Otro día más, y ya vamos a por la cuarta etapa, la que a mí, a priori más miedo tenia, ya que era cuando podría empezar a acusar el cansancio de los 3 dias previos.
El día empezó algo torcido, dormí regular y con la tripa
algo regular, la verdad es que tanto gel pasa factura, al menos a mi estómago.
De todas maneras, pude tomar un buen desayuno, aunque el día amaneció gris y
lloviendo, lo que a priori no ayuda mucho y hay que hacer un esfuerzo mental que no te importe mojarte.
Cuando comenzamos la etapa, los primeros kms iba muy
callado, lluvia, hacia frio y preferí ir de los últimos todo el rato, me había
levantado muy reservon la verdad y más cuando el primer puerto del día es más
de 23 kms para llegar a mas de 2.000 metros de altitud, el Passo del Rombo era
un señor puerto se mire por donde se mire.
Al comienzo del puerto, como siempre, prefiero ir de menos a
más, aunque como me levanté asi regular, la cuestión era saber si iba a ir de
menos a menos. Me puse mi ritmo y para arriba con paciencia. Además, la lluvia
no cesaba a pesar de que al principio del puerto no hacia mucho frio, pero
según íbamos subiendo el puerto, la lluvia arreciaba más y la temperatura
empezaba a bajar, aunque es chocante, que por el contrario me iba sobrando toda
la ropa que llevaba encima, el cuerpo estaba ventilando calor a toda marcha.
Asi que hice el puerto con lo minimo, y el chaleco que llevaba abierto todo el
rato.
El puerto en sí no era muy duro, tenía kilómetros muy suaves
y llevaderos para un corredor trotón como yo, aunque de vez en cuando te
aparecía algún kilómetro bastante duro, pero te lo encontrabas de repente, ya
que la niebla además hizo su aparición y no se veía apenas nada, ni de paisaje,
ni lo que te ibas a encontrar ni nada de nada. De hecho, este puerto, casi en
la cima tiene un museo dedicado al motociclismo, toda una obra de ingeniería
que pasas por debajo, y que otras circunstancias (calor, sol), te puedes
permitir el lujo de parar, entrar 5 minutos, echar una foto………….pero asi con
lluvia, niebla, frio…………………ni en pintura, por que si no luego, el frio te come
y te costaría mucho mas continuar.
Una vez pasado el museo de la moto, hay una pequeña bajada
de 1 km que me quede helado, para afrontar los 5kms finales, eso sí, plagado de
curvas de herradura, que, aunque sea mentalmente te ayuda porque puedes
vislumbrar más o menos lo que te queda. Una vez coronado el puerto, hicimos
todos una parada en la furgoneta de asistencia, para abrigarse bien y comer
algo, antes de afrontar la larguísima bajada que teníamos por delante, casi 30
kms hasta San Leonardo in Passiria, que al igual que el museo de la moto, en
otras circunstancias podría ser una bajada muy bonita de disfrutar, pero con
esas condiciones, había que extremar las precauciones y mas cuando los primeros
2 kms había a la izquierda una importante caída, que por mucho muro que hubiera
te lo hace pensar dos veces.
Primer puerto del día: Passo del Rombo
Monumento a los caídos en la I Guerra Mundial
Ademas, pasados estos 2 kms, te encuentras un túnel sin
iluminación, totalmente recto, donde apenas se ve el final del túnel y casi no
ves el suelo (típico italiano), donde había que agarrar bien el manillar e ir
frenando para que la bici, en terreno desconocido no se te disparase. Pero lo
que tiene la montaña, fue salir de este túnel y se acabó el frio, se acabó la
niebla, se acabó la lluvia y dio paso a un día totalmente despejado y con un
autentico solazo.
Nada mas pasar el túnel, paramos todos a contemplar el impresionante paisaje que teníamos
delante. Desde luego, era totalmente increíble, por que apenas un poco mas
arriba las condiciones no eran nada halagüeñas y, sin embargo, en ese punto,
veíamos que iba a ser un día muy bonito y de incluso mucho calor.
Primeras curvas de herradura
Una vez reanudado el descenso, tocaba cerca de 6-7 kms plagado de curvas de herradura con unas rampas muy pero que muy majas, lo que me hacía ver que este puerto, por la vertiente que lo bajamos era realmente duro duro. Pasados esos kilómetros iniciales, la bajada era realmente preciosa y tenia su peligro, pero no por la carretera, que tenía un trazado muy sencillo y fácil de bajar, sino por la espectacularidad de su entorno, ya que no podías evitar quedar mirándote lo bonito que era todo ese valle. De hecho, pare 2 o 3 veces a echar fotos y sin lugar a duda, por muy buen fotógrafo que seas, jamás harán justicia ante lo bonito que era, ya que, sin duda, era de los sitios mas bonitos que yo había visto en bici. Por hacer un símil, era como estar en los dibujos de Heidi. Impresionante.
