martes, 4 de septiembre de 2012

Pirineos : Dia 2

Seguimos la aventura en solitario.

 

Después de un descanso reparador, una cena frugal y un desayuno espectacular a base zumo, embutido, fruta, bollería y leche, me disponía a afrontar un etapon. Salí prontito, el día acompañaba y había un sol magnifico en el cielo.

 

A las ocho de la mañana, ya en marcha y apenas recorridos un par de kilómetros comenzaba el Puerto del Portillon, que sale prácticamente desde el mismo Bagneres de Luchon. Puerto muy bonito, muy tranquilo a esas horas y con varias curvas de herradura que te hacen tener la sensación de subir con relativa rapidez. Casi una hora después, coronaba este puerto y comenzaba el descenso hacia España (la cima es el límite España-Francia).

 

 

Puerto conquistado : Col du Portillon (1293m)

 

 

Por abajo el valle de Aran, al fondo se vislumbra la Bonaigua.

 

Al comenzar el descenso, tuve un pequeño problema mecánico con la cadena, ya que la cadena no le daba la gana de entrar en el plato grande, se quedaba corta o se pasaba, con lo que aproveche a dejarme caer y en un mirador, aproveche para solventar este problema y deleitarme con la vista, que era realmente espectacular.

 

Una vez abajo, en Bosost, me tocaba una transición de casi 30 kms hasta Saint Beat, pero como la carretera era muy llana y en algunos tramos en suave descenso, ese tramo se me hizo rapidísimo, además, era una transición entre montañas, por lo que el sol, al no estar todavía muy alto, eran sobre las 9:30 de la mañana, aun no apretaba y la temperatura era magnifica. Pintaba muy bien el tema y estaba muy animado.

 

Ya llegado a Saint Beat, comenzaba la segunda ascensión de la jornada, el Col de Menté, mítico donde los halla, ya que en este puerto (muy habitual en el Tour de Francia), un tal Luis Ocaña, perdió un Tour de Francia en el año 1971 a favor de Eddy Merckx. En dicha curva, los franceses han colocado una placa conmemorando tal hecho. Placa que está casi arriba del puerto y si no sabes que existe, te la saltas, ya que no está precisamente a la altura de los ojos.

 

Placa homenaje a la caída de Luis Ocaña, un poco friki la verdad.

 

Este puerto, me pareció precioso y a la vez duro, ya que en sus casi 10 kilómetros, tiene una pendiente media del 9% y eso, tiene tela, pero tiene en su favor una cosa realmente importante, las curvas de herradura. No recuerdo exactamente cuántas, pero si unas cuantas, y esas curvas animan y mucho. Con lo que el puerto se me hizo relativamente rápido, además, subiendo entre árboles, praderas y casi todo el puerto en sombra, digamos que las fuerzas acompañaban y corone el puerto en muy buenas condiciones. Un puerto muy bonito. Recomendable.

 

Puerto conquistado : Col de Menté (1349m).

 

De nuevo comenzaba otro descenso, y esta vez a pleno sol. Por lo que pude ver, la ascensión por la otra vertiente, no tiene nada que envidiar a la que subí yo, pero sí que es verdad, que en cuanto a trazado y paisaje, la vertiente de bajada me pareció simplemente espectacular. Me lo anoto, porque hay que subir este puerto por este lado. Precioso.

 

Una vez abajo, y después de un descenso largo de casi 15 minutos, y cuando uno va embalado, de repente te encuentras con un repechazo que te obliga a quitar plato incluso, a la altura del cruce con el col de Artigascou, otro que hay que apuntar como pendiente, ya que se podía vislumbrar el trazado de este puerto desde el Col de Menté y el puerto promete. Pendiente queda.

 

Ya habiendo pasado ese repecho sorpresa, de nuevo otro tramo de transición en un valle en sombra, tanto, que incluso la oscuridad de las gafas de sol molestaba. Después de unos pocos kilómetros, llegaba al cruce con el puerto del Col del Portet d’Aspet, de infausto recuerdo para todo buen aficionado al ciclismo, allí donde Fabio Casartelli perdió la vida en el descenso. Por esta vertiente, el puerto es durísimo. Son apenas 5 kilómetros, pero es que el porcentaje medio no baja del 10% y tienes rampas por encima del 15.

