estar antes allí. Y esa hora fueron las 5:45 de la mañana.

Asi que imaginaros el madrugón. Pero no solo eso, además ese mismo día se iban 3 de mis hijos de campamento y al día siguiente otro más, por lo que no solo había que preparar el viaje de uno (yo), sino de cinco personas. Por lo que el caos de maletas, ropa y demás en casa era apoteósico. Muchos nervios para dejarlo todo preparado y listo, para que además a mi mujer todo le resultara más fácil, dado que tambien hay un bebé por medio y eso, lo complica todo un pelín.

Era la tormenta perfecta para que, por algún lado, se fuera todo al garete. 

Pero no ocurrió, salvo que la noche anterior al viaje, apenas dormí 2 horas.

Ya en el aeropuerto a esas horas tan sanas, pensaba que íbamos a estar 4 gatos, pero cual fue mi sorpresa que estaba hasta arriba de gente (creo que todos pensamos lo mismo). La cola para facturar no era larguísima, era lo siguiente. Mas de 1h para poder facturar, y otro tanto para pasar el control de seguridad. Es decir, desde que llegué (5:45) hasta que pasé todos los tramites me dieron las 7:30 y el vuelo salía a las 8:30. tenía margen, pero si llego a apurar un poco más.....................

Ese rato, me dediqué a ver a la gente del vuelo, ya que sabía que, en ese mismo avión, al menos 8-9 personas del grupo íbamos a Zúrich. Una casualidad que coincidiéramos, asi que había que estudiar a la gente para identificarlos y en algún momento, dar el primer paso para conocernos y hacer grupo desde el minuto 1.

Lo que está claro, es que los que montamos en bici somos fácilmente identificables. Las piernas peladas, las marcas del sol en tobillo, muslos y brazos.............las tiene poca gente. Y así mientras embarcamos, ya había visto a alguno. Al que abordé al llegar a Zúrich para ir haciendo grupo.

Dicho esto, el vuelo fue una maravilla. Cero turbulencias, a pleno sol y sin sobresaltos ni ruidos raros en el avión. Mi aprensión para volar siempre estará presente. 

Bienvenidos a Zurich

Ya en Zúrich y después de conocer a varias personas más, y que en todo momento fueron muy amables, fuimos al punto de encuentro. Y resulta que en vez de las 15:00, nos pusimos a las 12:00 en marcha con un Minibús-Taxi con 14 personas en dirección a Gallenkirck.

La lástima fue que no pasamos por Liechtenstein como era mi deseo, sino que fuimos directos de Suiza a Austria. Existía ese otro camino de 10 kms más, pero nada, la conductora del bus (contratada por el hotel) ni caso a la sugerencia (seguramente tenía ordenes concretar al respecto por parte del hotel/empresa).

El traslado, fue tranquilo. Yo iba mirando por la ventanilla todo el rato, quería empaparme de todo y aprovechar el viaje al 100%. Aunque ya en el autobús, me di cuenta de que ya había grupos montados con anterioridad. Es decir, había grupos de amigos que venían juntos al viaje. Había un grupo de Asturias, otro de Pamplona.........y algunos que se conocían de viajes anteriores, y ya se apuntaban juntos. Sencillamente, envidia sana. 

Primer hotel de la semana

Ya en el hotel, tocaba reparto de habitaciones y tocaba compañero de habitación. En este caso, mi compañero se llama Nacho y es de Avilés, y tengo que decir, que desde el primer momento congeniamos muy bien. Un tipo muy agradable con el que durante todo el viaje hubo una gran conexión. 

Después del reparto de habitaciones, llegó la furgoneta con las bicis y algunas maletas. Y al poco de recogerlo, mientras algunos tomaban una cerveza o seguían con el trajín de maletas, yo aproveche para salir con la bici unos 45'.

Un pequeño paseo por los alrededores

Me gusta saber por dónde ando, asi que, sin vestirme de bici, con la ropa de viaje, me fui a dar una vuelta por los alrededores del hotel. En parte, tambien para comprobar que todo lo de la bici estaba en orden: bici, frenos, cadena, pedales........no tenía por qué pasarle nada a la bici, pero por si acaso. Y de paso, veía un poco el entorno.

El paseo me hizo recordar cómo era la Austria que yo conocía. Todo verde, todo bien cuidado y al menos por la zona que estábamos (Tirol), que era una zona de ricos. Mucho casoplon y mucho cochazo.

Hasta aquí el paseo, el inicio del puerto del día siguiente

En todos los pueblos, siempre había un cristo de este tipo

Todo en orden para la semana alpina

Casoplones por todas partes, una constante en el Tirol

Al volver de mi paseo ciclista, tocaba ir a cenar. Y lo hicimos en un local contratado por el hotel a 15' de paseo por el pueblo. Fue una ocasión perfecta, para empezar a conectar con la gente, charlar, conectar, empezar a conocernos............

La calma antes de la tormenta

Luego ya en la habitación, a dejarlo todo preparado para el día siguiente que empezaba el viaje de verdad. Y caí rendido en la cama en apenas un minuto.

Alla vamos............

lunes, 29 de julio de 2024

Alpes Austríacos - Dias previos - Un viaje simplemente espectacular

Estoy recién aterrizado en casa después de haber afrontado, probablemente, mi mayor desafío físico encima de una bici en toda mi vida.


Han sido 7 etapas sobre mi querida Ridley en las que he rodado por Austria (principalmente), Italia y Eslovaquia.


El resultado ha superado con creces las expectativas, y aunque no lo parezca, ya estoy pensando en 2025, y lo tengo muy claro si las circunstancias lo permiten: SUIZA.


Sufriendo y disfrutando por el puerto del Mangart (Eslovenia)

Me he traído un montón de experiencias, lugares y cimas conquistadas, que en las próximas semanas iré desgranando poco a poco: un post por etapa, que tienen mucho que contar.


Pero de momento, os dejo un pequeño resumen numérico de lo que ha sido una semana magnifica:

  • 847 kms
  • Más de 43 horas sobre la bici
  • Más de 20.000 metros de desnivel
  • 19 puertos conquistados
  • 4 países visitados: Suiza, Austria, Italia y Eslovenia

Además, mis 20 compañeros de aventuras, que han sido realmente fantásticos, donde personas de diferentes puntos de la geografía (Alicante, Bélgica, Asturias, Cáceres, Navarra.....) o trabajos (interiorista, estibador, juez, carpintero, informático, etc....) nos hemos juntados por una razón: el ciclismo.


Y esto es lo bonito de este deporte. Como el eslogan de la NBA: I love this game.