Una vez hechas varias fotos, aun me quedaban lo menos 15-20
kms de bajada y, por tanto, había que concentrarse, ya que tambien que notaba
que había algo más de tráfico, lo que hacía que hay que extremar las
precauciones. Ademas, en Italia, que ya lo he comprobado las 3 veces que he
estado por aquí, en este tipo de puerto suele haber mucho motorista flipado (atontado)
y mucho conductor con deportivo quemando ruedas (descerebrado), asi
que…………..cuidadin cuidadin con la bajada.
El pueblo de Heidi
Unas vistas realmente impresionantes
Quiero una casita de verano aquí
Disfrute mucho la bajada la verdad, y justo abajo era llegar
a una rotonda, girar a mano izquierda y comenzar a subir el siguiente puerto,
sin un metro de llano ni nada por el estilo. Llegué el primero abajo y comencé
a subir, buscando la furgoneta de asistencia, que había montado un
avituallamiento, apenas 2 kms de comenzar el puerto. Y la verdad, encontrarte
ahí de todo, es una maravilla, charlas con unos, con otros y llenas el depósito.
Vamos, como una estación de servicio, solo faltaba que te lavaran la bici,
cambiaran las ruedas y te dieran un masaje mientras esperas.
Yo en este avituallamiento, estuve muy poco, apenas 10’ y arranqué
el primero. Yo no soy ningún escalador y antes o después, me iban a coger asi
que como solo era subir, empecé y que ya me cogerían mas adelante. Desconozco
cuanto mas tarde arrancaron los demás, el caso es que iba subiendo y subiendo,
pero no me cogía nadie, pero yo a mi ritmo y tambien, por que no decirlo, iba
disfrutando la subida a pleno sol y a mi ritmo, sin agobios. La subida era muy
bonita, como era la bajada del anterior puerto, no muy dura, entre praderas verdes,
casitas alpinas, bosques………….pero cierto, que según subes, esa vegetación iba
desapareciendo para dejar paso al típico puerto alpino, con mas roca que verde.
Pero una subida muy bonita.
Una paradita para comer y recuperar fuerzas
El tema es que llegué arriba el primero, y sacando una buena
ventaja a los demás, porque si es cierto, que llegando arriba a lo lejos ya
veía a algún galgo acercarse. Pero me encontré con la sorpresa, que la
furgoneta no paraba arriba, ya que era luego bajar y fin de la etapa, por lo
que la gente, en el avituallamiento (en ese que paré poco), la gente salió
cargada con algo de ropa de abrigo. Yo habría cogido el chaleco y poco más,
pero no llevaba ni eso, asi que tocaba hacer la bajada a las bravas, aunque
antes, comprando una botella de agua arriba, ya que como pensaba que había
furgo arriba, no escatimé en beber agua subiendo. Asi que nada, maillot abrochado y con apenas
la camiseta interior, y para abajo, que yo me temía que me iba a congelar. Y
como tampoco quería quedarme frio arriba, tambien empecé a bajar el primero
cuando arriba apenas había llegado uno o dos.
Segundo puerto del día, siendo el primero: Passo Giovo
La bajada muy bonita y técnica, aunque si bien es cierto,
que había algunos tramos con asfalto roto, lo que le daba un puntito de aventura
y emoción, pero muy disfrutona de verdad. Tampoco había mucho tráfico con lo
que me hizo ir un pelín rapido, pero disfrutando la bajada a tope., al igual
que el anterior y como había estado siendo toda la etapa, y la verdad es que
frio, nada de nada. No eche en falta el chaleco ni mucho menos, asi que me
sonrió la suerte.
Una vez abajo, en Vipiteno, toco buscar el polideportivo, donde
íbamos a parar, ducharnos, cambiarnos por que tocaba un desplazamiento en autobús
durante 2-3 horas. Tambien llegué abajo el primero, por lo que me pude duchar tranquilamente,
cambiarme y comer algo que me sentó de maravillaba.
Si que es cierto, que luego el traslado, a mi por lo menos,
me resultó un infierno, sobre el papel eran 2h 30’ pero fuero casi 3 horas y
pico, además, el conductor que tenia pinta de espabilado, se perdió un par de
veces e iba por algunas carreteras, a todo trapo. Debía de creerse Nikki Lauda.
Dicho esto, una vergüenza de conductor.
Luego, fue llegar al hotel en Zell Am See, fue descargar
maletas, bicis y cenar. No dio tiempo para mucho más. Aunque eso sí, un paseíto
corto después de cenar y a dormir, ya que estábamos todos reventados y hasta
ese momento, fue el día mas duro sin duda, por todo el conjunto del día.
Una etapa más y al día siguiente a por más…….
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