 

“Rampitas” del Portet d’Aspet.

 

Además, la carretera estaba muy parcheada, va en sombra todo el rato y tiene un trazado complicado, las curvas están ligeramente peraltadas, con lo que cuando llegara arriba y baje por el mismo sitio, habría que ir con sumo cuidado.

 

Puerto conquistado : Col de Portet d’Aspet (1069m)

 

Como decía, el descenso lo hice con mucho cuidado, ya que el descenso es peligroso, no quiero ni imaginar cómo sería este puerto en carrera, se le deben de poner a uno los pelos de punta. Y como decía antes, este puerto tiene su historia negra, allá por el Tour del año 95, sucedió el fatal accidente de Fabio Casartelli. Allí, en este puerto, en su memoria, se ha erigido un monumento en memoria de este corredor, un sitio mítico, donde era evidente que había que pararse y mostrar el respeto que se merece.

 

Luego uno se da cuenta de la fatalidad de aquello, ya que el monumento no está donde ocurrió el accidente, está situado un poco más arriba de donde ocurrió. Dicho accidente, fue en la última curva del puerto, donde han situado una placa. Menuda fatalidad, en la última curva y a 300 metros del final del descenso del puerto. Eso sí que es mala suerte. DEP Fabio Casartelli.

 

Monumento a Fabio Casartelli en el Portet d’Aspet.

 

Lugar del accidente de Fabio Casartelli, a 300 metros del fin de puerto. DEP.

 

Una vez pasado este puerto, tocaba otra transición muy cómoda hasta un cruce, donde giraría para subir dos tachuelillas, el col de Buret y el col de Ares. El primero, es que ni lo notas, tiene una pendientilla muy suave, pero si no sabes que hay puerto, ni te enteras.

 

Cruce de caminos, a la izquierda hacia el Col de Buret.

 

Puerto conquistado : Col de Buret (599m)

 

Después, un suave descenso y comienza el col de Ares. No muy duro, pero a mí personalmente me toco la fibra. El caso, es que ya desde el cruce del Portet d’Aspet, todo el rato se iba a pleno sol, eso y la escasez de agua, me hizo tener una pequeña crisis subiendo este puerto, de apenas 6 kilómetros pero que se me hizo eterno. Al llegar arriba, en el típico restaurante bar que tienen los franceses en casi todos los puertos, me pare a comprar un par de aquarius, y el sablazo fue importante. Además, los muy mamones, en el baño, ponían un cartel donde ponía que el agua no era potable. Que jodios, para que comprar una botella. Yo por si acaso, rellene las cacharras con esta agua, por si acaso, pero no bebí ni un sorbo ya que lo último que necesitaba era una gastroenteritis.

 

Puerto conquistado : Col des Ares (797m)

 

Así que me tire para abajo en busca de alguna fuente en alguno de los pueblos que tenía que pasar  y la encontré en el pueblo de Fronsac, fuente en la cual acabe con la cabeza metida debajo del chorro porque el calor que hacía era importante. Una vez repuesto de agua y refrescado me disponía a afrontar la subida al Port de Balés por la vertiente de Mauleon-Barousse, esa vertiente por donde apenas 3 semanas antes había pasado el Tour. Pero cambie de idea, ya que empecé a tener amagos de calambres y no quería arriesgar, así que tome el camino recto directo a Bagneres de Luchon, por una carretera súper pestosa de 30 kms, donde había cada repecho suelto que tocado como iba me suponía un mundo.

 

Fuente que me dio la vida en Fronsac.

 

Además, iba con la idea de que ya que no había subido Bales, probaría con Superbagneres si llegaba recuperado, pero según avanzaban los kilómetros, no recuperaba nada, así que llegue a Bagneres de Luchon y ahí me quedé. Dejaríamos estos dos colosos para el día siguiente, antes de hacer la siguiente transición en coche.

 

Ahora tocaba recuperar, y que mejor manera de hacerlo que con buen paseo por Bagneres de Luchon y descubrir una tienda de bicis que era un homenaje al gran Miguel Induráin. Después una buena siesta debajo de un árbol en el parque había en el centro del pueblo, luego un buen solomillo y a dormir como un lirón, que al día siguiente, más y mejor.

 

Tienda de bicis “La Casa de Miguel”.

 

Hasta la próxima.

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